En
este año de aniversarios, en los que nuestra
región recuerda su entrada en la madurez política,
nos hemos querido acercar a la institución
que más representa a nuestro pueblo, "la
casa común", como exponen sus componentes.
El Parlamento de Cantabria es el depositario de los
valores y poderes de la sociedad cántabra.
Pero más que conocer la institución
hemos pretendido conocer a quienes la representan
y dirigen, a quienes la mantienen viva. En este caso
a través de su presidente, el veterano socialista
Miguel Ángel Palacio.
Nombre:
Miguel Ángel Palacio García
Lugar y fecha de nacimiento:
Ganzo (Torrelavega), 3 de marzo de 1949
Estudios: Magisterio
Ocupación: Presidente
del Parlamento desde el 19 de junio de 2003
Trayectoria: Pertenece al
PSOE desde 1979, partido con el que ha ido ocupando
cargos como el de concejal del Ayuntamiento
de Suances, secretario y vicesecretario general
de Política Institucional de la Comisión
Ejecutiva Regional socialista, diputado regional
desde la primera legislatura en 1983 y senador
desde 1993 a 1996. |
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Pregunta.-
¿Quién es Miguel Ángel
Palacio?
Respuesta.- Un hombre de 57 años,
casado y con dos hijas, que vive para su profesión.
Un vecino de Hinojedo al que sus vecinos quisieron
elegir diputado, y los diputados Presidente del Parlamento
de Cantabria.
P.- ¿Cómo
se inicia en el mundo de la política?
R.- Uno se
inicia en el mundo de la política en la medida
que va teniendo uso de razón, porque en la
medida que nos preocupamos por los problemas de la
comunidad, de si sube el coste de la vida, si hay
plazas escolares, si encontramos un empleo, si para
el anciano hay una residencia, si hay lista de espera
para la sanidad... estamos entrando en política.
Otra cosa es el mundo de los partidos. Yo me inicié
en la vida de los partidos cuando empezó la
democracia en España, entrando a formar parte
del Partido Socialista. Mi primer acercamiento a la
política fue como concejal, y de allí
me he ido moviendo allí donde mi partido y
mis conciudadanos me han pedido que les sirviera.
P.- Le tocó vivir una etapa
difícil, incluso después de la caída
de Franco pasaron algunos años hasta que la
situación se estabilizó. ¿Qué
le hace a uno dar ese paso y, digamos, meterse en
problemas?
R.- Hemos tenido el gran privilegio
de construir a pie de obra la democracia española.
En aquellos momentos nuestros padres, nuestra familia
nos decían que no nos metiésemos en
política porque los que se habían metido
estaban en la cárcel. En ese momento no era
como hoy, la sociedad te invita a entrar en política
y la actividad política se ve con buenos ojos,
entonces no, incluso la persecución por tus
ideas existía. Pero lo que nos impulsó
a muchos a entrar en política es que nos correspondía
a los jóvenes dar ese paso para crear en España
una democracia. Participamos, por ejemplo muy activamente
en la constitución de los ayuntamientos democráticos,
en la creación de los sindicatos, en crear
una constitución.
P.- ¿Qué ventajas
tiene para un político haber sido maestro?
R.- A mí me dicen que se
me nota cuando hablo (risas), porque los profesores
tenemos siempre la obsesión de que la gente
nos entienda cuando hablamos y eso se traduce también
en la actividad política. Los políticos
también tenemos esa obligación de explicarle
a la gente lo que hacemos para que la gente lo entienda,
lo que son los problemas de la región y las
soluciones, porque no olvidemos que en la democracia
los que mandan son los ciudadanos a través
del voto.
P.- Salvo en una legislatura usted
siempre ha estado aquí, en Cantabria, ¿fue
por voluntad propia o le impuso su partido el ser
senador?
R.- Mi partido me propuso para ser
senador, lo que yo acepté y los ciudadanos
me eligieron en las listas electorales. Ser senador
te da otra visión de la política porque
entras al debate de la política nacional, tanto
en el congreso como en el senado los problemas ya
no son de la región sino que son del estado.
Es un privilegio que se acepta ilusionadamente, porque
el ejercicio más importante de la ciudadanía
es representar a los ciudadanos.
P.- Sin embargo volvió del
Senado, le atrae mucho más la política
regional...
R.- Nunca me fui, porque el Senado
es el único cargo compatible con la política
regional, el ser senador y ser diputado regional es
compatible. Es más, en el Senado, como es una
cámara territorial, la mayor parte de los senadores
proceden de las comunidades autónomas. En esa
legislatura era diputado regional y senador a la vez.
Y efectivamente hay veces que uno está en la
política nacional y otras en la política
regional. La política regional es más
cercana, tocas problemas de tu ciudad, de tus vecinos...
La política nacional es más importante
porque estás hablando de España. En
alusión al pensamiento de Revilla, creo que
la comunidad autónoma es muy importante, somos
cántabros, pero formamos parte de otro espacio
más amplio todavía que es el espacio
español y, por ejemplo, todos los derechos
y las libertades las garantiza el estado español.
P.- Cuando usted fue portavoz parlamentario
en la época de Hormaechea, la región
pasaba por problemas, sobre todo los judiciales del
presidente, pero no se percibía la crispación
que hay ahora entre el Gobierno y la oposición.
¿A qué se debe esto?
R.- El Parlamento es la casa del
debate. En democracia no hay una sola solución
para un problema. ¿Cómo arreglamos la
sanidad, la educación, el que la gente tenga
empleo...? Hay más de una respuesta en democracia.
Por lo tanto hay que debatir esas respuestas y ésta
es la casa donde se debate. Así que es normal
que haya debate. Lo que no es normal es que haya insultos
y descalificaciones, pero el debate debe existir y
en profundidad, debe ser intenso, porque nosotros
representamos a los ciudadanos y cada ciudadano piensa
de una manera. ¿Por qué existen esos
momentos álgidos de crispación? Porque
los límites razonables de la discusión
de los problemas se sobrepasan al volcar más
pasión que sensatez, y eso es negativo. Pero
no estamos en una etapa más difícil
de la que estábamos anteriormente con Hormaechea,
aquella etapa fue muy negativa para la región
porque el Gobierno era muy inestable, hubo varias
mociones de censura, el presidente tomaba decisiones
muy discutidas... Era un periodo de inestabilidad
política y de confrontación, en la que
los tribunales de justicia condenaron al Gobierno.
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Miguel Ángel
Palacio con un grupo de alumnos de La Paz. |
P.- ¿Es difícil siendo
usted del PSOE ser neutral en el Parlamento?
R.- El objetivo es ser neutral y
me ayuda el reglamento. Hay un reglamento que establece
cuándo un diputado tiene derecho o no a hablar,
durante cuánto tiempo... El objetivo de la
actividad del Presidente es garantizar la libertad
de los diputados, la pluralidad de la cámara
y la imparcialidad en las decisiones. Eso lo asumes
con el cargo, y te sientes muy respaldado por la Mesa,
una representación de todos los partidos de
la cámara ( 2 del PP, 2 del PSOE y 1 del Partido
Regionalista).
P.- ¿Cómo son las
relaciones de esta institución del Parlamento
de Cantabria con el Ayuntamiento de Santander, más
cercanas, más distintas que con el Gobierno
de Cantabria...? Se dice que el Parlamento es muy
santanderino, ¿qué opina usted?
R.- Son unas relaciones muy correctas
y de respeto mutuo. Nosotros asistimos a los actos
institucionales del Ayuntamiento y el Ayuntamiento
asiste a los actos institucionales del Parlamento
y no tenemos ninguna fricción entre nosotros,
ningún problema.
En cuanto a lo segundo, antiguamente toda la política
era santanderina, pero ya no. Ahora hay una gran pluralidad,
el delegado del Gobierno es de Santoña, el
presidente de la comunidad de Polaciones, yo soy de
Suances... No somos santanderinos. En Santander está
la sede de las instituciones, pero ya no prima ese
carácter santanderino, aunque hay que reconocer
que Santander es la ciudad más importante,
que aquí vive casi el 40% de la población
y que por tanto es la ciudad que más médicos
genera, más abogados, más políticos,
porque es la que más habitantes tiene.
P.- Cantabria es ahora un poco más
de segunda que otras comunidades como Madrid, Cataluña,
etc. El estatuto de autonomía de Cataluña
está muy palpable. Con él, ¿Cantabria
sería todavía más de segunda,
al igual que otras comunidades serían más
de segunda y habría más diferencia entre
las de primera y las de segunda?
R.- Para medir si una comunidad autónoma
es de primera o es de segunda habría que medirlo
según los servicios que tienen los ciudadanos.
Nosotros somos de primera con respecto a Cataluña
en muchas cosas. Y Cataluña es de segunda.
Y somos de primera con respecto a Madrid y con respecto
al País Vasco. Lo que pasa es que somos modestos
y no lo decimos con mucha claridad. Pero voy a poner
algunos ejemplos. Somos de primera con respecto a
los servicios sanitarios de Cantabria. Cantabria tiene
una estructura de hospitales y de centros de salud
mejor que Madrid, mejor que Cataluña y mejor
que el País Vasco. En cuanto a distancia de
tiempo a los hospitales tenemos más del 90%
de Cantabria a menos de media hora de un hospital.
Y además tenemos una facultad de Medicina y
una facultad de Enfermería, y en todo ese ciclo
por completo estamos por encima de la mayoría
de las comunidades autónomas.
El segundo aspecto en el que estamos por encima de
Madrid, Cataluña y el País Vasco es
la Educación. Somos 550.000 habitantes y para
este número de habitantes, los niveles educativos
que tenemos en enseñanza primaria y secundaria,
en la ratio que hay entre alumnos y profesores estamos
muy por delante de esas comunidades autónomas.
Pero además de eso, para 550.000 habitantes
tenemos una universidad, en la que hay 12.000 estudiantes,
1.200 profesores, donde se ofrecen 34 titulaciones.
Eso no lo tienen esas comunidades autónomas,
por lo tanto no es que Cantabria sea de segunda, Cantabria
es de primera con respecto a los servicios esenciales
y somos iguales en el tema de las pensiones, porque
somos españoles y estamos ya por delante de
estas comunidades en lo que son las residencias y
las plazas para las personas mayores. Así que
es al revés, Cantabria es de primera.
Cierto es que Cantabria no tiene ningún canal
autonómico, mientras que el País Vasco
o Andalucía tienen dos, pero eso no es porque
no podamos tenerlo, sino porque no queremos, porque
necesitamos ese dinero para la Sanidad, la Educación
y las Obras Públicas. La administración
de una comunidad autónoma es como la de una
familia. Tú tienes el dinero que tienes, ahora
puedes gastarlo en lo que quieras. Los gastos de un
canal autonómico de televisión son desproporcionados,
enormes. TVE tiene un déficit tremendo y los
canales de todas las comunidades autónomas
generan un gasto absolutamente enloquecido para estas
comunidades. Nosotros no tenemos un canal de televisión,
pero tenemos educación gratuita para los niños
de 2 años y ni en Cataluña ni en el
País Vasco tienen educación gratuita
para los niños de 2 años, así
como libros gratis para Primaria. Es cuestión
de elegir. Si elegimos el canal autonómico
de algún sitio vamos a tener que quitar el
dinero. Y el nivel informativo es suficiente.
Que por el estatuto vamos a ser de segunda o de primera
es una idea equivocada. Vamos a ser de primera si
somos capaces de gobernarnos a nosotros mismos y de
poner en marcha instrumentos para generar la actividad
económica. Tenemos todo el campo abierto para
el desarrollo de la agricultura, la ganadería,
la industria, el turismo... tenemos todas las competencias.
Si aprovechamos todo el capital humado y formativo
estaremos por encima de todo el mundo. Nuestras comunicaciones,
pese a llegar más tarde están mucho
mejor. Nosotros no tenemos peaje. Los catalanes en
este estatut están diciendo que qué
pueden hacer para que las autovías no tengan
peaje y los vascos igual. Por tanto a veces tenemos
un complejo que no se corresponde con la realidad.
Nosotros no somos menos que nadie, ni tenemos menos
posibilidades, ni menos instrumentos para nuestro
desarrollo, es al revés. Y esto de que el estatut
es un instrumento para favorecer a los catalanes en
perjuicio de los demás es falso.
Lo que hay que tener en cuenta es que España
es un país plural y con diversas lenguas que
no deben ser motivo de distorsión. Todas son
válidas y oficiales. Y no hay que prohibir
nada.
P.- Hablando de estatutos, ADIC
se reunió con usted para hablar del estatuto
de Cantabria. ¿Qué le parece dicho estatuto?.
¿Cree usted que se puede aprobar?
R.- No, los mismos de ADIC nos han
ofrecido un borrador de estatuto de autonomía,
que va mas allá de lo que es razonable para
nuestra comunidad autónoma. Hay que pensar
que las reformas del estatuto de autonomía
van a ser pequeñas, de corto alcance, porque
lo máximo ya lo tenemos. El que Cantabria sea
responsable de la economía de la región,
que tenga sus competencias en Sanidad, Educación...
Ahí las reformas que se hagan van a ser pequeñas,
como la reforma del estatuto de Cataluña, que
es pequeña. Porque si quitamos todos esos debates
que ha habido sobre la nación y llegamos al
fondo de la cuestión, de lo que se reforma,
llegaremos a la conclusión de que las reformas
son pequeñas en comparación con lo que
había. El estatuto de autonomía que
nos presenta ADIC es un sueño que hay que leer
y tener en cuenta, pero que algunos de sus aspectos
son irrealizables. Y en cuanto a los cambios en la
bandera yo creo que para Cantabria era un sueño
el tener autonomía y nunca hemos tenido tanta
autonomía como ahora. Y 25 años son
muy pocos y no debemos poner en riesgo ni el escudo
ni la bandera. Yo voté en contra del escudo
autonómico para Cantabria ya que me hubiera
gustado más que el escudo de Cantabria hubiese
sido la parte inferior del escudo, es decir, las estelas.
Me parecía un signo de identidad. Pero si mañana
me preguntasen si quiero cambiar el escudo diría
que no. Creo que es más importante hablar sobre
ampliar los puestos de trabajo en Cantabria que debatir
cosas que nos aportan poco como es la bandera. Dejemos
las cosas como están y entremos en lo que de
verdad hay que discutir.
P.- Ser Presidente del Parlamento
de Cantabria o de cualquier otra institución
para muchas personas es un orgullo pero para otras
supone el retiro de la política. ¿Usted
se retira o espera ser más dentro del Gobierno
cántabro?
R.- Yo he colmado todas mis aspiraciones
políticas. He sido concejal, diputado y senador
y lo que más me gustó fue ser concejal.
Porque el ayuntamiento es la institución no
solo la más cercana a los ciudadanos sino la
que mejor se relaciona con ellos y es una escuela
de democracia. Es la primera participación
que uno toma para solucionar los problemas de los
ciudadanos. Siendo diputado lógicamente tienes
más responsabilidad como siendo senador. Y
yo creo que ser Presidente del Parlamento es un privilegio
más que un cargo, porque te da una posición
para analizar los problemas de la región con
una perspectiva distinta e incluso con otra autoridad.
Por eso en democracia hay que estar donde hay que
estar. Cuando uno decide entrar en la actividad política,
unas veces serás concejal, otras diputado y
si los compañeros del partido deciden no presentarte
pues no te presentas, y si los ciudadanos deciden
no votarte pues no te votan, es la democracia.
P.- Usted que ha sido profesor,
¿con quién hay que tener más
paciencia, con los niños en la escuela o con
los políticos cuando se enzarzan?
R.- (Risas) Con los niños.
Hay que tener más paciencia y son más
importantes. La actividad educativa es muy importante.
Gracias a esa actividad educativa en la vida se forman
generaciones que mantienen buenas relaciones sociales,
alto grado de solidaridad entre ellos y alto grado
de ciudadanía para garantizar lo que llamamos
la paz social. Si ponemos la televisión y vemos
las desgracias que hay en el mundo, como la guerra
de Irak, y echamos esa película para atrás,
llegaremos a la conclusión de que hacen falta
buenos educadores y sistemas políticos democráticos.
Con esas condiciones se pueden generar países
en los que haya alto grado de bienestar y solidaridad.
La labor educativa es una de las más hermosas
que las personas podemos llegar a desarrollar.
P.- ¿Cantabria es infinita
o tiene muchos límites?
R.- Cantabria en lo físico
es finita, tenemos los kilómetros cuadrados
que tenemos. Y es finita en los recursos naturales.
Pero es infinita en las ilusiones, en las ganas de
ganar el futuro, en la capacidad que los ciudadanos
tienen para desarrollarse en sí mismos y desarrollar
la comunidad. Es infinita en cuanto a los logros que
podamos alcanzar. Creo que estamos en un buen momento
para alcanzar cotas altas de libertad y de bienestar.
P.- El presidente de Cantabria Miguel
Ángel Revilla y con ello el Gobierno cántabro
se han obcecado con la Universidad Pontífice
de Comillas. ¿El Parlamento va a tener algo
que ver con la Universidad de Comillas?
R.- Sí, el Parlamento aprobará
o no los recursos económicos para la Universidad
de Comillas. Así que por el Parlamento pasarán
los proyectos de la Universidad de Comillas. Yo creo
que el Gobierno ha recogido lo que es una aspiración
de todo el mundo. Todos cuando pasamos por Comillas
y vemos la universidad cerrada y en ruinas nos preguntamos
si no podría hacerse algo allí. Hacer
algo es buscar un uso a ese edificio y si es un uso
de carácter educativo y en torno al español
estupendo.
P.- ¿Usted considera que
es acertada la política informativa del Parlamento
de manera que los cántabros realmente reconozcan
la labor que hacen, no queda a veces injustamente
oscurecido por la labor de ejecutivo?
R.- Efectivamente, nosotros somos
conscientes de eso. Y hemos puesto en marcha un proyecto
que consiste en mejorar toda la infraestructura que
tenemos de televisión, con el fin de que las
cadenas de televisión no tengan ni que poner
las cámaras en el Parlamento para retransmitir
los debates, sino que simplemente con enchufar la
señal del Parlamento sea suficiente. Vamos
a producir una buena señal, de calidad, porque
el ideal es entrar en el salón de cada casa
y eso se hace a través de la televisión.
P.- A las instituciones, sobre todo
a la institución parlamentaria que nos representa
a todos ¿le plantea algún tipo de preocupación
la actitud de asociaciones como Cantabria en Castilla,
que defiende la incorporación de Cantabria
en otra comunidad autónoma?
R.- No hay ningún problema.
La asociación debe existir como la expresión
de un grupo de ciudadanos, pero no hay ningún
riesgo de que eso vaya a ser ni medianamente mayoritario,
ninguno. Ni tampoco en la periferia. Los cántabros
somos cántabros y queremos seguir siéndolo
en su mayoría. Tenemos que mantener buenas
relaciones con Castilla porque siempre las hemos tenido
a lo largo de la historia y complementar las comunidades
autónomas, incluso alcanzar acuerdos, pero
el "mapa" de la Constitución española
es ya inamovible ya que goza de la aceptación
de la mayor parte de los ciudadanos. Por eso creo
que este tipo de asociaciones está bien que
existan, porque es la expresión de un grupo
de ciudadanos, pero no tiene mayor alcance.
P.- En este tramo final de la legislatura,
¿cuál es el mayor proyecto del Presidente
de la asamblea regional tanto a nivel personal como
político?
R.- El proyecto pendiente es este
que vamos a mejorar la comunicación del Parlamento
con la sociedad. Es la asignatura pendiente. Trabajaron
por ella los anteriores presidentes y yo también
he trabajado por ella ya que me parece que es fundamental.
Porque la labor que hacemos es de representación
de los ciudadanos. Por lo tanto hay que intentar por
todos los medios que los ciudadanos sepan lo que pasa,
qué se vota, qué se habla, qué
se rechaza... Y al final tengan elementos de juicio
para volver a votar.
P.- ¿Dentro de esos proyectos
hay cabida para políticas de juventud?
R.- Estamos haciendo el proyecto
con los institutos de dar a conocer el Parlamento.
Hemos hecho una guía didáctica para
los profesores, un cuaderno de actividades para los
alumnos y estamos centrados en ese proyecto. Hemos
contratado personal aquí en el Parlamento para
que atienda a los alumnos y a los profesores cuando
vienen. Estamos en ese proyecto. Otras cosas tienen
que ser en colaboración con la Dirección
General de Juventud. Pero el proyecto educativo nos
parece muy importante, que los estudiantes conozcáis
lo que es el Parlamento, qué se hace y por
qué se hace.
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