Logotipo Interaulas
Cabecera Red-acción Inicio > El mundo > Sabías qué ?
Reportajes
Entrevistas
Opinión
Cultura
Internet
El mundo
Medios
Imagen Primaria
Red-acción
II Época / Nº34
Junio
2009
EL MUNDO / SABÍAS QUÉ ?

La medicina medieval

Por Teresa Álvarez y Carlos Gómez, alumnos de 3º de ESO del colegio La Paz.

La Medicina (sí, con mayúsculas) es un arte tan antiguo como el tiempo. Este servicio del que en la actualidad disfrutamos todos ha venido sufriendo cambios abismales desde los primeros chamanes y curanderos de las tribus de la Prehistoria hasta los avanzadísimos neurocirujanos de la actualidad.

Ilustración de un manual medieval.

Aunque el tópico expone la Edad Media como una época oscura, de analfabetismo e incultura, eso no es del todo cierto, ya que durante estos diez siglos se vinieron produciendo cambios trascendentales para el régimen actual.

En la Edad Media, una enfermedad podía ser tratada de tres diferentes maneras:

• Los que en aquella época decían llamarse médicos (sí, nos referimos a los médicos con títulos), utilizaban sus amuletos y profecías nada concisas, así como teorías acerca de los sobrantes del cuerpo (la llamada 'Teoría de los Humores', que insistía en que el organismo humano estaba compuesto esencialmente por cuatro líquidos que recibían los siguientes nombres: bilis, bilis negra, flema y sangre. El exceso o deficiencia de cualquiera de ellos tenía como resultado trastornos de personalidad o de salud). Un novedoso invento de los médicos fueron las sangrías y las amputaciones, que finalizaban casi siempre con la muerte del paciente.

• Los monasterios tampoco ofrecían ningún remedio novedoso contra las enfermedades, aunque lo que sí que podían proporcionar era el calor de una cama, un techo sobre la cabeza y al menos dos comidas diarias, que, en el caso de los catarros leves y las gripes, eran mano de santo.

• La última y más conveniente opción era acudir a los tan comunes curanderos (llamados 'herbolarios'), cuyos remedios curativos estaban elaborados con plantas medicinales preparados según las instrucciones de los grandes médicos de las civilizaciones antiguas como Grecia y Roma. Solían ser los medios más efectivos.

Tradicionalmente, la medicina estaba a cargo de los monjes, con lo que los monasterios eran los principales promotores. La primera orden religiosa dedicada a tales tareas fue la de los Benedictinos. Para los monjes, tal misión era meramente caritativa. Los textos médicos empleados estaban en latín y eran en su mayoría fragmentos de obras griegas, sumamente prácticas. Galeno (130-200 d.C) era la autoridad; fue una de sus tesis la que frenó el tratamiento de heridas, ya que afirmaba, por ejemplo, que el pus era un producto natural que favorecía la curación de las mismas. Como consecuencia, la gente moría de infecciones.

Aunque quizá el progreso más importante y notable en cuanto a la medicina en la Edad Media se refiere a la aparición de los primeros hospitales, surgidos de la caridad cristiana. Esta novedosa institución se extiende pronto por toda la Europa occidental, anexa a los monasterios, ya que la atención hospitalaria especializada es llevada a cabo por los monjes.

El hospital cristiano no fue una institución asistencial para toda la población, conforme a su idea original, sino un centro para acoger desvalidos.

La aparición de los primeros hospitales marca el nacimiento de las primeras órdenes militares dedicadas a la enfermería y el cuidado de caballeros heridos o enfermos. Es por esto que durante el auge de estas órdenes (los siglos XII y XIII, incentivados sobre todo por el fenómeno que actualmente conocemos como las Cruzadas, mediante las cuales los cristianos tratan de recuperar Jerusalén) se construye una compleja red de de hospitales en sus lugares de asentamiento, aprovechando la circunstancia de de que muchos peregrinos acudían a ciudades tan importantes y tan concurridas como Jerusalén, la Ciudad Santa, y que muchos de los viajantes caían enfermos debido a la dureza de la travesía o a los avatares del Destino, además de los muchos caballeros que eran heridos en batalla.

Cabe destacar que la medicina medieval (sobre todo en áreas cristianas) estaba poco avanzada, por lo que el número de fallecimientos en los hospitales era aún muy elevado.

Los miembros de estas nuevas órdenes, que recibían todas en nombre de 'hospitalarias', tenían su propia jerarquía, la cual estaba estructurada en tres grupos claramente diferenciados:

• Los religiosos, que se encargaban de la atención espiritual de la orden. Entre ellos se encontraban los sacerdotes, que atendían las obligaciones religiosas en las iglesias, campamentos y hospitales. No combatían.

• Los clérigos de guerra: eran estos hombres los que llevaban las armas, protegían a los peregrinos en los caminos y luchaban en las Cruzadas.

• Los hermanos sirvientes, quienes se encargaban de atender a los viajeros cansados y darles cobijo y cuidar a los enfermos de los hospitales que ellos mismos habían creado.

Los hombres pertenecientes a estas órdenes hospitalarias eran valientes, piadosos y caritativos. Vivían al servicio de Dios, como en las órdenes religiosas mundanas.

Los hospitales fundados se regían igual que un ejército: cargos, disciplina, uniformes e insignias. En la mayoría de los hospitales no había médico, por lo que el cuidado de los enfermos quedaba en manos de la enfermería, además de un grupo de 'voluntarios' que ayudaban sin necesidad de pertenecer a la orden, a cambio de cobijo.

Miniatura que representa la Schola Medica Salernitana.


Entre las órdenes militares de enfermería cabe destacar las siguientes tres:

Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
Fundada a finales del siglo XI, aunque oficializada en 1138, fue la primera de todas ellas, y la más renombrada. A su cargo tenía a los peregrinos que acudían a la ciudad de Jerusalén, aunque poco a poco fue tornándose de carácter militar al entrar en juego las Cruzadas.

Caballeros de Santa María del Teutón
T uvo su origen en 1190, durante el asedio a la ciudad de San Juan de Acre en la Tercera Cruzada. Originalmente era sólo una organización caritativa que ayudaba a los peregrinos cristiano, pero luego fue reorganizada como orden militar, a semejanza de los caballeros Templarios.

Caballeros de San Lázaro de Jerusalén
Con uno de los primeros hospitales europeos especializados en una enfermedad concreta. Los lazaristas acogían a cualquier caballero que contrajera la peste, hasta tan punto en que la orden llegó a estar compuesta de caballeros leprosos y antiguos enfermos de lepra, que acudían a las refriegas entre musulmanes y cristianos como un ejército más.

En la Edad Media hubo un marcado desacuerdo entre la medicina y la cirugía. Las obras de Galeno promulgaron esta separación, diciendo que la cirugía era una forma de tratamiento, con lo cual dejaban al cirujano subordinado al médico. Para el cristianismo de aquella época el cuerpo humano era una prisión del alma que no merecía ser llevada a estudio. La medicina medieval era especulativa, la parte médica era substantiva y la manual, desdeñada.

Con el tiempo, la cirugía pasó a manos de los barberos. En 1163 se formuló un edicto que prohibía la quirúrgica a los clérigos, hecho vigente en 1215. A tal prohibición se le introdujo un elemento religioso con el fin de mantener alejados a los religiosos de tal actividad: tener una enfermedad era reflejo de los pecadores, consecuencia de la brujería y obra del demonio. Como único remedio a se pasó a emplear la oración y la penitencia para alejar el mal. Como colofón la medicina dejó de enseñarse en los monasterios.

Ese mismo año, gracias al tratado, los barberos subieron de estatus en Francia. Aunque surgen en esta época las primeras escuelas, la mayoría situadas en los monasterios y principales instituciones eclesiásticas, la rápida expansión de las mismas y la gran afluencia de estudiantes desembarca en la estructura de las actuales universidades, que iban por cierto en contra de la mentalidad de la época. Una de las más prestigiosas en el estudio de los remedios curativos fue la de Salerno.

Esta universidad basaba su funcionamiento en la práctica más que en la teoría, lo cual era un método de enseñanza reprobado por la Iglesia. En su biblioteca contaba con numerosos tratados de anatomía, fundamentados en la disección de cerdos, además de otras obras de cirugía.

Entre los estudiantes y profesores también hubo mujeres, algo muy relevante para la época, y cabe decir también que bastante insólito.





Fuentes empleadas:

- La Medicina Medieval, artículo extraído de la revista 'Sàpiens', traducido y proporcionado por Pere Manel Martín, de la Facultad de Historia de Tarragona.

- http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones

- http://es.wikipedia.org/wiki/Cuatro_humores

- http://www.portalplanetasedna.com.ar/humores.htm



SUBIR

La Folía, el homenaje a la Virgen de la Barquera
¿Lo sabes todo sobre el tabaco?
Próximo destino: el espacio
'Sabías qué', el espacio en el que puedes profundizar sobre cualquier tema