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Red-acción
II Época / Nº44
Enero-Febrero
2011
CULTURA / CRÍTICAS

'The road'

Por Víctor Sancibrián, alumno de 4º de ESO del IES Santa Cruz de Castañeda.

'The road' ('La carretera') cuenta una historia post-apocalíptica sobre un viaje emprendido por un padre y su hijo a través de parajes que fueron destruidos años atrás durante un cataclismo que destruyó toda la civilización y la mayor parte de la vida sobre la Tierra.

Título: 'The road' ('La carretera')

Autor: Cormac McCarthy

Editorial: Editorial Mondadori

Traductor: Luis Murillo

Año: 2006
Premio Pulitzer 2007

Páginas: 224

Género: Novela de ciencia ficción.

'The Road' es una novela bestseller de ciencia ficción del escritor estadounidense Cormac McCarthy, autor de 'No es país para viejos'. Fue escrita en 2006 y ganó el premio Pulitzer en el año 2007. Fue llevada a la gran pantalla en 2009.
Se trata de una novela que atrae al lector y se lee prácticamente de un tirón, que empieza "in media res" (técnica literaria donde la narración comienza en mitad de la historia y utiliza flashback para describir a los protagonistas, los lugares y la trama). Cuenta con un lenguaje opaco y sobrio que le viene muy bien a la historia.

En un mundo desolado, devastado, post-apocalíptico, dos personas, un hombre y su hijo, luchan por sobrevivir un día más. Un desastre nuclear, un gran incendio, el choque de la Tierra con otra entidad cósmica, el fin de la civilización, un acontecimiento catastrófico, Norteamérica y el mundo entero han sido arrasados. Un día hubo un gran resplandor y luego nada, ni energía, ni comida, ni vida, ni Sol, ni nada. Pocas personas quedan vivas. Un padre y su hijo, de los que no se sabe el nombre, atraviesan las yermas tierras de Estados Unidos huyendo del frio invernal.
Cada día hace más frío, si llueve cae ceniza, y la nieve es color barro. Llevan un carrito de supermercado con sus escasas pertenencias, mantas sucias, comida envasada, un revólver, herramientas, bolsas de plástico, lonas, botas… El carrito lleva un espejo para ver si alguien les sigue. Su única obsesión es llegar al Sur, buscar la costa, huir del frío y de un pasado perdido. La madre, como otros muchos, supo que la batalla estaba perdida desde el principio y no luchó por su vida.

El niño no recuerda un mundo diferente a éste, muerto, sin animales, sin Sol, pero el padre sí; él tuvo una buena infancia. Necesita darle a su hijo un motivo por el que vivir, le cuenta en los descansos un mundo con flores, un mundo con vida, una sola Coca-Cola ya vale para hacerle reír. Cuando andan no hablan, sólo andan respirando dificultosamente. Y ya, cuando no pueden más, paran a dormir, a respirar, a comer o simplemente paran de moverse. Las noches son largas, frías, silenciosas… ellos aguantan como pueden, el padre le enseña a su hijo que ellos llevan el "fuego", que son de los buenos, y que los buenos siempre ganan. Viven escenas de ternura y también de dureza como cuando el padre enseña a su hijo cómo terminar con todo si las cosas se ponen feas con su propia pistola. Comida siempre les falta, y la poca que tienen no pueden calentarla para que no se vea el fuego.

La poca gente que ha sobrevivido viaja como ellos, se ha vuelto loca o espera a la muerte. En una ocasión se encuentran con un grupo de caníbales que poseen un garito en el que guardan comida humana viva y en otra con unos cuantos hombres con fusiles, rifles y hachas que han conseguido poner un camión en marcha y viajan desvalijando, asesinando a todos los que encuentran. Su único compañero es la carretera, que da nombre al título, a la que siguen como punto de referencia, y de la que huyen para esconderse.

Los protagonistas de 'The road' en una secuencia de la película.

Tras varios encuentros, algún que otro momento "feliz", muchas desventuras y más hambre, llegan a ver el mar. El niño nunca lo ha visto y se queda maravillado ante aquella extensa superficie gris, y tan muerta como todo lo demás. Andando por la arena ven a pocos metros de la costa un gran buque semihundido, y el padre nada hacia él en busca de algo. Allí encuentra referencias de que se trata de un barco gallego y consigue zapatos nuevos y algunas cuerdas. Vuelve y montan la tienda.

Un día despiertan sin nada, les habían robado por la noche. Las pisadas no se han borrado con la tormenta y pueden seguir el rastro que les lleva a una carretera. Allí anda, lentamente, un vagabundo como ellos que, al verles venir, intenta correr. Le dan caza y le obligan a devolverlo todo a punta de pistola. Aquel hombre da pena al niño. Además, el padre le hace quitarse la ropa y lo deja en medio de la carretera, bajo cero, nevando, como su madre le trajo al mundo. El chaval mira hacia atrás mientras se alejan apuntando al pobre hombre, y llora. Conoce perfectamente su destino. De nuevo, se vuelven a instalar en la arena.

Un día el padre despierta enfermo, con fiebre, y el hijo le hace una medicina con algunas hierbas. Al día siguiente sigue igual. Por la tarde llama a su chico y le explica la situación, debe dejarle, debe buscar una salida, debe seguir llevando el "fuego" él solo. Y si no, debe hacer lo que le enseñó, debe apuntar el cañón por debajo de su barbilla hacia arriba, y apretar con decisión el gatillo. Llorando, el joven permanece con su padre hasta que su expresión se relaja y muere. Lleva así dos horas, su padre no va a volver. Coge el arma. Empieza a llover.
Una figura se acerca. Cambia el arma de posición. Le apunta a la frente. Es un hombre con barba, como su padre.
-¿Dónde está el hombre que te acompañaba?- le dice y hace una pausa…- Tienes que venir conmigo.
-¿Eres de los buenos? ¿Portas el "fuego"? -contesta el niño-. Definitivamente, está trastornado, piensa el hombre.
Finalmente, el niño mira atrás, baja el arma y se va con el hombre.

Esta novela me ha gustado mucho, tiene una línea diferente, que impacta, sobre un mundo quizás no muy lejano, en el que la relación paterno filial tiene un papel importantísimo y que empuja a un padre a buscar un lugar mejor para su hijo en un mundo post-apocalíptico. La escasez de lirismo en el lenguaje, siendo éste parco e incisivo, alejado de cualquier intento de embellecerse, constituye un acierto ya que refleja cómo es la novela y nos muestra cómo es un mundo sin futuro.
El no nombrar a los personajes me parece otro acierto ya que así se quita importancia a cosas tan normales del "otro mundo" y se centra en cosas más básicas como encontrar comida, refugio o simplemente esperanza.
Si uno reflexiona después de leer la novela verá que casi todo el libro es una sucesión de buscar alimento, buscar escondite, caminar, descansar, buscar alimento, buscar escondite, caminar, descansar…..etc, pero organizado y contado de una forma que se devoran fácilmente sus páginas.

Creo que es una novela que deberían leer los jóvenes aunque, si no te gusta aunque sea un poco este estilo puede parecerte un libro un poco llano, liso. En definitiva, lo califico con un nueve sobre diez.

 

 


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