'El perfume'
es la historia de un hombre con un olfato prodigioso
que busca su propio olor. Una novela que nos lleva
a reflexionar sobre el poder de las apariencias y
la importancia que tienen los demás sobre nosotros.
Título:
'El perfume'
Autor:
Patrick Süskind
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Argumento (extraído de 'El rincón del
vago')
Jean Baptiste Grenouille nace el
17 de julio de 1738, en el lugar más maloliente
de París y en un día muy caluroso. Era
el quinto hijo, todos habían nacido en la pescadería
y habían muerto; no obstante, Grenouille sobrevivió
y su madre fue acusada de infanticidio y ejecutada
una semana después.
Grenouille fue enviado con varias
nodrizas, pero ninguna deseaba alimentarlo porque
comía mucho. Las nodrizas que lo cuidaron se
deshicieron de él y lo dejaron en el convento
de Saint Merri, donde recibió el bautismo y
el nombre de Jean Baptiste. El padre Terrier decidió
criarlo a expensas del convento y lo entregó
a la nodriza Jean Bussie, quien semanas después
lo devolvió porque lo consideraba diabólico,
ya que no emitía ningún olor como una
persona normal. El padre Terrier, pese a ser un hombre
culto, tampoco deseaba tener al pequeño Grenouille
cerca después de haber sido olfateado por el
niño casi recién nacido, al grado que
podría olerle las entrañas; por lo tanto,
lo envió lejos de su convento con madame Gaillard,
quien aceptaba niños de toda condición.
Grenouille vivió allí
hasta 1747. Durante su estancia, madame Gaillard pensaba
que Grenouille podía ser una especie de vidente,
pues localizaba las cosas más escondidas sin
ningún problema. Sin embargo, el verdadero
don de Jean Baptiste era el olfato altamente desarrollado,
el cual le ayudaba a caminar en la noche, a encontrar
la leña y a distinguir cualquier objeto. Grenouille
no fue muy brillante para los estudios, tampoco muy
querido por sus cohabitantes; no obstante, poseía
una memoria extraordinaria para los aromas y procuraba
aprenderse los nombres de todo olor que percibía.
Cuando Grenouille cumplió
ocho años, el convento de Saint Merri dejó
de enviar dinero para su manutención y dada
la posibilidad de que el niño fuera un vidente
que podría causar desgracias, madame Gaillard
decidió deshacerse de él enviándolo
a la tenería de Grimal, en donde probablemente
tendría pocas probabilidades de sobrevivir.
Esto no fue así, pues no sólo sobrevivió
a las malas condiciones en las que vivía, sino
que sobrevivió al ántrax maligno contraído
por la humedad de las pieles que transportaba, de
tal suerte que se convirtió en uno de los trabajadores
más valiosos de Grimal, dada su resistencia,
obediencia, laboriosidad y modestia.
El primero de septiembre de 1753,
aniversario de la ascensión al trono del rey,
se encendió un castillo de fuegos artificiales.
La muchedumbre se había congregado para admirar
el festejo. Grenouille asistió con la esperanza
de encontrar un nuevo olor, sin embargo todos los
olores de la muchedumbre y los fuegos artificiales
ya eran conocidos para él. De pronto el viento
le llevó una fragancia que nunca había
percibido antes, ésta venía de lejos,
así que Grenouille comenzó a seguirla
para descubrir la fragancia de sutileza y finura excepcional.
Por primera vez su corazón sufría un
tormento, pues pensaba que aquella fragancia era la
clave para las demás y que sin el conocimiento
de ésta estaría completamente perdido.
El olor bajaba de la Rue de Seine,
en donde estaba una muchacha hermosa, pelirroja y
de ojos verdes pelando unas ciruelas amarillas. Grenouille
no se fijó en ella, era su esencia de gran
finura y particularidad lo que le mortificaba. Éste
se acercó por detrás a la muchacha,
la estranguló y entre tanto, absorbía
su olor con tal fuerza, que parecía que había
secado por completo el cuerpo de su víctima.
Cuando el cadáver fue encontrado, Grenouille
ya estaba muy lejos de la Rue de Seine.
En aquella época había
una decena de perfumistas en París. Uno de
ellos, Baldini, era un perfumista famoso que ahora
estaba en decadencia, pues su competencia, Pélissier,
había inventado grandes fragancias que se popularizaban
con rapidez y Baldini perdía, con la misma
rapidez, la inspiración para crear nuevas fragancias.
El conde de Verhamont le encomendó a Baldini
un cuero perfumado con la fragancia similar a Amor
y Psique de Pélissier. Baldini compró
la fragancia e intentó reproducirla sin conseguir
éxito alguno. Tras dicho fracaso, tomó
la determinación de perfumar el cuero con la
fragancia de Pélissier y dejar por completo
el negocio de la perfumería, pues sentía
que ya no podría continuar más en ello,
dada la falta de inspiración. De pronto, Grenouille
tocó a la puerta de Baldini, pues llevaba consigo
el cuero de Grimal para el Conde de Verhamont. La
decisión era clara, Grenouille deseaba convencer
a Baldini de que él tenía la vocación
para ser perfumista. Al principio, Baldini negaba
la posibilidad de que un muchacho pudiera crear Amor
y psique sin que éste tuviese la fórmula
del propio Pélissier, de igual forma se presentaba
escéptico y receloso ante Grenouille; sin embargo,
tras insistir mucho, Jean Baptiste tuvo la oportunidad
de demostrar su talento, de tal suerte que creó
Amor y psique a través de métodos no
convencionales que probaban que éste no poseía
la fórmula, pues desconocía las medidas
y métodos exactos y sólo se dejaba guiar
por su extraordinario olfato.
A partir de entonces, Baldini descubrió
que el muchacho poseía un talento excepcional
y lo convirtió en su aprendiz. Juntos crearon
cientos de fragancias que convirtieron a Baldini,
nuevamente, en uno de los perfumistas más importantes
de Francia. Era evidente que Grenouille creaba las
fragancias mientras que Baldini escribía las
fórmulas en un cuaderno que cuidaba y guardaba
con gran devoción. Asimismo, Grenouille aprendió
los métodos de los perfumistas con exactitud,
las mediciones, los procesos de destilación,
etc. Grenouille pasaba horas aplicando los procesos
de destilación de Baldini, manifestando una
obsesión por despojar los objetos de su fragancia,
incluso la sangre, sin conseguirlo con éxito.
Un día, Grenouille enfermó gravemente
de una especie sifilítica de la viruela, complicada
con un sarampión purulento en su último
estado. Estaba condenado a morir y Baldini sentía
un enorme pesar al pensar que ese gran genio que yacía
en la cama con un aspecto moribundo y desagradable
por las erupciones en su piel provocadas por la enfermedad,
dejaría de darle los grandes secretos para
crear nuevas fragancias. Durante momentos de agonía,
Grenouille le preguntó a Baldini si existía
algún método aparte del prensado y el
destilado para extraer la fragancia de un cuerpo;
Baldini contestó que habían tres métodos:
"enfleurage a chaud, enfleurage a froid, enfleurage
a l'huile", utilizados en el sur de Francia.
Un par de días después, Grenouille mejoró
y tomó la determinación de marcharse
de Paris al sur de Francia. Baldini accedió
a que su aprendiz se marchara, sin embargo, le puso
tres condiciones: no volver a hacer ninguna de las
fragancias que hizo allí ni revelar las fórmulas
de los mismos; segunda, no volver a Paris mientras
Baldini viviera y tercera, guardar secreto absoluto
de las dos condiciones. Como a Grenouille no le afectaban
las condiciones, y como éste no tenía
moral, juró cumplir las tres condiciones y
se marchó de Paris. Esa misma noche ocurrió
una pequeña catástrofe, la casa de Baldini
se derrumbó. En el momento que se derrumbó
la casa de Baldini, Grenouille estaba en Orleáns.
Cuanto más se alejaba de la ciudad, mejor se
sentía; disfrutaba de las fragancias del campo
y sobre todo de la soledad, pues detestaba el olor
de las personas y la maloliente ciudad.
El punto más alejado de los
hombres en todo el reino estaba en la cima de un volcán
de dos mil metros llamado Plomb du Cantal. La montaña
era gigantesca y casi inaccesible, de tal suerte que
Grenouille decidió instalarse en una caverna
donde ningún ser humano había vivido
antes o se encontraba cerca. Grenouille se había
aislado del mundo para su propia satisfacción,
era inmensamente feliz e imaginaba historias donde
él era el rey y su reino era la caverna; recordaba
los olores de su vida como si éstos representaran
vinos exquisitos y se alimentaba de serpientes de
agua y ratas de alrededor, sin que esto le causara
ninguna afección.
Grenouille vivió allí
siete años y la razón por la cual decide
marcharse es porque descubre que su cuerpo no posee
ningún olor. Él conocía perfectamente
los olores de las personas y le extrañaba y
mortificaba enormemente pensar que después
de tanto tiempo, sin haberse bañado ni una
sola vez y con la misma ropa con la que llegó,
no emitía el olor de los seres humanos, peor
aún, olor alguno. La caverna seguía
oliendo exactamente igual que cuando llegó.
Su aspecto era espeluznante, el cabello
le llegaba hasta las rodillas, la barba hasta el ombligo
y sus uñas eran como garras de ave. Al llegar
a la ciudad, la gente le rehuía por su aspecto.
Sin embargo, el marqués de la Taillade--Espinasse,
creador de la tesis acerca del fluido letal (tesis
que plantea que la vida sólo puede desarrollarse
a cierta distancia de la tierra, ya que ésta
emana constantemente un gas putrefacto y la mejor
manera de conservar la salud es mediante una alimentación
de productos alejados del suelo) quedó maravillado
al descubrir a Grenouille, quien a sus 25 años
presentaba ya un aspecto senil y en cierta forma verificaba
sus teorías. Grenouille justificaba su ausencia
afirmando que durante un viaje lo habían asaltado
unos bandidos, secuestrado y mantenido como prisionero
en una cueva durante siete años. Taillade-Espinasse
tomó a Grenouille como la prueba y objeto de
su tesis, lo arregló de pies a cabeza, lo perfumó,
lo vistió como todo un caballero y lo presentó
ante sus discípulos como una evidencia viva
de su teoría, que al recibir una dieta adecuada
impediría que el fluido letal siguiera causando
efectos negativos en su cuerpo. Grenouille accedió
a ser el protegido de Taillade-Espinasse, pues por
ahora necesitaba regresar al negocio de la perfumería
y fue el conde quien le permitió que siguiera
con dicha actividad. Durante esta época, Grenouille
creó una fragancia a base de excremento de
gato, vinagre, pescado podrido, sal fina, huevo podrido,
nuez moscada, castóreo, cuerno pulverizado,
tocino chamuscado, algalia y alcohol para obtener
la fragancia de ser humano. Asimismo creó una
fragancia agradable la cual mezcló con la fragancia
pestilente para obtener como resultado un olor a ser
humano perfumado. Cuando Grenouille se aplicó
la fragancia diseñada para él mismo,
la gente ya no le temió más; se había
vuelto más agradable y le producía orgullo
el efecto que causaba sobre sus semejantes.
Una mañana de marzo Grenouille
se marchó de Montpellier, y ese día
nadie le vio salir, pese a su fama de cavernícola
restablecido, ya que no se perfumó con su fragancia
especial. Taillade-Espinasse estaba furioso, pues
ya tenía planes de presentarlo en todo el reino;
sin embargo, avisó de que Grenouille se había
marchado a París para atender asuntos familiares.
El conde se calmó después, pues su teoría
se hizo muy famosa y en 1764 fundó la primera
logia del fluido letal. Posteriormente, a principios
de diciembre, fue con varios discípulos al
pico más alto de los Pirineos y nunca más
se le volvió a ver. Todavía hoy existen
varias vertientes de los Pirineos, logias tailladistas
secretas que encienden una hoguera en memoria de su
maestro Taillade-Espinasse y su gran fluido para alcanzar
la vida eterna.
El recorrido de Grenouille para llegar
a Grasse, la cuna de los perfumistas franceses, le
llevó siete días. Allí se podían
apreciar grandes casas burguesas que, de acuerdo al
don olfativo de Grenouille, tenían muchas esencias,
dinero y jardines detrás de sus muros.
En la Rue Droit, al final de la ciudad,
detrás de los muros de una de las casas más
grandes, percibió la fragancia de la muchacha
pelirroja que había asesinado en la Rue de
Marais en 1753. Grenouille sabía que provenía
de una niña pelirroja la cual, en dos años
más, poseería la fragancia más
exquisita de Francia. Sin embargo, Grenouille controló
su estado de embriaguez y decidió esperar el
tiempo necesario mientras aprendía los métodos
adecuados para extraer su fragancia como si ésta
fuera una flor exótica.
Grenouille solicitó trabajo
en un pequeño taller que pertenecía
a una mujer viuda hábil para los negocios,
madame Arnulfi. Recibía dos francos por semana,
dormía en una cabaña cerca de un convento
y trabajaba con Druot, un hombre grande que también
era ayudante de madame Arnulfi y con quien tenía
relaciones íntimas secretas. Allí aprendió
el método para extraer las fragancias de los
narcisos mediante una caldera hirviendo con cebo de
cerdo; de dicho procedimiento se extraen pomadas y
esencias, las cuales tenían un gran valor comercial,
dado que se utilizaban miles de flores para obtener
tan sólo tres frasquitos con esencia de narciso.
Poco a poco, Grenouille, aparentando un carácter
sumiso, fiel y jamás arrogante o petulante,
fue ganándose la confianza de Druot, quien
lo dejaba más tiempo solo y delegaba en él
mayores responsabilidades para cumplir con madame
Arnulfi y embriagarse en la cantina, pues en cierta
forma comprendía que éste tenía
la suerte de atinarle a los procesos, a las pieles
y al aroma de los perfumes. Sin embargo, dicha suerte
no era más que el gran olfato del aprendiz
sumiso y obediente.
Grenouille creó varias fragancias
para sí mismo: la primera, a base de leche,
servía para hacer sentir compasión;
la segunda era para pasar desapercibido; la tercera,
un poco más fuerte, la utilizaba para ser atendido
y la última, la más fuerte y desagradable
de todas, era usada para evadir a las personas. Durante
este tiempo, Grenouille realizó experimentos,
tanto con cuerpos inanimados como con seres vivos
para extraer su fragancia, de tal forma que dejaba
trapos impregnados de grasa en las iglesias y en los
bares para extraer el olor de los lugares, asimismo,
mató un cachorro para extraer su fragancia,
concluyendo que debía matar a los animales
o personas para alcanzar sus objetivos.
Un día Grenouille fue a la
casa de la Rue Droit y permaneció allí
un largo rato aspirando el aroma de la muchacha pelirroja.
Se sintió frustrado al pensar que su fragancia
la perdería al poco tiempo de hacerla, pues
ésta se evaporaría. No obstante, dedujo
que para conservar la fragancia, ésta debía
ser mezclada con otras que no predominaran de la misma
forma, pero que finalmente sirvieran para fijar el
aroma.
En mayo del mismo año apareció
una muchacha muerta, desnuda y sin cabello en un campo
de flores. Posteriormente, se hallaron más
mujeres que seguían el mismo patrón:
muchachas que acababan de convertirse en mujeres,
las más hermosas, tipo moreno y seductor, siempre
y cuando no fueran muy delgadas. Poco después,
ya no importaba si éstas eran morenas, rubias
o castañas, o si eran capturadas en la calle.
Finalmente, 24 mujeres fueron encontradas; ninguna
había sido violada, pero todas estaban desnudas
y rapadas.
La gente de Grasse y sus alrededores
estaba aterrada. Los familiares de las muchachas jóvenes
no permitían que éstas salieran solas
a la calle, se organizaron patrullas nocturnas para
vigilar las calles e incluso la Iglesia excomulgó
al asesino de dichos crímenes. En noviembre
cesaron los asesinatos y muchos lo atribuyeron a que
en Grenoble habían encontrado a un hombre que
estranguló y desnudó a una muchacha.
Sin embargo, los asesinatos de las 24 muchachas eran
mucho más limpios y minuciosos y el patrón
no se repetía de la misma forma.
Antoine Richis, Segundo Cónsul
de Grasse, rico y poderoso comerciante burgués
y padre de la muchacha pelirroja que vivía
en la Rue Droit, seguía preocupado por el asesino,
pues estaba seguro de que éste se encontraba
en Grasse y que continuaría con la ola de asesinatos.
Lo que más le inquietaba era pensar que su
hija, Laure Richis, ahora más hermosa y cautivadora
que nunca, sería la cúspide entre las
víctimas del asesino. Ante esto colocó
rejas en las ventanas de su casa y aumentó
la vigilancia. Sin embargo, aún se sentía
inquieto y padecía pesadillas. Todo esto le
llevó a precipitar la boda de su hija con el
barón Bouyon, quien ya no tenía mucho
dinero pero su título representaba una buena
posición social, ofreciendo pagar las deudas
a cambio de que la boda se realizara en los próximos
diez días; entretanto llevaría a Laure
a un monasterio en Saint Honorat.
A la mañana siguiente, Antoine
Richis ordenó empacar todo para viajar a Grenoble.
Esta ruta no era más que un plan para despistar,
pues en realidad se dirigían hacia la costa.
Ese mismo día, Grenouille, quien ya había
elaborado 24 frasquitos con las fragancias de las
muchachas asesinadas, iba ahora a por la última
y la más importante de todas. No obstante,
su olfato le reveló que algo marchaba mal y
por un momento pensó que su flor preciada había
fallecido. Grenouille le preguntó a un vigilante
sobre el rumbo que había tomado el Segundo
Cónsul, tomó sus cosas y se marchó,
no a donde le habían dicho, sino a donde su
olfato le guió.
Grenouille llegó a La Napoule
antes de que arribara la caravana de Richis, pidió
asilo en el establo y un poco de comida, argumentando
que era curtidor de Niza con dirección a Marsella.
Cuando Richis se presentó en la posada de La
Napoule, fue al establo a verificar el aspecto de
Grenouille, quien aparentaba dormir en paz y no representaba
ninguna amenaza ante los ojos de Antoine.
Por la noche, todos dormían
plácidamente y Grenouille se preparaba para
realizar su último golpe. Se introdujo en la
habitación de Laure, la mató de un golpe
en la nuca, la desnudó para envolverla, como
una momia, en los paños engrasados y se sentó
a esperar seis horas a que se impregnara su fragancia.
Estos eran los momentos más felices y afortunados
de su vida, la espera no le molestaba y aguardaba
pacientemente y sin contratiempo alguno. Casi al amanecer,
Grenouille recogió el paño que la envolvía,
su ropa y sus cabellos y se marchó silenciosamente.
Al poco rato, Richis descubrió el cuerpo de
su hija y recordó que la escena ante sus ojos
era la misma que había tenido en sus pesadillas.
La noticia de la muerte de Laure
causó pánico en la población,
provocando una exhaustiva búsqueda, tanto en
Grenoble, Marsella, Niza, Grasse y sus alrededores.
Ahora, el asesino había sido visto. Aunque
nadie recordaba con exactitud su físico, todos
coincidían en que cojeaba. Esto provocó
que muchos pensaran que era el mismo diablo el autor
de los crímenes y realizaran rituales de brujería
entre ciertos sectores de la población. Después
de diez días y de haber apresado a un inocente
que cojeaba por casualidad, el capitán de guardia,
que le había dicho a Grenouille la dirección
que tomaron los Richis, reconoció a Jean Baptiste
cuando éste entraba al taller de madame Arnulfi.
Grenouille fue capturado y en su
cabaña encontraron enterradas las ropas y cabellos
de las 25 muchachas. El pueblo estaba conmocionado
y deseaba lincharlo, pero al verlo no podían
concebir que aquel hombre pequeño, encorvado
e indefenso, podría ser el autor de dichos
crímenes. Grenouille fue sometido a torturas
para que confesara las razones por las cuales había
asesinado a las muchachas; sin embargo, su única
respuesta era: "porque las necesitaba".
El 15 de abril de 1766 se definió que la sentencia
de Grenouille sería recibir 12 latigazos con
una barra de hierro que destruirían sus articulaciones
y, posteriormente, colgarlo en una cruz hasta su muerte
en la plaza principal de Grasse.
Toda la población esperaba
con ansiedad el evento, incluso se construyeron unas
gradas en primera fila para los más ricos y
poderosos; entre ellos Richis quien, repugnado por
la situación, pidió estar en primera
fila para verle morir y sufrir como un criminal.
El día de la ejecución,
la multitud se aglomeraba alrededor, los comerciantes
vendían bien y las familias esperaban con emoción.
Había un total de 10,000 personas, tanto de
Grasse como de sus alrededores. Grenouille arribó
dentro de un carruaje, pues de esta manera evitarían
que los presentes intentaran matarlo antes y era el
trato especial que debía recibir un criminal
de su talla. Cuando Grenouille salió del carruaje
un milagro ocurrió, la gente sentía,
con convicción, que él no era culpable;
no podían creer que un ser tan hermoso y tan
inocente fuera un asesino. La muchedumbre comenzó
a sentir excitación y deseos de amor, en tal
grado que comenzaron a surgir actos orgiásticos
en la plaza. Grenouille sentía que era el rey,
tal como en las historias que imaginaba cuando vivía
en la cueva; todos lo adoraban y con su simple presencia
habían olvidado sus crímenes, incluso
las familias afectadas. Richis se le acercó
y Grenouille pensó que no podría engañarlo
a él, sin embargo Richis le pidió perdón
por haberlo juzgado mal. En ese instante, Jean Baptiste
perdió el conocimiento y fue llevado a la recámara
de Laure Richis. Allí, Antoine, quien cuidaba
atentamente de Grenouille, le pidió que fuera
su hijo y heredero.
A la mañana siguiente, Grenouille
se marchó de Grasse sin que nadie se diera
cuenta de ello, pues muchos seguían embriagados
por el día anterior y sin su esencia tenía
la fortuna de pasar desapercibido. En el pueblo nadie
recordaba con exactitud lo que había ocurrido
y preferían no hablar de aquel día y,
dado que Grenouille era considerado inocente, el caso
se reabrió y encontraron culpable a Dominique
Druot ( finalmente era suya la cabaña y las
evidencias estaban allí).
Para la aparición en Grasse,
Grenouille sólo había utilizado una
gota de su perfume y, si lo deseaba, en París
podría dejarse adorar por miles de personas
o incluso como a un Dios en la tierra. Tenía
el poder para hacer todo esto, sin embargo no podía
olerse a sí mismo y, por lo tanto, le importaba
un bledo el mundo, él mismo y su perfume. Estaba
profundamente decepcionado, ya que no quería
ser la adoración de los hombres, aborrecía
a los hombres. Ya no encontraba sentido a su vida,
no quería regresar a la cueva, pues sabía
lo que esto significaba, así que decidió
regresar a París para morir allí.
El 25 de junio de 1767, Grenouille
entró en un cementerio donde se reunía
la chusma más heterogénea: ladrones,
asesinos, prostitutas, desertores, jóvenes
forajidos. A continuación se salpicó
varias veces del perfume. En el primer momento retrocedieron
con profundo respeto y pura estupefacción,
pero su respeto se convertía en deseo y su
asombro en entusiasmo. Se sintieron atraídos
hacia aquel ángel humano quien emitía
un reflujo avasallador que atraía a todos los
presentes hacia él. Pronto no cupieron todos
en él y empezaron a apretarle, a empujar y
a devorar. En tiempo muy breve, el ángel quedó
partido en 30 pedazos y cada miembro de la chusma
se apoderó de un trozo hasta que la última
fibra de Jean Baptiste Grenouille había desaparecido
de la faz de la tierra. Todos habían cometido
ya en alguna ocasión algún crimen, pero
¿devorar a una persona? En sus almas tenebrosas
se insinuó una alegría que producía
felicidad suave y virginal. Estaban extraordinariamente
orgullosos. Por primera vez habían hecho algo
por amor.
Texto extraído de:
http://html.rincondelvago.com/el-perfume_patrick-suskind_14.html
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Póster
de la película basada en la novela.
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Relación con la psicología:
Aquí nos encontramos con una
psicología social, una psicopatología
criminal e incluso me atrevería a decir una
psicología educativa, todo a través
de un psicópata: Por un lado nos cuenta el
desarrollo, o más bien en lo que consiste la
enfermedad, cómo actúa, lo que piensa
y cómo cambia la forma de ser tan repentina
de la persona. Por otro lado nos cuenta la influencia
de las personas que nos rodean sobre nosotros mismos
y cómo son las relaciones del protagonista
con éstas. La historia de este joven nos demuestra,
una vez más, que es muy importante tener un
apoyo moral para que haya un equilibrio entre cuerpo
y mente; él ansiaba gustar a todo el mundo
ya que nunca había recibido cariño por
lo que era, y fue esto lo que le condujo a la muerte,
el desequilibrio de no poseer un buen soporte psicológico.
El ambiente del que te rodees influye
considerablemente en tu forma de pensar y de actuar,
aunque no siempre te vuelves psicópata cuando
las cosas no te salen bien y también puedes
serlo viniendo de una familia estable, con dinero
etc, pero pienso que puede influir mucho. Este personaje,
al no haber obtenido una educación desde pequeño,
le ha costado mucho más que al resto tener
lo suyo y saber cómo comportarse adecuadamente,
de ahí la psicología educativa.
Otra de las cosas que me atrevo a
apuntar, son los daños psicológicos
de su infancia en el día a día. Él
buscaba el calor que, como he dicho antes, no había
tenido nunca, era tanta la fijación que en
sus arrebatos de la enfermedad (como en casi todos
los casos) era capaz de matar a quien fuera, consideraba
que no se merecían algo mejor ya que él
se limitaba a pagar con la misma moneda la mayoría
de las veces o, al menos es lo que me pareció
a mí en ciertos momentos, aunque puedo estar
confundida.
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Escena
de la versión fílmica de 'El perfume'. |
Opinión personal:
La obra cumbre de Süskind, 'El
Perfume', nos demuestra la verdad de muchos, nuestro
interés hacia lo externo, y esta obra puede
considerarse como una reflexión y una crítica
hacia el repugnante mundo de la hipocresía
humana, como nos demuestra mucha veces Süskind
con el protagonista Jean Baptiste Grenouille, representando
los verdaderos valores del hombre; un ser que se deja
llevar por las cosas materiales, que adora lo estético
y externo, buscando un perfume para atraer a otro
ser. El perfume puede entenderse como el objeto que
usa el hombre para dar buena presencia, para llamar
la atención de sí mismo o de otros seres.
Grenouille es un ser ambicioso, pero el mundo y sus
objetos no le interesan, lo único que le atraen
son los olores de las cosas y las personas. Grenouille
busca el perfume definitivo para atraer a las personas,
ya que él no gusta a los demás, pero
me entristece al saber que los demás no lo
quieren a él sino al perfume con el que se
disfraza. Aquí hay una clara crítica
u observación de que todos somos lo que queremos
ser y no lo que en verdad somos y todo simplemente
por gustar a los demás.
Grenouille capta con su olfato a una niña
en la Rue des Marais, descubriendo que ella poseía
el mejor perfume que hasta ahora conocía, cometiendo
su primer asesinato, inconsciente de los hechos y
llevado por su pasión de obtener ese olor para
él. Aquí considero que el autor nos
dice que estamos dispuestos a hacer lo que sea por
conseguir nuestros caprichos.
A partir de entonces, Grenouille busca su felicidad
mediante la obtención de los aromas. Era feliz
siendo ambicioso, viajando por el mundo y conociendo
diferentes aromas.
Grenouille no tiene amistades en la narración,
ya que sólo es querido por intereses, como
Grimal, que sólo lo quería por sus habilidades
en la obtención de los perfumes, y Grenouille
los hacía sin queja alguna. Esto nos ha sucedido
a muchos, el que nos quieran por lo que aparentamos
está a la orden del día.
La sociedad, de alguna u otra manera, nos oprime
si no poseemos un nombre, un olor, una fragancia,
no atraemos a nadie, no somos nadie y Grenouille,
consciente de eso, comienza a repugnar a los humanos
por su mal olor o por sus hipocresías, comenzando
así la última parte del libro, la que
lleva a Grenouille a alejarse completamente de la
sociedad, buscando la libertad para crear su propio
mundo.
Me ha parecido una novela fascinante en la que no
todo era lo que parecía y eso es de las cosas
que más me gusta de la literatura: poder ver
más allá de lo que nos presenta el autor.
Se la recomiendo a todo el mundo, yo no me he arrepentido
de leerla y creo que puede gustar mucho.
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