Aprender a escuchar con
la mente abierta. Comprender y saber cuando uno debe
intervenir para poder mediar en un problema, sin generar
tensión entre las partes. Ese es el objetivo
que están asimilando un grupo de 19 alumnos
del IES Foramontanos, de Cabezón de la Sal.
Durante unas semanas, estos chicos y chicas han compartido
experiencias con profesores y expertos para, algún
día, poder formar parte de un grupo de mediación
social en las aulas.
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IES Foramontanos
de Cabezón de la Sal. |
Se trata de una experiencia piloto
que se ha puesto en marcha en este instituto y que
también se está formando en otros centros
de la comarca occidental como el IES Zapatón
o el Besaya, en Torrelavega. La idea de formar un
grupo de mediación en las aulas surgió
cuando 25 profesores del Foramontanos participaron
en un seminario sobre la materia. A partir de ahí,
parte de estos docentes se pusieron en marcha para
formar un equipo e implicaron a los propios estudiantes.
El próximo paso será
el de formar a los padres. En el desarrollo de las
jornadas de mediación ha participado el colectivo
Abra. La mediación social es una herramienta
para la resolución de problemas de todo tipo
y la aceptación e integración de la
persona en muchos aspectos de la vida, sin necesidad
de llegar a comportamientos extremos que en nada benefician
la convivencia ni al individuo. Desde hace unos años,
el campo de la mediación se ha venido relacionando,
a pie de calle, con el mundo de la inmigración
o la violencia de género. Sin embargo, el IES
Foramontanos ha desarrollado unas jornadas, dirigidas
a sus alumnos y en las que se busca formar personas.
Y es que, ellos cuentan con una ventaja que no tienen
los adultos y es que en un aula son iguales al resto
de sus compañeros y no hay distancias aparentes.
A través de este curso, estos 19 voluntarios
están aprendiendo las pautas a seguir para
poder mediar en la resolución de conflictos
en su entorno o para poner freno a sus propios problemas.
Juan, Aitor o María ya saben que es muy importante
observar y escuchar a las partes para poder comprenderlas,
sin introducirse en el conflicto que haya surgido
y buscar posibles soluciones que no siempre son fáciles.
En definitiva, se trata de saber
mirar de frente a las complicaciones que surgen en
este tipo de edades y que pueden llevar al alumno
a una conducta inadaptada dentro del propio centro
o en su vida diarias. Los profesores han optado por
explorar la herramienta de la mediación y trasladarla
a las aulas para formar personas.
ELENA TRESGALLO/ El Diario
Montañés
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