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Red-acción
II Época / Nº39
Abril
2010
EL MUNDO / NOS IMPORTA

Una mano tendida a las personas más vulnerables

Por Héctor Fernández, Cristian Hidalgo, Francisco Torre e Isaac Castro, alumnos de 3ºB de ESO del colegio La Paz de Torrelavega.

Crisis económica, catástrofes naturales, maldad en cada esquina... Entre este panorama que el mundo nos presenta cada día emergen figuras como las de María Eugenia Bouzas, personas dispuestas a ofrecer su tiempo y su energía por los demás. Es profesora de Secundaria y presidenta del comité local de Cruz Roja de Torrelavega. Hoy vamos a saber cómo es la vida de una persona solidaria.

Los reporteros de InterAulas con María Eugenia Bouzas.

Pregunta.- ¿En qué consiste su trabajo?
Respuesta.- Consiste en dirigir la asamblea local. Cruz Roja se compone de distintas asambleas locales que luego se engloban en una asamblea autonómica, y al final todas las autonómicas en una oficina central que centraliza todo el trabajo de España. Mi trabajo es dirigir la actividad de la asamblea local, distintos proyectos, voluntariado...

P.- ¿Cuándo empezó a trabajar en la Cruz Roja?
R.- Empecé a trabajar en Cruz Roja en el año 2000 como voluntaria, fui colaborando en algunas actividades, luego me hice cargo del área de formación hasta acabar al final dirigiendo la asamblea local.

P.-¿Tuvo siempre desde pequeña la idea de querer formar parte de esta organización benéfica?
R.-Nunca, nunca. Lo que sí tuve siempre, desde muy joven, fue una conciencia social bastante fuerte, una preocupación por cómo viven los demás, por las personas que menos tienen, por las condiciones de vida de los que sufren... Esa conciencia la he tenido siempre, pero nunca pensé pertenecer a una organización no gubernamental, digamos que la vida me ha ido llevando hasta ahí.

P.-¿Qué tipo de donaciones realiza la Cruz Roja?
R.-¿Con donaciones te refieres a proyectos, ayudas? Tenemos una actividad muy variada y variopinta, y muy diversificada. Trabajamos distintas áreas. Lo que más conocéis es el tema de Cruz Roja Internacional; de todo nuestro presupuesto, de todos nuestros ingresos, un 1% va para cooperación internacional, que es bastante más de lo que destinan ayuntamientos, gobiernos y demás. De hecho, el objetivo está puesto en el 0,7% de la aportación del presupuesto global para cooperación internacional. Nosotros tenemos el 1% desde hace tiempo. Y luego tenemos una serie de proyectos ya a nivel local, como los preventivos con el tema de ambulancias, los preventivos acuáticos, el tema de socorrismo en playas que también conocéis y una faceta que es menos conocida por la gente que es la intervención social; llevamos proyectos con personas mayores, que son un segmento de la población que nos preocupa mucho. Intentamos mantenerlos activos, integrados en la sociedad, que no se aíslen y que no se sientan solos. Para eso tenemos una escuela de mayores en la que acogemos a 45 personas que van allí todas las semanas, les preparamos unos talleres. Básicamente les mantenemos activos.
Tenemos también proyectos con menores, niños entre 6 y 12 años que a lo mejor sus padres no se pueden ocupar de ellos porque no tienen medios. Les recogemos al acabar el colegio por las tardes, les damos de merendar, les preparamos actividades lúdico formativas, les ayudamos con las tareas escolares y los tenemos hasta que los padres se pueden hacer cargo de ellos otra vez. Y tenemos otros muchos proyectos, como ayuda a domicilio complementaria, que es acompañar a las personas mayores que están solas, que no tienen a nadie que con quien hablar, que a lo mejor se pasan semanas solas. Hay un voluntario que va todas las semanas, un día o dos días, les hace compañía, les saca a hacer un recado o a hacer cualquier cosa, en fin, les procura compañía. Lo que un poco desató toda esta actividad fue un caso que vosotros no recordaréis, que ocurrió hace 3 o 4 años. Apareció en la Inmobiliaria, cerca de nuestra sede, un señor muerto en su casa, que llevaba una semana muerto y no se había enterado nadie. Entonces eso desencadenó un poco el proyecto que nosotros llevamos. Dijimos que esto no podía pasar y, sobre todo tan cerca de nosotros, así que vamos a intentar mantener un contacto con la gente que está sola, de manera que se sienta unido a alguien y que sepamos lo que ocurre con ellos. Y llevamos otros proyectos como transporte adaptado para las personas que no pueden moverse, que necesitan que se les transporte; ayudas técnicas, con préstamo de camas articuladas, de sillas de ruedas, de muletas, de andadores para la gente que en un momento determinado de su vida no puede moverse no tenga que hacer un desembolso.
Luego tenemos proyectos de formación también en primeros auxilios, en geriatría, así que es una actividad muy variada, muy diversa y variopinta.

Escuela de Mayores de Cruz Roja en Torrelavega.

P.-¿En qué condiciones se encuentran las personas a las que atienden?
R.-Cruz Roja atiende siempre a las personas vulnerables, ese es su objetivo principal, a las que no tienen medios para atenderse por sí mismas o para procurarse una ayuda retribuida, ese es el objetivo básico. Y luego, dentro de eso, tenemos varios colectivos de personas que consideramos vulnerables, como inmigrantes, personas mayores, menores en dificultad social por las especiales condiciones de su familia, o presos. En este sentido tenemos personas que hacen con nosotros un servicio a la comunidad que sustituye a ciertas penas que se desarrollan en cárceles. Así que siempre nuestro objetivo es atender a aquellas personas que no tienen medios para valerse por sí mismas e intentamos aliviar de alguna manera la penuria que puedan tener en su vida.

P.-¿Tuviste alguna dificultad para acceder a ese puesto?
R.-Es facilísimo. Ser presidenta de Cruz Roja es facilísimo, tienes que querer sólo porque no quiere nadie (risas). Es un puesto voluntario no retribuido, implica muchas horas de dedicación, entonces no quiere casi nadie. Yo llegué porque se le ofreció a no sé cuantas personas y no quisieron. Entonces me lo ofrecieron a mí que, de alguna manera, estaba metida dentro y dije: "Bueno, pues venga, vamos a tirar para adelante". Pero es mucho más fácil de lo que cualquiera puede pensar, basta con querer.

P.-¿Qué ayudas ha mandado Cruz Roja a Haití?
R.-Pues mira, ahora mismo tenemos 45 delegados destacados en Haití y en la República Dominicana que, como ya sabéis, hace frontera con Haití y está sufriendo también directamente la problemática. Se están encargando de cosas que a lo mejor nos chocan como puede ser el suministro de agua. El 75% de agua que tiene la población haitiana la está suministrando Cruz Roja a base de camiones cisterna y plantas potabilizadoras. Cuando conoces una catástrofe de esta envergadura piensas que lo fundamental pueden ser los alimentos, la atención sanitaria, etc, y, sin embargo, la prioridad es el agua, una cosa que a lo mejor la población no sabe. El suministro de agua potable, el acondicionamiento de letrinas, la gestión de basuras, que todo esto puede conducir a epidemias, a infecciones, a una serie de cosas importantes, el acondicionamiento de albergues temporales, suministro de toldos para que la gente se pueda refugiar y pueda, de alguna manera, vivir en albergues temporales, ya que la mayor parte de la población se ha quedado sin casas. Una serie de suministros que desde aquí vemos muy lejanos y que, sin embargo, allí son perentorios. A todo esto es a lo que nos estamos dedicando, liberar carreteras, establecer una buena red de comunicaciones y, por su puesto, algo básico para Cruz Roja, que es la atención sanitaria, los hospitales de campaña, cirujanos en planta, enfermeros y demás.

P.-¿Cómo se siente por lo ocurrido en el terremoto de Haití?
R.-Pues me siento desbordada, como me imagino que nos sentimos todos. Es algo que no podemos controlar, que les ha ocurrido a ellos pero que nos puede pasar a cualquiera en cualquier momento y hay que tener una buena infraestructura para abordarlo en la medida de lo posible, porque estas cosas llevan mucho tiempo y son muy difíciles de solucionar. No nos podemos hacer ilusiones pensando que por mandar una cantidad de dinero o unos alimentos lo vamos a resolver. Esto va a llevar tiempo, va a llevar años, es una catástrofe de gran envergadura, pero Cruz Roja es una institución que tiene más de 140 años de experiencia en ayuda internacional, está muy bien organizada y aprovecha el dinero que le puede llegar para encauzarlo adecuadamente hacia las necesidades más básicas. Me siento desbordada como se sentiría cualquiera, pero bueno, hay que seguir para adelante e intentar remediarlo.

P.-¿Reciben algo a cambio esos delegados que van a Haití?
R.-No, son voluntarios que no cobran nada, la institución paga toda la manutención y el alojamiento. Cruz Roja se lo costea y así a ellos no les cuesta dinero ir.

P.-Además de Haití, ¿a qué más sitios destina ayudas la Cruz Roja?
R.-Desde Cantabria se está trabajando con Latinoamérica, en concreto con Ecuador, donde se están haciendo distintos proyectos y se está trabajando intensamente con ellos. Ahora mismo el centro de atención está en los países del Norte de Latinoamérica.

P.-¿Le parece que su trabajo es duro?
R.-No, no. Me parece trabajo duro el que se hace en el sitio, el que están haciendo ahora mismo los delegados que están en Haití, o los médicos y los enfermeros que están allí, que tiene que cortar piernas y tienen que ver miseria y sufrimiento alrededor. Ese me parece un trabajo duro. El mío es un trabajo de señorita, un trabajo muy sencillo que es dirigir una ONG, encauzar los recursos que le llegan para procurar prevenir, aliviar el sufrimiento de las personas, pero realmente yo no veo grandes dramas. El drama mayor que puedo ver es el de este señor que os comentaba que apareció muerto en la Inmobiliaria, que me pareció verdaderamente dramático, pero que comparado con lo que está pasando en Haití, con lo que tiene que ver esta gente está allí, no es nada.

P.-¿Para entrar a trabajar en la Cruz Roja hace falta tener algún tipo de estudios?
R.-Estamos hablando de un sentido muy amplio de trabajo, ya que los que estamos allí somos todos voluntarios. No hay trabajadores remunerados, los hay que sí, pero yo no lo soy ni la mayoría de la gente que está allí. Entonces sí hay una formación específica, tú eliges en qué proyecto quieres trabajar, si te quieres dedicar a preventivos acuáticos, terrestres, a trabajar en intervención social, lo que quieras y luego la institución te da una formación para que tú puedas desempeñar tu labor, tu servicio.

P.- Además de ser presidenta de la Cruz Roja, ¿a qué más se dedica?
R.-Yo soy catedrática de Secundaria, doy clases de Francés en el instituto Marqués de Santillana. Ese es mi trabajo, del que vivo, y la Cruz Roja es un trabajo puramente voluntario que hago porque me gusta, en mi tiempo libre.

P.-¿Cómo compagina ambos trabajos con el cuidado del hogar?
R.-(Risas) El hogar lo cuidamos todos en esta casa y lo compaginamos como podemos. Participo yo, participa mi marido, participan mis hijos, se puede compaginar muy bien.



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