Estaban un poco cansados por que habían dado una gran vuelta al mundo.
Habían llegado a Madrid y tenían que ir hasta Santander. Alex estaba un poco cansado, Flecha un poquito menos, pero estaban muy contentos porque ya iban a llegar a casa, pero también estaban contentos porque era la primera vez que un niño y un animal daban la vuelta al mundo en tan poco tiempo.
Flecha echaba mucho de menos su cama y Alex la comida de su madre.
Al anochecer Flecha y Alex fuero a dormir.
Flecha llamó a su madre;
- Mamá echo mucho de menos mi camita.
Alex le dijo a su madre:
- Yo echo mucho de menos tu comida.
- Volveremos mañana o pasado.
- Un beso mamá.
Por la mañana, Flecha se levantó antes que Alex y se sentó en la cama a pensar en su mamá y en Santander.
Un poco más tarde se levantó Alex, fueron a desayunar y cuando acabaron se fueron.
- Igual llegamos hoy a casa.
- Yo creo que hoy no, pero mañana sí.
Dos horas mas tarde dijo Alex:
- Ya verás cómo hoy estamos en casa.
- Sí, ya nos queda muy poco.
- Qué bien, dentro de unos días saldremos en los periódicos y también igual somos famosos.
- No digas tonterías, nosotros saldremos cuatro días y vale.
- Ya hemos llegado a casa.
Flecha dijo:
- Hola mamá ¿estás bien?
- Muy bien hijo.
- Madre tengo mucha hambre.
Y su madre le preparó un gran plato de comida.