Por Juan Buendía, alumno
de 1º de bachillerato del colegio La Paz de Torrelavega.
Todo comenzó
cuando en el año 1971 Jim Morrison, vocalista
de 'The Doors', para quien no lo sepa, se tomó
un descanso entre tantas giras para escapar a París
junto a su novia Pamela. Poco tiempo después
moriría en circunstancias todavía desconocidas
a día de hoy y que han situado al 'Rey Lagarto'
en el punto de mira de una de las más fabulosas
teorías de conspiración sobre su muerte.
Imagen mítica
de Morrison que apareció en un LP recolpilatorio.
En primer lugar deberíamos de presentar la
situación en la que se encontraba Jim, sumido
en continuas recaídas depresivas y frustrado,
debido a su propio carácter que le obligaba
a mejorarse continuamente y a perfeccionarse, cosa
que no siempre era capaz de conseguir. Además,
el envejecimiento era un tema tabú para él,
que no reconocía ya en su cuerpo al Morrison
atractivo y erótico que triunfaba en los escenarios
junto a los Doors; llegó incluso a cambiar
su look introduciendo una barba, que sólo daba
sensación de ridiculez y acomplejamiento.
Por si todo esto fuera poco, Jim comenzó a
darse cuenta de que la música ya no era lo
suyo, bastante curioso después de hacer giras
internacionales con conciertos de decenas de miles
de personas y establecerse como un grupo de culto
entre diversas culturas urbanas. Según sus
palabras, lo que él realmente amaba era la
poesía, lo cual le frustraba aún mas
debido a que este arte no acababa de fructificar en
él.
Todo este mejunje de sentimientos se encontraba además
bañado por sus costumbres siniestras y por
sus místicos cultos, entre los cuales se habla
desde vudú hasta brujería, pasando por
magia negra o cultos ya prácticamente extinguidos
a dioses o criaturas de la mitología griega.
De hecho, una de las teorías habla sobre una
muerte durante un acto de culto a Orfeo, realizado
con arañas altamente venenosas, lo cual no
está contrastado y no deja de ser una historia
más inventada por un periodista.
Su brujería favorita era la africana. Entre
sus amigos se hacía llamar Mr. Mojo Risin,
nombre que surge al ordenar las letras de su nombre,
pero que tiene una connotación oculta, relacionada
en un idioma africano nuevamente con magia negra y
artes oscuras.
También le encantaba referirse a sí
mismo como el 'Rey Lagarto', animal que es símbolo
de la fuerza del mal entre estas culturas, pero además
todas estas supuestas relaciones y cultos se encuentran
acompañados de intervenciones de sus más
cercanos amigos, que dicen recordarle bebiendo sangre
junto a un bruja iniciada y cosas por el estilo.
The Doors, con
Morrison al frente, en una actuación.
Hemos de comprender, pues, el aire místico
que Jim Morrison desprende y más incluso, tras
la historia de su fallecimiento.
Jim Morrison fue encontrado muerto en la bañera
de su apartamento alquilado en París por Pamela,
su novia, aunque muchos dicen haber estado con él
unas horas antes y haberle visto en unas condiciones
pésimas en un baño de un pub parisino
inyectándose exageradas dosis y piensan que
fue Pamela quien le llevó a casa ya prácticamente
muerto, lo cual nos conduciría a la duda sobre
si fue una muerte por sobredosis o un suicidio. Pero
lo que se sabe con certeza es que ese mismo día
Pamela aseguró que pensó que Jim estaba
fingiendo, ya que era muy bromista, pero que más
tarde se dio cuenta de que había fallecido
mientras se bañaba.
Es a partir de entonces cuando comienza la verdadera
trama, ya que desde el primer momento en el que la
prensa tiene certeza de su muerte hasta que sus conocidos
comienzan a declarar y se empiezan a tener datos sobre
su muerte, hay tres días completos de lagunas,
sin ningún tipo de información.
Durante este tiempo, Pamela pudo estar manteniendo
el cuerpo de Jim esperando un posible traslado o cualquier
otro movimiento extraño. Pero lo que realmente
se sabe es que el doctor Max Vasille realizó
su autopsia, con una clara negligencia médica,
ya que en el acta figuraba un hombre de unos 50 años
de edad y 1,90 de altura, cuando Jim mediría
a lo sumo 1,75 y tendría unos 27 años.
Jim había muerto por causas naturales, según
explicó el doctor en una rueda de prensa posterior,
debido a una parada cardiaca para ser más exactos,
a lo que su médico personal, el doctor Derwin,
contestó desde América que era imposible
debido al perfecto estado de salud del que gozaba
Jim antes de su viaje a París.
Después de esto el cadáver apareció
sellado ya en su ataúd correspondiente sin
que nadie más puediera verlo, y procedieron
a enterrarlo en Pere Lachaise, lo cual vuelve a ser
extrañísimo, ya que solamente se entierran
en este lugar a celebridades con la condición
de ser de nacionalidad francesa. Tras ser enterrado
su tumba se deja durante algún tiempo sin marcar
para que nadie pueda profanarla y comprobar que el
cuerpo está allí.
Hace algunos años su amigo íntimo Alan
Ronay, declaró que Morrison había planificado
su entierro en Pere Lachaise y que solamente tres
días antes había visitado su futura
tumba.
De su cadáver ya no se tienen más datos,
debido a que única y exclusivamente Pamela
y el doctor Vasille lo vieron. Si algún amigo
lo hubiera visto el tema estaría zanjado pero,
sin embargo, no lo está: Pamela está
muerta y el doctor Vasille se niega a declarar de
ninguna manera.
Es esta serie de contradicciones y negligencias,
junto a medias verdades, han hecho que la gente no
creyera en su muerte, lo cual todavía hoy en
día se baraja.
Se han sufrido varios avistamientos, hombres trabajando
en un banco al que Jim acude para sacar dinero periódicamente,
pero sin entregar ningún tipo de documentación
(lo cual aumentó las sospechas, este caso sigue
abierto); gente que le observa vestido completamente
de cuero negro en locales de la comunidad gay de Los
Ángeles, y muchos más. Tres intervenciones
avivan aún más la llama de esta sospecha:
En un concierto en América, Jim comenzó
a hablar sobre una "noticia de muerte".
Su manager y demás cercanos recuerdan la
ilusión que le iluminaba el rostro cuando
preguntaba que pasaría si se muriera de repente.
Ray Manzarek, teclado de The Doors, dijo que si
alguien fuese capaz de mantener al mundo pendiente
de su propia muerte y mantener esta trama escapando
de la presencia pública, este sería
el egocéntrico Jim Morrison.