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Red-acción
II Época / Nº24
Marzo
2008
ENTREVISTAS / PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Gonzalo Moure: "Un buen escritor debe escribir poco para decir mucho"

Por Iñaki González y Bruno Huidobro, alumnos de 3º de ESO del IES Villajunco de Santander.

Hemos tenido la oportunidad de conocer un poco mejor a Gonzalo Moure Trenor, ex periodista y actualmente escritor de reconocidas y premiadas novelas juveniles e infantiles como: 'El síndrome de Mozart' (premio Gran Angular 2003), 'Maíto Panduro' (premio Ala Delta 2001), 'Palabras de caramelo'... y así hasta cerca de veinticinco novelas publicadas. Actualmente está colaborando en la adaptación al cine de su novela 'El Síndrome de Mozart'.

Iñaki González entrevistando a Gonzalo Moure en el IES Villajunco. FOTO: Borja Gómez-Bedia.

Pregunta.- ¿Qué le llevó a ser escritor?
Respuesta.- Bueno, está todo muy relacionado con mi madre, también con los cuentos de Azorín que leía de pequeño. Yo creo que los padres influyen mucho, y a mi madre le gustaba mucho leer y escribir. Para mí verla leer era fascinante. Por la noche siempre estaba escribiendo en la mesa de la cocina, aquello que ella escribía y que yo no sabía leer todavía, aquellas rayitas negras se transformaban en bosques y en piratas; me fascinaba eso, y, desde el principio, sentí una especie de deseo de ser un mago como ella. Para mí un bolígrafo es una varita mágica donde hay todas esas cosas: castillos, síndromes de Williams... Está todo ahí, dentro de un bolígrafo, y me parece magia. Sentí esa magia y siempre quise ser escritor.

P.- Después de haber ejercido de periodista, haber escrito cerca de veinticinco libros y que ahora se esté llevando una de sus novelas al cine, ¿cree que le queda algo por hacer?
R.- Yo creo que siempre queda algo por hacer, y espero morirme con la sensación de haber dejado cosas por hacer, como por ejemplo escribir con más autenticidad. También me gustaría hacer cine yo mismo, la única pega es que hay dos fuerzas que luchan, una son las ganas de hacer cine y la otra la edad. Esperemos que venzan las ganas y así podré hacer cine, pero no ese cine industrial con cámaras carísimas con las que todo sale perfecto, no, sino ese cine artesanal que pueden hacer dos personas con un móvil o con una cámara normal. Ese cine es el que me interesa.

P.- ¿Cuál de sus libros le ha gustado más como escritor?
R.- Yo creo que 'Palabras de caramelo'.

P.- ¿Y como lector?
R.- Ninguno. Cuando me leo me siento mal. No es como cuando leo a Cormac McCarthy que me entusiasma y me sorbe el seso. De todas formas si tuviera que elegir un libro elegiría 'Palabras de caramelo', yo creo que es un libro sencillo, lleno de ternura, de emoción, de sinceridad, de verdad, de rabia contenida y también de poesía. 'Palabras de caramelo' es mi libro más humilde y más corto de hecho, y creo que es también el que tiene más cosas contenidas, y eso es muy importante. Un buen escritor debe escribir poco para decir mucho.

P.- Díganos un libro escrito o por escribir para cambiar o salvar el mundo.
R.- Es curioso que me preguntes esto porque ahora estoy escribiendo junto con otros tres escritores más un libro que se titula 'Tenemos que darle la vuelta al mundo' y trata precisamente de eso. Ayer mismo estuve cenando con uno de los escritores de este libro y estuvimos hablando sobre que estamos perdidos, que no existe una fórmula para cambiar el mundo. No hay ninguna solución aparente. Tampoco hay ningún líder, no hay ningún filósofo ni ningún gran pensador, por eso está habiendo esta vuelta a la religión, por la gran ausencia de una dirección que seguir. Por eso creo que es muy ambicioso hacer un libro que trate ese tema. Quizá esto sea el final del camino y a partir de aquí debamos seguir solos y pensar por nosotros mismos para salvar este Titanic a punto de hundirse en que se está convirtiendo la Tierra. Lo que más echo de menos es un gran filósofo que nos diga por donde debemos ir, y el cual podría ser cualquiera de vosotros.

P.- Usted utiliza el Titanic como metáfora de una causa perdida o que se está perdiendo. ¿Cuál cree que es su Titanic personal?
R.- Mi Titanic personal es el no haber tenido hijos. En cierto modo vosotros, los jóvenes, sois mis hijos, sois hijos de mi generación, de Ricardo Gómez y de Agustín Fernández Paz y también sois hijos de Homero. Pero eso no basta. Biológicamente necesito depositar en mi hijo algo más, un soplo vital para que siga el solo adelante.

P.- ¿Cuál es su modelo de sociedad perfecta que haya existido, exista o haya sido imaginada por alguien?
R.- Sí que existe y yo lo he vivido, lo he vivido en el desierto de Sahara y es la sociedad beduina. Por supuesto tiene defectos, los beduinos tuvieron esclavos y hubo muchas guerras tribales entre ellos y yo esto lo viví cuando estuve allí en el año 2000. Pero ellos tienen lo que necesitan y no quieren más. Comparten lo que tienen porque si no morirían. Allí nadie es dueño de ninguna tierra y si un constructor de pozos construye un pozo ni el pozo es suyo ni el agua tampoco. Igual pasa con la hierba, la hierba crece donde ha llovido, y cuando los camellos se la comen se van, y la hierba que crezca al cabo del tiempo será de quien llegue entonces. Allí no hay dificultades ni problemas entre ellos. Lo malo de este modelo es que al ser un modelo utópico de sociedad nómada requiere un mundo menos hiperpoblado que el nuestro y yo tampoco quiero que mueran 6000 millones de personas para que 500 vivan bien. Por eso es tan difícil imaginar un mundo mejor, porque no se puede retroceder en el tiempo, por eso si la humanidad no hubiera comenzado a encerrarse en ciudades y a acaparar tierras, todos los errores de ahora no existirían.


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