Últimamente
se ha dicho mucho sobre la selección española
de fútbol, esa selección que todos seguimos
con ilusión hasta que cualquier selección
cuyo nombre no podemos ni pronunciar nos devuelve
a la realidad, se ha hablado del seleccionador nacional,
de los jugadores, de su compromiso, de las vergonzosas
actuaciones de la selección, hasta se ha llegado
ha discutir por la manera en que los jugadores se
ponían las medias.
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Un momento de un partido en el que España
ganó a Irlanda.
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Mucha gente ha perdido ya la esperanza de que la
selección de fútbol gane algo algún
día por pequeño que sea o que alguna
vez pase al menos a una final y no se queden en cuartos
como mucho. No se puede decir lo mismo de las selecciones
nacionales de fútbol inferiores, que han tenido
mucho mas éxito. Lo extraño es que muchos
de esos jugadores que han logrado títulos internacionales
se desvanecen al alcanzar la selección absoluta.
El bajo rendimiento de la selección de fútbol
contrasta con los éxitos logrados por la selección
de baloncesto, la de balonmano, el atletismo, los
logros en el tenis o en la formula 1 entre muchos
otros deportes que parece ser que se nos dan algo
mejor que esto del fútbol.
Los escasos logros, por no decir ninguno de la selección,
pueden estar causados por muchos motivos y cada uno
le echa la culpa a quien quiere. Unos les echan la
culpa a los jugadores, alegando que no sienten los
colores o que no lo dejan todo en el campo como lo
debieran de hacer por su selección, critican
a los jugadores por su falta de profesionalidad y
compromiso, recordando generaciones pasadas de grandes
mitos en el fútbol nacional.
Una buena parte de las críticas se las lleva
el entrenador, actualmente Luis Aragonés, al
cual se le dan muchos palos cada vez que el equipo
pierde. Se critica su planteamiento del fútbol,
su alineación, por no hablar del culebrón
de Raúl con el que se podría hacer un
libro. Se cumple aquello de que hay cuarenta millones
de seleccionadores en España y todos saben
de esto mucho más que el seleccionador, sin
importar el que ocupe el cargo en ese momento.
Otros le echan la culpa directamente a la federación
encabezada por Villar y compañía. Estos
se justifican basándose en la impasividad o
la incompetencia de la federación al tratar
temas como los intentos de despido del seleccionador
que se produjeron tras el inicialmente esperanzador
mundial y en el que finalmente hicimos exactamente
lo mismo que en los demás, el ridículo.
Otro tema en el que se vieron las buenas maneras de
la federación, no interviniendo y dejándolo
correr, fue la infantil reacción de Luis y
de los jugadores, dejando de hablar con los medios
y suprimiendo las ruedas de prensa, cansados de que
se les criticase ante los malos resultados. Asimismo
la federación culpa a los medios de comunicación
de crear inestabilidad en el equipo y contribuir a
su mal fario.
También puede deberse a la confianza e ilusión
que toda España pone en su selección
cada vez que juega Eurocopa o Mundial, quizá
les metemos demasiada presión, bien la afición
o los medios de comunicación, quizá
les desconcentramos demasiado dada su baja media de
edad o quizá haya que plantearse algún
día que no valemos para esto y ya está,
que mejor se lo dejamos a Brasil, Argentina, Italia
y compañía.
Menos mal que ya viene la Eurocopa y que desaparecerán
todas las críticas y los malos rollos con la
selección nacional de fútbol, y quién
sabe, a lo mejor este año toca y ganamos la
Eurocopa.

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