Era la
tarde del 25 de febrero de 1966 cuando un incansable
temporal batía la gallega 'costa de la muerte'.
Entre olas de 12 metros, la fragata 'Ariete' de la
Armada española luchaba por impedir que la
mar se tragase las vidas de sus 166 hombres. La fragata,
que se trasladaba desde Ferrol a Cartagena, se encontraba
junto a las islas Cíes, frente a Vigo, cuando
el viento roló y empujó como un muñeco
la nave hasta Carnota, 60 kilómetros al norte,
en plena 'costa de la muerte'.
|
José
María Martínez muestra el reloj
que conserva del naufragio. |
Los esfuerzos de un petrolero cercano,
e incluso de la fragata 'Legazpi', fueron vanos. Al
atardecer de aquel fatídico día, la
mar tiró al 'Ariete' como un trapo contra la
playa rocosa de Ardeleiro. Toda Carnota, a oscuras,
se echó a la mar y a la costa para intentar
salvar a los desafortunados soldados. Este es, por
tanto, 42 años después, un pequeño
homenaje a aquellos héroes anónimos,
los marineros y pobladores de la costa gallega, por
cuyo esfuerzo y generosidad, 166 hombres salvaron
la vida. El gobierno español reconoció
en su momento la gesta de aquel pueblo entregando
a 67 vecinos la medalla al Mérito Civil, mientras
que el Ayuntamiento de Carnota pasó a lucir
desde entonces en la enseña municipal el calificativo
de "muy humanitario". Todos sobrevivieron
gracias al esfuerzo de aquel pueblo. Entre ellos,
mi abuelo.
Pregunta.-
¿Nos puedes contar aquella tragedia?
Respuesta.-
Pues sí, nunca se me olvidará cuando
naufragó el barco donde yo estaba. Fue algo
que marcó mi vida.
P.-¿Cuándo
ocurrió?
R.- Sucedió
mientras estaba haciendo el servicio militar en la
Armada española. Fue el 25 de febrero de 1966.
Yo tenía 24 años.
P.- ¿Qué
fue lo que sucedió?
R.- Pues que la fragata en el que
íbamos podemos decir que naufragó, y
yo fui uno de los supervivientes. Habíamos
estado en Ferrol durante tres meses y el barco había
quedado perfecto. Nos dieron la orden de salida hacia
Cartagena y, a pesar de que había temporal
en la mar, zarpamos. Con el temporal, las máquinas
del buque se pararon y quedamos a la deriva. Después
de 24 horas a merced de las olas, embarrancamos frente
a la costa gallega, la 'costa de la muerte', frente
al pueblo de Lira.
P.- ¿Cómo
se llamaba el barco en el que ibas?
R.- Era la fragata 'Ariete'.
P.- ¿Cuántos
ibais en el barco?
R.- En el momento de los sucesos
íbamos 168 personas a bordo.
P.-¿Hubo
heridos graves?
R.- De nuestro barco no hubo ningún
herido grave, pero nos enteramos que si que hubo una
persona de uno de los barcos de la Armada que nos
fue a ayudar el Legazpi, que sufrió una amputación.
P.-¿Cómo
os salvasteis?
R.- Gracias a la gente de la zona,
que nos ayudaron. Construyeron una especie de poleas
con cuerdas, donde colocaron cestos y salvavidas para
poder agarrarse y meternos dentro. Iban del barco
a tierra y viceversa.
P.-¿Cómo
te sentiste?, ¿pensaste que podías morir?
R.-En esos momentos no reaccionaba
y no percibía el peligro ante el cual estaba.
Es una sensación extraña, sí
que pensé que podía morir.
P.-¿Perdiste
algo en el naufragio?
R.-En el barco tuvimos que dejar
toda la ropa, dinero, fotos ... sólo pudimos
salir con lo puesto. Sólo llevaba el reloj,
que aún lo conservo.
P.- ¿Qué
pasó después?
R.- Cuando ya estábamos todos
a salvo en tierra, la gente del pueblo nos llevó
mantas, ropa seca, comida y bebida. Después,
nos llevaron en autobuses a la Escuela Naval de Marín,
en Pontevedra.
P.-¿Qué
pasó con el barco?
R.-El barco se rompió en varios
trozos al romper las olas contra él. Al cabo
del tiempo lo fueron desguazando para así poder
recuperar las piezas que valían.
|
Veteranos del
'Ariete' junto a una placa conmemorativa. |
P.-¿Por qué
estabas en la Marina?
R.-Estaba haciendo el servicio militar
durante 24 meses y cuando sucedió esto me quedaban
todavía cuatro meses para acabarlo. Nos mandaron
a casa un tiempo y después embarqué
en otro buque gemelo llamado 'Temerario', para acabar
los meses que me quedaban.
P.- ¿Después
de este suceso seguiste navegando?
R.-Sí, seguí en la
marina mercante durante cinco años y medio,
en un ferry llamado 'Santa Cruz de Tenerife', que
hacía viajes a Barcelona, Mallorca, Cádiz
y Canarias. Allí tuve la suerte de conocer
a la que sería mi futura esposa.
P.-¿Por qué
lo dejaste?
R.-Lo tuve que dejar para poder formar
una familia y estar con ellos.
P.-¿Te hubiera
gustado haber seguido navegando?
R.-Pues por una parte sí,
pero la vida de navegante es muy sacrificada y hay
que renunciar a muchas cosas.
P.- ¿Lo sigues
echando de menos?, ¿te hubiera gustado haber
tenido un barquito propio para poder ir aunque fuera
a pescar?
R.- Sí que lo echo de menos.
Pues sí, la verdad, me hubiera gustado tener
mi propio barco, pero debido a falta de recursos económicos
siempre he tenido otras prioridades.
P.-¿Tiene
fotografías o algo de aquellos hechos?
R.-Sí, tengo recortes de periódicos,
fotografías, un libro que escribieron años
después llamado 'La Odisea de la Fragata Ariete',
donde lo cuentan todo, y hasta salen reportajes de
prensa en internet y nos han hecho una parodia llamada
'Fragata Ariete'. Guardo también los recuerdos
del homenaje que el pueblo nos brindó a los
48 supervivientes actuales, el pueblo de Liria-Carnota,
y las palabras de quienes lo organizaron, y en su
día nos salvaron la vida, como Juan Manuel
Gómez, patrón mayor de Lira, que entonces
sólo contaba 17 años, y que al sacarme
del agua, ante mi pregunta de dónde estaba,
me contestó en gallego: Esta é unha
terra moi bonita. Y es verdad, por sus gentes.
SUBIR
|
|