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II Época / Nº32
Abril
2009
EL MUNDO / SABÍAS QUÉ ?

¿Qué son realmente las gárgolas?

Por Paula Fernández Pérez, alumna de 3º ESO del colegio La Paz de Torrelavega.

Gárgola significa escupir agua con facilidad. El origen de esta palabra proviene del francés 'gargouille'. Gargouille era un dragón de cuello largo y rectilíneo, hocico delgado, prominentes mandíbulas, cejas fuertes y alas membranosas que vivía en una cueva cerca del Sena. Según cuenta la leyenda era un ser terrible que tragaba barcos y destruía todo aquello que se interponía en su camino. Además dicen que podía escupir tanta cantidad de agua que provocaba inundaciones.

Gárgola con la ciudad de Carcassonne de fondo.

Los habitantes de Rouen le daban ofrendas humanas para así intentar paliar su mal comportamiento. Todos los años le daban un criminal, aunque el dragón no estaba conforme y les pedía una doncella. En el año 600, un sacerdote llamado Romanus llegó a Rouen para intentar llegar a un pacto con el dragón si los habitantes se bautizaban y construían una iglesia para el culto católico. Al final este sacerdote consiguió su objetivo, dominar al dragón, y lo hizo sólo con la señal de la cruz. Desde entonces Gargouille se transformó en un dócil dragón, al que llevaron a la ciudad y lo quemaron en la hoguera. Hubo partes del dragón que no ardieron, como la boca y el cuello, por lo que decidieron ponerlos sobre el Ayuntamiento en recuerdo de la bestia.

Podemos ver diferentes gárgolas en las cornisas de las grandes catedrales góticas. Las primeras gárgolas aparecen en el siglo XII. En la época del Gótico, concretamente en el siglo XIII, se transforman en el sistema predilecto de drenaje, aunque no todas tenían esa utilidad. Parece ser que los primeros ejemplos de Gárgolas que se pueden observar son los de la Catedral de Lyon seguidas de las de Notre Dame en París.

Normalmente en las catedrales no hay sólo una gárgola, sino que están agrupadas en hileras. Las gárgolas del primer Gótico apenas estaban elaboradas pero, poco a poco, el diseño se fue haciendo más elaborado, así se fueron transformando en auténticas piezas de arte. El rasgo distintivo de sus expresiones es que nunca eran bellas, sino intencionadamente horribles, grotescas e irónicas. Desde finales del siglo XIII las gárgolas se hicieron más complicadas. Se abandonó la representación de animales, que se fueron reemplazando por figuras humanas. Aumentaron su tamaño y se transformaron en figuras más exageradas y caracterizadas.

Son muchas las explicaciones que se han intentado buscar para explicar el significado oculto de las gárgolas. Suelen ser de monstruos infernales, muecas burlonas o animales dantescos. En realidad cualquier representación es buena si se consigue el objetivo para el que se ponían en las catedrales, es decir, custodiar el recinto sagrado. Según otras teorías el verdadero significado de las gárgolas no es proteger las catedrales sino que serían almas condenadas por sus pecados, a los que se les impide la entrada en la casa de Dios y por ello tenían un aspecto terrorífico, para dejar entrever lo que les podía pasar a los pecadores.

Gárgolas en la catedral Saint Pierre, Poitiers.

La teoría que parece la más acertada sobre el significado de las gárgolas en las iglesias y catedrales es la que nos las muestra como unos seres guardianes de la iglesia y, por ello, son figuras monstruosas. Así mantienen alejados al diablo de la iglesia y se ubican en la entrada del recinto para impedir su entrada. Según Richard de Fournival, Obispo de Arniens, hay dos gárgolas de cobre en la entrada de la ciudad. Si el individuo que quería entrar era malévolo, las gárgolas le escupían un veneno que lo mataba, pero si era una buena persona los guardianes le escupían oro y plata.

Para otros, las gárgolas de piedra eran representaciones del demonio, muy presentes en la época medieval y servían para recordar a los cristianos la necesidad de seguir los mandamientos religiosos si querían escapar del infierno. Por ello muchas gárgolas representan a los dragones, diablos y demonios, es decir, a los símbolos del mal. Muchos son los rasgos de las gárgolas que muestran este aspecto demoníaco como son las orejas puntiagudas, los colmillos, alas, patas, etc.

Muchas personas opinan que las gárgolas de piedra eran creadas para mostrar a los hombres la existencia de un mundo imperfecto, donde conviven el bien (dentro de la iglesia o catedral) y el mal (fuera de ella) y no eran sólo piezas decorativas.





* El autor de las fotos es José Ángel Fernández Álvarez.


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