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II Época / Nº34
Junio
2009
ENTREVISTAS / PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Enrique Campuzano, director del Museo Diocesano

Por María Reguilón Celis y Marina Haro Herrera, alumnas de 4º ESO del colegio La Paz.

Cantabria ha realizado en los últimos años un gran esfuerzo en la recuperación, mantenimiento y difusión de su patrimonio. Tanto por la necesidad de proteger un bien que repercute en la actividad turística, como por la necesidad de proteger las raíces de la comunidad. Sin duda, uno de los pioneros en esa ingente labor ha sido Enrique Campuzano Ruiz. El organista de la Asunción, como le conoce Torrelavega, nació en 1958. Doctor en Historia del Arte es académico de las Reales Academias de Bellas Artes de San Jorge, en Cataluña, y de San Fernando de Madrid.

Enrique Campuzano en el órgano de la iglesia de la Asunción.

Entre sus múltiples labores y servicios a la cultura de nuestra tierra se encuentra una numerosa labor editorial a través de libros, estudios (como sus famosos sobre órganos y sobre el gótico cántabro), guías y materiales didácticos para jóvenes.
Tras el periodo del recordado padre Antonio Niceas, Campuzano asumió el cargo de director del Museo Diocesano de Santillana del Mar, que en la actualidad ostenta, junto al que siguió con su pasión por el órgano que había iniciado cuando se convirtió en organista de la iglesia de la Asunción de Torrelavega.
Su labor divulgativa se hizo notoria cuando tras hacerse cargo del Museo Regina Coeli de Santillana (fundado en 1967 y uno de los más importantes de España) trajo a Cantabria las Jornadas Nacionales sobre Patrimonio, convirtiéndolas en un lugar de reflexión sobre la situación del patrimonio en España. Los medios y herramientas creados en Santillana han servido no sólo para una mejor protección de bienes muebles e inmuebles, sino para dar valor social, cultural y económico a un patrimonio a menudo arrumbado. De su trabajo se ha obtenido no sólo una mayor sensibilidad social hacia estos temas, sino una fuente de riqueza, visible en los más de 425.000 visitantes anuales.
Entre sus últimos trabajos se encuentran las obras divulgativas sobre el patrimonio de la capital y su entorno y sobre el arte mueble (órganos, retablos...), así como monografías como la de Santo Toribio de Liébana, sexta de una colección de gran interés histórico.

Pregunta.- ¿De todo lo que hace, qué es lo que más le gusta?
Respuesta.- Me gusta todo lo que hago y me gusta más cuando lo hago por voluntad propia y no por encargo. Los temas artísticos suelen ser de encargo mientras que los de música los hago por que me apetece y, aunque me requiere un mayor esfuerzo, me divierte más.

P.- ¿Cómo encuentra tiempo para compaginar todas tus actividades?
R.- Creo que porque me organizo bien y no veo la televisión. Además, antes de ponerme a hacer algo pienso primero cómo hacerlo y el método para hacerlo mejor y que no me cueste más tiempo.

P.- ¿Qué estudiastó y dónde?
R.-Historia del Arte, en los últimos años del Franquismo, de 1973 a 1976. Dos años en Valladolid y los tres de especialidad en la Universidad Complutense de Madrid.

P.- ¿Y era un buen estudiante?
R.-Al menos normal, acabé la carrera en cinco años, y todo se desarrolló bien.

P.- ¿Recomendaría a las nuevas generaciones estudiar y hacer un doctorado?
R.-Claro. Al menos estudiar para conseguir una titulación superior. La especialización posterior depende de las ganas y del interés que tengas por temas que te entusiasmen.

P.- ¿Cree que esto le ha ayudado a encontrar fácilmente un trabajo?
R.-Sí. Si has sido capaz de hacer un doctorado es porque tiene capacidad de esfuerzo e ilusión y eso se suele valorar por la parte contratante.

P.- ¿Cuánto tiempo tardó en escribir sus libros o alguno de ellos?
R.-Es difícil precisar, porque lo más importante es tener las ideas y éstas surgen de leer mucho o reflexionar sobre las cosas. El tiempo material de plasmar por escrito dichas ideas depende del tiempo que le dediques; 'El libro del Gótico' tardé unos seis años en pensarlo y dos en escribirlo, pero hay que tener en cuenta que escribir a máquina (y sin tachones, además no había tipex) era más lento que con ordenador.

P.- ¿Cuál ha sido el más exitoso de sus libros?
R.-A nivel nacional 'El gótico en Cantabria', porque fue el primero que abordó este estilo desde nuevas perspectivas y terminología en un ámbito regional.

P.- ¿Por qué lo ha sido?
R.-Porque luego sirvió de modelo a otros muchos para las diversas provincias o regiones.

P.- ¿El trabajo al que se dedica es el que quería hacer de joven o ha cambiado varias veces de opinión?
R.-Lo tenía muy claro desde los 15 años: el arte y, como complemento, la música.

P.- ¿En qué consiste su trabajo como director de conservación y restauración de órganos musicales en las iglesias?
R.-Lo primero estudio cada órgano, su estado de conservación y la prioridad de tratamiento con respecto a otros, así como la posibilidad de que haya alguien que pueda tocarlo y después, lo más difícil, conseguir que a alguna institución le guste la idea y pague el coste.

P.- ¿Es difícil la defensa del patrimonio, es una guerra como parece?
R.-No, tanto no, pero hay muchas dificultades y algunas incomprensiones en este campo. Ya tenemos una ley, la de 1998, pero ahí no acaba la cosa. Hay que esforzarse por conseguir mejorarla, que se conozca y se cumpla.

P.- ¿Por qué los órganos son su objetivo primordial?
R.-No es el único, lo que ocurre es que ciertos bienes culturales al estar en uso se presta más atención a su mantenimiento. Sin embargo, la falta de organistas hace que muchos estén arrumbados y olvidados, igual que los retablos, algunos maravillosos, pero en ermitas e iglesias que al no tener culto, no se protegen. No es tanto un objetivo como una prioridad.

P.- No fue muy comprendida su idea inicial de cobrar por entrar en las iglesias ...
R.-Yo soy del parecer que lo que no cuesta no se valora. Tampoco hemos pretendido nunca convertir esto en un negocio, pero si que es cierto que podemos obtener algunos recursos necesarios para las políticas de conservación. Debemos tener en cuenta que estamos hablando de cantidades simbólicas como forma de concienciar a la sociedad sobre el respeto a estos bienes.

P.- ¿Y por dónde empezamos?
R.-Por establecer criterios racionales a la hora de decidir a qué iglesias es necesario dedicar los recursos existentes. Yo creo que debe primar el interés artístico e histórico del edificio, no tanto como la funcionalidad religiosa y los servicios a la sociedad. Muchas veces no se entiende, pero debemos escoger en nuestra labor, pues esta es una comunidad con recursos limitados y que cuenta con unos 1.200 templos, de los cuales 450 son ermitas.

P.- Conservar, divulgar. ¿Falta algo?
R.-Asesorar. Mucha gente está implicada o tiene capacidad de intervenir en este campo y no siempre tiene conocimientos y formación. Y por otra parte, los técnicos no podemos llegar a todas partes, así que es bueno delegar en los afectados o en otros colectivos y crear con ellos un impulso protector de toda la sociedad hacia nuestras raíces. De hecho de este trabajo asesor hacia colectivos, ayuntamientos y parroquias han surgido proyectos muy interesantes, como el que se desarrolla en el entorno de la iglesia de Santa María de Piasca, donde las excavaciones han permitido descubrir restos del antiguo monasterio. Estos trabajos, junto a los de divulgación, han sido el arranque de publicaciones monográficas o de una revista, 'Clavis'.

P.- En la actualidad es profesor
R.-Sí, de Historia del Arte en el instituto de Viérnoles.

P.- ¿Es más difícil compartir sus conocimientos con los alumnos o proteger la cultura?
R.-Una cosa va unida a la otra. Sin la implicación de quienes son el futuro poco haremos. A mi, de todas formas, la enseñanza me gusta, es una forma de demostrarte a ti mismo que lo que tu has adquirido con tu esfuerzo ha servido para algo.

P.- ¿Cómo se hace para abarcar tanto?
R.-Se hace con ilusión, trabajo y colaboración. Y tampoco es tanto. En la actualidad, junto a lo que hemos hablado, soy miembro del equipo redactor y dirección facultativa de las obras de restauración del antiguo edificio de la Universidad Pontificia, junto a lo que trabajo en la elaboración del catálogo de la Música de la UP de Comillas. También soy cronista del Ayuntamiento de Puente Viesgo, y director de conservación y restauración de órganos musicales en las iglesias.



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