Andrés es un chaval conflictivo, que pertenece
a una familia problemática. Hace unos días,
durante un recreo en el instituto donde estudia, se
peleó con un compañero y le rompió
un diente y el labio superior. No es la primera vez
que Andrés protagoniza actos similares.
Meses antes, el alumno fue amonestado
por la dirección del centro por otra agresión.
Ayer fue juzgado y condenado a seis meses de libertad
vigilada, petición respaldada por el equipo
técnico del Juzgado de Menores. Cuando tomó
la última palabra, Andrés mostró
su arrepentimiento. "Haré lo que me digan",
dijo con un atisbo de humildad. Andrés está
a tiempo de no convertirse en 'carne de cañón'.
En realidad, todo este relato es
pura ficción, la escenificación de un
juicio de menores cuyos protagonistas fueron los alumnos
de Educación Secundaria del Instituto Santa
Clara de Santander. El salón de actos de este
centro acogió el simulacro, al que asistieron
200 estudiantes y varios profesores, además
del presidente del Tribunal Superior de Justicia de
Cantabria (TSJC), César Tolosa; la consejera
de Educación, Rosa Eva Díaz Tezanos;
la fiscal jefe Pilar Martín Nájera;
la decana del Colegio de Abogados, Victoria Ortega,
y un representante del Colegio de Procuradores.
El magistrado de la Sala de lo Civil
y Penal del TSJC, Santiago Pérez Obregón,
presidió el ficticio tribunal y dictó
sentencia.
Con esta iniciativa se pone en marcha
en Cantabria el programa formativo 'Educando en justicia',
fruto del convenio de colaboración firmado
el pasado mes de enero entre la Consejería
de Educación y el Consejo General del Poder
Judicial para acercar el la Justicia al alumnado de
Educación Secundaria, Bachillerato y Formación
Profesional de la región.
En los próximos meses el programa
se extenderá a los institutos Besaya, de Torrelavega;
Ría del Carmen, de Camargo y José María
de Pereda, en Santander, de manera que en esta primera
fase alcanzará a 600 estudiantes de distintos
municipios de Cantabria.
Durante diez días los escolares
del Instituto Santa Clara han estado preparando la
representación celebrada ayer bajo la coordinación
de la tutora María José Prieto, mientras
que el magistrado Pérez Obregón les
ha impartido varias sesiones formativas. Los alumnos
se enfundaron las togas y ejercieron a la perfección
el papel atribuido de fiscal, abogado defensor, acusado,
víctima y testigos. Después, varios
de los asistentes formularon al presidente del TSJC
y al magistrado Pérez Obregón varias
preguntas en torno a la profesión de juez y
la aplicación de las leyes.
(Consuelo de la Peña / El Diario
Montañés)
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