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Red-acción
II Época / Nº32
Abril
2009
MEDIOS / VISTO Y LEÍDO

La maldición del idiota

Por Andrea Pérez e Isabel Barquín, alumnas de 4º de ESO del colegio La Paz de Torrelavega.

¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo vas a morir? ¿Quizás ahorcado o mutilado? O mejor… ¿colocándote con helio? ¿Convencido de que Dios te ha dado el poder de andar sobre el agua? ¿Imitando la muerte de tu hermana? ¿Y atragantado por meterte en la boca un pez tropical gigante vivo? Pues estupideces como estas están premiadas y, aunque parezca mentira, a los Premios Darwin les sobran candidatos.

Dos ejemplos de muertes curiosas.


Para conseguir este premio se deben de reunir las siguientes características:

1. El individuo debe de quedar muerto o incapaz de reproducirse.
Un ejemplo de esto fue un estadounidense al que se le ocurrió tener relaciones sexuales con su aspiradora, con la mala suerte de que la succión se generaba por una cuchilla giratoria…

2. El candidato debe de ser una persona realmente imprudente, pero que las imprudencias no sean actividades comunes.

3. Es necesario causar tu propia muerte.

4. Tienes que ser mayor de edad y estar en perfecto estado psicológico, si estás loco no vale.

5. Tienes que ser un acontecimiento real, nada de historias inventadas ni leyendas.

La difícil decisión de elegir la muerte más estúpida es elegida a votación en la página web www.darwinawards.com, creada por Wendy Northcutt en 1994, quien también ha escrito varios libros recogiendo las historias.

Uno de los ganadores del 2008 fue el sacerdote Adelir Antonio de Carli, que llegó a atarse con mil globos de helio para llegar volando desde el sur de Brasil hasta cerca de Paraguay. Para comunicarse con la gente llevaba un GPS, el cual no sabía usar… su cuerpo fue encontrado en alta mar dos meses después.

El premio más popular es para uno que se le ocurrió engancharle a su Chevy un cohete de combustible sólido, de esos que sirven para dar un empuje extra a los aviones militares de transporte. El hombre entró en el coche y encendió el motor a reacción. El Chevy corrió a 560 km/h durante unos 20 segundos, mientras el conductor quemaba los frenos y reventaba los neumáticos… el coche voló durante unos tres kilómetros y después se estrelló contra una montaña.

Otra de las historias es la de un abogado que les enseñaba su despacho a unos estudiantes de Derecho y para demostrar la resistencia de las ventanas de su despacho corrió hacia una, que no resistió el impacto y el hombre salió por la ventana, dejando un tanto asombrados a los estudiantes.

Estos premios están basados en las ideas de Charles Darwin y su teoría de la evolución y el origen de las especies, ya que de alguna manera celebran la muerte de un idiota menos en el mundo y demuestran que los seres más capaces sobreviven, y los que no, desaparecen.

Más información:

http://www.darwinawards.com/

 


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