Debió
ser abogado y la vida le convirtió en notario
de ese mundo angosto que él ha escudriñado
como pocos de tanto mirarlo con los ojos del corazón,
que son más grandes que los que pueblan la
cara.
Nombre: Mario
Camus
Lugar y fecha de nacimiento:
Santander, 20 de abril de 1935.
Ocupación: Director
de cine
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Tras huir de una
vida predestinada a togas y oficinas, Mario Camus
(Santander 1935) se alistó en la Escuela Oficial
de Cine en 1956, formando parte de una de las generaciones
de artistas más importantes de nuestra historia.
Pese a ser catalogado como miembro de la llamada corriente
Nuevo Cine Español, lo cierto es que
los de su generación son inclasificables. Directores,
guionistas, creadores al fin, de la talla de Carlos
Saura, Basilio Martín Patino, José Luis
Borau, Julio Diamante, Miguel Picazo y Manuel Summers.
Camus ha destacado
durante toda su trayectoria por su soberbio uso del
lenguaje narrativo, con guiones cuidados y muy sólidos
en los que destaca su maestría para adaptar
textos literarios, los cuales son la base de algunas
de sus obras más reconocidas, caso de La
leyenda del alcalde de Zalamea (1972), Young
Sánchez (1964), Con el viento solano
(1967), Los pájaros de Baden-Baden
(1975), la serie televisiva de Fortunata y Jacinta,
La colmena (1982), Los santos inocentes
(1984) o la lorquiana casa de Bernarda Alba
(1987).
Comenzó su
carrera adestrándose en el llamado cine comercial,
con obras al servicio de las grandes figuras de los
años del desarrollismo, como Raphael y Sara
Montiel (La cólera del viento, 1970),
o colaborando con grandes maestros como Saura (Llanto
por un bandido).
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Mario Camus
con nuestra reportera. |
Desde los años
90, su cine toma un curso más personal, alcanzando
la admiración y el reconocimiento que ya nunca
le han abandonado, con obras que retrataban la dura
vida española marcada por ETA (Sombras
en una batalla, 1993, o La playa de los galgos,
2002), críticas sociales de gran calado (Después
del sueño, 1992; Adosados, 1997,
y El color de las nubes, 1998) y grandes
adaptaciones literarias como las anteriormente indicadas.
Profesor en la Escuela
Oficial de Cinematografía, Camus ha sido también
escritor (Un fuego oculto, 2003 y Apuntes
del natural, 2007), actor, cortometrajista y
sobre todo guionista. Su talento ha sido reconocido
en todos los géneros que ha tocado, incluso
musicales, debido a una inteligente dirección
de actores que ha permitido que algunos de los nuestros
llegaran a alcanzar importantes premios internacionales
(Alfredo Landa y Francisco Rabal, premio de interpretación
del Festival de Cannes por Los santos inocentes).
Juan Carlos Frugone
presentó en la Semana de Cine de Valladolid
de 1984 un libro bibliográfico inspirado en
el director, titulado Oficio de gente humilde...
Mario Camus.
Su lista de premios
es larga, incluyendo el premio a la mejor película,
mejor guión y mejor dirección del Sindicato
Nacional del Espectáculo (Los pájaros
de Baden Baden, 1975); premio del Círculo
de Escritores cinematográficos (La Colmena,
1982); mejor película y mejor director;
en el Festival de cine de Alejandría en 1982,
premio al mérito artístico y a la mejor
película; en el Festival de Berlín de
1982, los premios Oso de Oro a la mejor película;
Premio Cidalc a la mejor película y Premio
Berliner Morgen Post a la mejor película. Por
Los santos inocentes premio ecuménico
a la mejor película de 1984 en la Bienal de
Cine 'Ciudad de Bogotá'; primer premio Cannes
1984; premio al Mérito Artístico y a
la mejor película en el Festival de Cine de
Alejandría y también el premio a la
mejor película en los Festivales de Cine de
Durban y de Varna en 1985. Ha recibido también
un Premio Nacional de Cinematografía concedido
por el Ministerio de Cultura en 1985 y un Goya al
mejor guión concedido por la Academia de Ciencias
y Artes Cinematográficas de España por
la película Sombras en una batalla
en 1993, así como dos nominaciones a estos
premios, al mejor guión adaptado en 1991 y
1996. En los últimos años continúa
con su trabajo y recogiendo el apoyo unánime
de la profesión.
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Mario Camus
durante un rodaje. |
Desde hace un tiempo
la fortuna me ha permitido que seamos vecinos, en
Ruiloba. El 20 de abril es su cumpleaños. Ese
día bajaré la ladera para cantarle felicidad
junto a una vela. Mientras tanto, y cada día,
le diré en voz bajita "gracias",
por enseñarme la vida en sus historias.
Pregunta.-
¿Por qué cambió el
Derecho por el cine?
Respuesta.- Por una razón
muy simple. Yo me fui a Madrid para estudiar Derecho,
pero la verdad es que no me gustaba nada. En aquella
época se encontraba allí la única
escuela de cine, muy pequeña, por cierto. El
problema era que para entrar en ella había
que tener cierta edad, de manera que cuando llegué
no podía ingresar. Así que me matriculé
en derecho y cuando tuve los 21 años que se
pedían para ser admitido intenté ingresar
y lo conseguí. Mi idea siempre fue entrar en
esa escuela.
P.- ¿Terminó
usted sus estudios de Derecho?
R.- No, llegué a cuarto curso,
o sea que me quedaron un montón de asignaturas.
P.- ¿De todas las películas
que ha rodado cuál es la que más ha
significado para usted?
R.- Yo no tengo favoritas, puede
ser que nombre la que más dinero ha dado, la
que más espectadores ha tenido... Yo personalmente
pienso que hay dos películas, siempre dos.
Una es la que se hace para el público y otra
se compone por lo que pasa durante el trabajo. Por
eso nosotros, cuando nos preguntan, tenemos en mente
otra película de la que ha visto la gente.
Depende muchas veces de eso para que tú encuentres
la película bien o mal, no por la película
en sí, sino por el tiempo que duró el
rodaje y lo bien o mal que lo pasaste. Pero vamos...
no tengo una película que me guste más
que otra o que tenga preferencia por ella más
que por otra.
P.- ¿De todos los actores
con los que ha trabajado con cuáles le gustaría
volver a trabajar? ¿Por qué?
R.- ¡Caramba! Pues es que
he trabajado con muchísimos. Como también
he hecho series largas pues son un montón.
No creas que tengo ahora muchas ganas de trabajar,
repetí con muchos pero tampoco ahí te
puedo dar una respuesta exacta, me gustan todos ellos,
no tengo preferencia por ninguno. Cada historia requiere
un tipo de actor y entonces depende siempre de lo
que tu quieras contar.
P.- ¿Qué ha significado
para usted rodar en su tierra?
R.- Por una parte suerte de haber
podido hacerlo, por otra parte tranquilidad puesto
que esta tierra la conozco muy bien y no tengo tantos
problemas como puedo tener en otro sitio que no conozco,
y las historias que pueden salir de aquí son
historias que me conozco mejor que otras, ésa
es la ventaja que tengo.
P.- ¿Usted cree en el dicho
de que nadie es profeta en su tierra?
R.- No... hay veces que sí
y otras que no. Además eso depende de cómo
se mire, todos los refranes están hechos para
hacer generalizaciones pero a la hora de la verdad
la vida tiene muchos matices.
P.- De toda su carrera cinematográfica
¿cuál ha sido el proyecto que más
dificultades y dolores de cabeza le ha dado? y ¿por
qué?
R.- Habría que preguntar
cuál es el que no me ha dado dolores de cabeza.
En ese caso te diría que los que menos dolores
de cabeza me han dado son los que he hecho aquí,
y los demás pues... eso es todo trabajo, y
el trabajo, por lo menos el nuestro, es algo que necesita
mucho dinero y juega siempre con el tiempo y, quieras
o no, dolores de cabeza dan todos.
P.- ¿Qué razones cree
usted que hay para que el cine español tenga
menos éxito que el americano?
R.- Pues eso pasa porque estamos
muy colonizados. Los americanos tienen mucho más
dinero que nosotros, más medios que nosotros,
hacen unas películas más espectaculares
que las nuestras... y colonizan el mundo con las series
y las películas. Ellos mandan en todas partes,
pero no solamente aquí sino en Francia, Italia...
Hay películas que son mejores y otras peores,
pero ellos son los que poseen y mandan en la distribución.
Después hay otra cosa fundamental, las películas
americanas se ruedan y se escuchan en su idioma como
las películas polacas en polaco, aquí
sin embargo está muy arraigada como ley la
existencia del doblaje. Así, la facilidad para
entender sus historias coloca a ese cine a la misma
altura, en competencia, que el nuestro, y como esto
es un mercado libre pues todas son iguales. Lo que
pasa que no es así, el mercado es muy imperfecto
porque ellos pueden gastarse mil millones de euros
en publicidad y nosotros no. Así que jugamos
siempre con mucha desventaja, pero ellos por supuesto
mandan y nosotros somos sus colonos.
P.- ¿Cuál cree usted
que sería la forma de atraer a los adolescentes
al cine español?
R.- No tengo ni idea. Yo conozco
a varios adolescentes, pero yo no tengo ni idea de
darte soluciones completas, pero creo que no tienes
por qué atraer a los jóvenes al cine
español, pueden ver cualquier tipo de cine,
eso es una labor cultural y no consiste sólo
en ver cine español sino en ver cine en general
y conocer lo que hay en otros países; no se
trata sólo de conocer Cabezón de la
Sal, se trata de conocer Palencia, Valladolid... hay
que ampliarse un poco la perspectiva de la vida, de
esa forma los adolescentes cuando sean mayores estarán
educados y podrán elegir una u otra.
P.- A lo largo de su carrera, ¿han
cambiado mucho los gustos del público?
R.- Sí, yo creo que sí.
Y más que gustos lo que varía son las
generaciones. Estas últimas generaciones, los
que tienen ahora entre 20 y 30 años, que son
los que van al cine, son muy crédulos. Eso
es lo que ha cambiado, hacen mucho caso a la publicidad,
pero para el cine y para cualquier cosa, porque se
está educando en el consumo y debería
haber una limitación que no hay.
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Mario Camus
durante el Festival de Málaga. |
P.- ¿Qué tiene que
tener una historia para que usted se fije en ella
y quiera llevarla a la pantalla?
R.- Pues tiene que ser sencilla,
bonita y entretenida, pero sobre todo sencilla y que
pueda entenderla todo el mundo.
P.- ¿Ha sido muy duro llegar
a ser reconocido como director de valía? ¿Cómo
ha sido llegar a convertirse en el Mario Camus director
de cine?
R.- Yo nunca me propuse eso, yo me
propuse trabajar. Después que te reconozcan
o no, el que te den un premio o un reconocimiento
es algo ajeno.
Estudiando me convertí en director de cine,
estudias tres años, después sigues estudiando
de otra manera, y más tarde a trabajar. Llevo
47 años trabajando pero, vamos, que es un proceso
normal, el que tiene todo el mundo, como el que tendrás
tú o tendrá cualquiera, porque una vez
que estás metido en un trabajo vas evolucionando
y eso es lo que te lleva a dominar el oficio.
P.- ¿Qué consejos
le daría a alguien que tiene la ilusión
de ser director de cine?
R.- Pues... lo que no hay, y hace
falta, es humildad, reconocer que es complicado aprender
y, con ello, voluntad de aprender.
P.- ¿Cómo es trabajar
con famosos, son los actores tan excéntricos
como nos hacen creer?
R.- No, eso de ser famoso es una
tontería. Lo que llamamos famoso yo creo que
se debería llamar de otra manera. Hay gente
importante, como es el Rey, el jefe de Estado, un
médico que salva vidas… Pero lo que normalmente
se llama famoso no es más que alguien que sale
mucho en televisión, lo cual no quiere decir
que esa persona sea útil, lista o ejemplar.
Lo de famoso es una etiqueta que se pone, y que falsamente
se piensa que garantiza que lo dice tiene interés.
Hay gente que sale por la tele y dice tonterías.
No me gusta nada en el cine lo de los famosos y las
estrellas. A mí lo que me gusta es el trabajo
y las historias que se proyectan, que no tiene nada
que ver con lo de famoso o no famoso.
P.- De toda su carrera ¿qué
es lo que menos le ha gustado?
R.- Pues quizás lo que menos
te guste es que se te note el cansancio o envejecer,
pero a mí mi carrera me gusta, me gusta todo,
lo bueno y lo malo. Pero seguramente envejecer es
algo que a nadie le gusta, aunque es inevitable.
P.- ¿Cuál es su asignatura
pendiente? ¿Qué es lo que todavía
no ha hecho y le gustaría hacer?
R.- Ya no me da tiempo a hacer muchas
cosas, pero seguramente me hubiera gustado hacer una
adaptación de un novelista que se llama Pío
Baroja.
P.- ¿A qué dedica
usted su tiempo libre, qué hobbies tiene?
R.- Pues a escribir, a imaginarme
historias y tratar de hacer la película siguiente...
Ya es un problema de instinto, lo he hecho toda la
vida y no puedo evitar sentarme ante un papel muy
temprano para hacer historias, para llamar a alguien,
para intentar montar algo... Aunque ya con poca prisa.
P.- ¿De todos los premios
que ha recibido cuál le ha hecho más
ilusión?
R.- Es muy difícil de contestar.
Para mí el premio está en que yo he
podido trabajar, hacer muchas películas, muchas
series y conocer mucha gente, gente estupenda. Pero
a mí los premios no creas tú que me
gustan, te lo dan y está muy bien, pero no
creas que es lo que más me gusta de la profesión
ni mucho menos. Hay otras cosas que me gustan más,
el recordar a gente que ha trabajado conmigo, reunirme
con ellos... eso me divierte más que cualquier
premio.
P.- ¿Tiene algún proyecto
en mente? ¿Cuál?
R.- Sí, siempre tengo. Estoy
pensando en una película para hacer en Santander
que se llama Al sur de la bahía.
P.- Para terminar, de toda Cantabria,
¿qué le llevó a elegir Ruiloba
como su residencia?
R.- Pues una serie de coincidencias.
Yo vivía de niño aquí abajo,
en el Valle de Cabezón, y después viví
en Santander, porque yo nací allí, así
que volví a vivir a Santander. En el Valle
de Cabezón no hay mar y eso yo lo echaba de
menos, puesto que soy de Santander. Así que
pensé en Ruiloba, un lugar tranquilo, cerca
de Comillas, una costa que conocí de niño.
Junto a ello, una serie de circunstancias casuales
han hecho que viva aquí. Y la verdad es que
estoy encantado.
Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Camus
http://www.todocine.com/bio/00054244.htm

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