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Red-acción
II Época / Nº39
Abril
2010
EL MUNDO / NOS IMPORTA

¿Qué es la soledad?

Por Andrea Pérez Ruiz, Patricia Saiz Ruiz y Carlota Sañudo Redón, alumnas de 1ºA de Bachillerato del colegio La Paz de Torrelavega.

Dulce y amarga, contradictoria, la única capaz de hacernos entablar un dialogo con nuestro “yo” interior. La soledad es algo adictivo. Un espacio en el que nuestro pensamiento inunda todo y se abre en un mar de dudas que se hacen y deshacen declarando que nada es absoluto.

La soledad nos sirve como vía de escape.

El problema sale a la luz cuando no somos capaces de desengancharnos de esa soledad y comienza a ser permanente y dañina. Produce una ausencia de libertad que da paso a lo más profundo de la memoria.
Pero tampoco es todo negativo, ya que la soledad nos sirve como vía de escape frente a la realidad y nos permite alejarnos de ella, adentrándonos en nuestro mundo particular donde posiblemente se encuentre uno de los tesoros más valiosos de la humanidad.
Así, la soledad puede actuar como salvación o condena dependiendo de la entrega por entero, o no, del individuo. La soledad es necesaria, gracia a ella existe la vida en común.

También es posible la existencia de un equilibrio que nos oriente hacia nuestra personalidad y nos reafirme como seres únicos; este equilibrio no se puede medir, pero se presiente inconscientemente.

Cuando la soledad comienza a plantearse como un problema pueden aparecer distintas variedades de soledad. Dependiendo de nuestra habilidad para relacionarnos podemos llegar a padecer la soledad a la que llamamos personal, la cual nos aleja de los demás.

La soledad definida como ausencia de compañía es la que nos invade y nos balancea entre estados de ánimos como tristeza, desamor y negatividad. Cuando una persona que ha sido muy importante en nuestra vida se va, deja un vacío en nuestro interior que nos puede provocar una sensación de soledad, de ausencia. Nos sume en la tristeza y la desesperanza frente a la idea de la perdida de una persona insustituible.

Para evitar el rechazo y el daño que les puedan causar, algunas personas se evaden de la realidad y se limitan a relacionarse con familiares y seres cercanos creando su propio vacío. Esto puede ser decisión del individuo o no, en caso de que lo sea no quiere decir que sea beneficioso porque somos seres sociables y esto puede causar entre otras cosas angustia.

La soledad también puede utilizarse para reflexionar y conectar con nosotros. Es bueno encontrar el equilibrio donde podamos relacionarnos con los demás y dedicar tiempo para nosotros.

Si la soledad no es deseada lo primero que podemos hacer para intentar vencerla es averiguar a que se debe, debemos averiguar también cuáles son nuestros miedos, nuestras limitaciones, quién es la persona que quiero ser e intentar contactar con las personas que nos parezcan interesantes sin temer ser rechazados.

No es bueno obsesionarse con la idea de que todo el mundo es materialista o cruel ya que podemos encontrar personas que opinen como nosotros. (Nota: “no somos tan raros como nosotros pensamos”.)

Uno de los grandes problemas palpitantes de la sociedad es el pánico a estar solo. Y para evitar eso y lograr el bienestar material las personas pueden hacer todo tipo de cosas.

En el mundo en el que vivimos el concepto de felicidad está ligado a muchos conceptos erróneos. Desde un principio la religión como la sociedad nos ha condicionado para entre otras cosas ser seres monógamos, tener una pareja estable, familia etc.…. Esto puede causar situaciones en las que individuos establezcan una relación y permanezcan con ella aunque no estén satisfechos, así como relaciones con amigos. Siendo todo esto por miedo a la soledad, a la aventura, a romper con la rutina, a buscar en otra parte la felicidad lo que causa graves daños al alma.

Además con el avance de la tecnología y las redes sociales se está perdiendo el contacto físico entre las personas y se pierde la capacidad de trasmitir los sentimientos y emociones de una forma más profunda, haciendo este mundo mas frío.

Y para rematar, la soledad, cómo si se tratase de un mal resfriado puede ser contagiada. Las personas solitarias pueden transmitir sus sentimientos de soledad a las personas más cercanas a ellas y estas pueden ser contagiadas y volverse solitarias también. Esto ha sido comprobado por investigadores de universidades como Chicago, California y Harvard, que evaluaron y estudiaron a tres generaciones. Comprobaron que las personas que sufren este contagio son las mujeres.

Sed aventureros. No temáis a los cambios, no temáis a las personas, no temáis a la soledad.

 


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