|   El 
                            año en el que finalizó la II Guerra 
                            Mundial, y tras haberse conocido de un modo oficial 
                            el holocausto nazi, en Torrelavega desaparecían 
                            salas como el Teatro Hoyos, o salones como el Royal, 
                            pero comenzaba a llegar el conocido como séptimo 
                            arte a la ciudad; se trataba del cine Avenida, situado 
                            junto a la estación de ferrocarril e inaugurado 
                            un mes después de terminar tal fatídica 
                            guerra. Poco después fue inaugurado en la calle 
                            Ruiz Tagle un nuevo cine, el Coliseo Garcilaso.  
                          
                             
                              |   | 
                             
                             
                              |   Interior 
                                  del Coliseo Garcilaso, en la calle Ruiz Tagle.  | 
                             
                           
                           Esta nueva idea de comercio cinematográfico 
                            siguió desarrollándose durante varias 
                            décadas. Fue evolucionando y dando paso a la 
                            creación del cine parroquial promovido por 
                            el párroco de la Asunción, Teodosio 
                            Herrera, quien proyectaba la más pura ortodoxia 
                            de la moral católica en aquella etapa de catolicismo 
                            nacional. 
                             
                            Pero sería finalmente en los años setenta 
                            cuando sólo quedarían en Torrelavega 
                            dos lugares en donde poder ver cine comercial, el 
                            Concha Espina y el Cine Club Besaya, hasta el año 
                            de su desaparición en 1972, y el cual se había 
                            visto ubicado en el instituto del mismo nombre.  
                             
                            Pocos años más tarde, en 1981, se instaló 
                            un pequeño multicine, el Arlequín, producto 
                            de la empresa Gran Cinema, situada en Santander. Seis 
                            años más tarde se creó el último 
                            cine del siglo XX en Torrelavega, el Cine Pereda, 
                            que tuvo una vida más reducida que los anteriores 
                            al verse destruido años más tarde por 
                            un incendio. 
                          
                             
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                              |   Patio 
                                  del butacas del teatro Principal   | 
                             
                           
                           A la vez, en aquella misma década, en concreto 
                            en 1980, se inauguró la conocida como Casa 
                            de Cultura, con el fin fomentar un punto de encuentro 
                            con la cultura en la ciudad. Es esta la razón 
                            por la cual a lo largo de estos más de veinte 
                            años se ha convertido en una zona polivalente, 
                            donde se han podido alojar diferentes instalaciones, 
                            desde una biblioteca hasta aulas, pasando por conferencias 
                            y exposiciones, entre otras muchas más actividades. 
                           
                          Quizás, una de sus más recientes actividades 
                            sea la creación de una sala de cine (con una 
                            capacidad aproximada de 120 butacas) la cual desde 
                            sus inicios es subsede de la filmoteca regional, los 
                            jueves, pero a su vez ha sido y continúa siendo, 
                            una sala de cine comercial, en donde los viernes, 
                            sábados y domingos, pueden verse las proyecciones 
                            de películas de actualidad.  
                             
                            De este modo, la ciudad, cuenta tras muchos años 
                            con un lugar en donde poder pasar parte de la tarde, 
                            viendo una película con amigos, familia…, 
                            tras la desaparición de cines como el Arlequín 
                            o el Pereda. 
                           En la actualidad, el cine de Torrelavega, en parte 
                            por el bajo precio de la entrada con respecto otros 
                            cines de la provincia, cuenta no sólo con la 
                            asistencia de ciudadanos de esta localidad, sino con 
                            los de ciudades próximas. 
                          
                             
                              |   | 
                             
                             
                              |  
                                 Teatro Cinema de Solvay, en 
                                  Barreda.  | 
                             
                           
                           Posiblemente, la propulsión de una nueva 
                            sala de cine en la ciudad nos esté mostrando 
                            la satisfacción por parte del público 
                            de poder acceder a este tipo de instalaciones de ocio, 
                            situadas más cerca de sus domicilios y con 
                            precios más asequibles; y es que, junto a Los 
                            Corrales de Buelna, son los únicos que no se 
                            sitúan en la costa, como es el caso de los 
                            cines que se encuentran tanto en Santander como en 
                            otras cuatro localidades costeras de la región. 
                           Cabe la posibilidad de llegar a pensar que un día, 
                            quizás no muy lejano, los aficionados al cine 
                            puedan llegar a encontrar un nuevo local en la ciudad, 
                            ya que cada vez es mayor la afluencia al cine local 
                            y resulta más difícil poder adquirir 
                            entradas ante películas de estreno.  
                            De este modo podría haber en la comarca una 
                            mayor oferta, pudiendo así producirse una mayor 
                            influencia comercial. Los centros comerciales que 
                            cuentan con este tipo de instalaciones consiguen un 
                            incremento de los beneficios y del consumo, porque 
                            los espectadores realizan además diferentes 
                            compras en las tiendas que se encuentran dentro del 
                            recinto comercial.  
                             
                             
                             
                           
                          
                          
                             
                               
                                    
                                    SUBIR 
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