Desde hace bastantes años,
las fronteras españolas se han resignado
a extenderse por poco más que tres cuartos
de la Península Ibérica. Del mismo
modo, Portugal perdió hace tiempo todos aquellos
solares antes suyos, conquistados de la mano de
su hermano mayor. Y desde 1640, desde que a Felipe
IV se le escaparan los lusos en una mala época,
estamos separados. Separados, pero pegados. ¿Contradictorio?
Contado así, se plantearía absurdo
que nadie hubiera pensado ya en … unirnos.
Ya presentado el tema, dejaré mi opinión
para el final.
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¡El futuro es nuestro!. |
El Iberismo es la idea de asociar dos países,
España y Portugal (en algunos casos, incluso
se considera unir Gibraltar y Andorra), acercándolos
a todos los niveles: social, económico, cultural…
y político.
El verdadero auge del Iberismo surgió en
el siglo XIX (antes de volver a caer en el olvido).
Si bien ningún partido político se
ha declarado nunca abiertamente ‘iberista’,
ha habido personajes a lo largo de la historia (y
especialmente pensadores, escritores, etcétera)
que han defendido esta idea: portugueses como Costa
Cabral, Vitorino Salomé o Antero de Quental,
y españoles como Juan Prim, Arcadi Espada
o Emilio Castelar, que fue, curiosamente, el presidente
de la I República Española, en 1873.
Sin embargo, y a pesar de lo dicho antes, no hay
ningún partido Iberista; sí existe
el llamado ‘Movimiento Partido Ibérico’,
el cual defiende todas estas ideas, proponiendo,
entre otras, las siguientes medidas si los países
se unieran (las cuales se pueden ver en su web):
- Cultura como inversión y no como gasto.
- Creación de diversas instituciones de justicia.
- Formación de un único Banco Ibérico,
funcionando con o sin euro.
- Aumento y fomento del deporte escolar.
Tal vez fracasen estas ideas debido a una falta
de marketing. El concepto de la Unión Ibérica
no salió de las mentes de los hombres de
letras y fueron y son pocos los simpatizantes que
dan esto a conocer. No solo eso sino que, a lo largo
de la historia, Francia e Inglaterra se han opuesto
a permitir que España y Portugal se unan.
Otro factor que se suma es el gran número
de nacionalismos existentes, tanto en España
como en Portugal, que si de por sí hacían
difícil la unión dentro del Estado
complican más la unión de dos países.
Si se superasen estos antiguos y aún actuales
problemas, la empresa del Iberismo sería
considerable.
Son varios los sondeos que se han realizado para
conocer la opinión ciudadana. Separemos los
resultados por países.
España (a cargo de la revista ‘Tiempo’,
en el reportaje ‘La Iberia deseada’):
Un 45,6% de los españoles se mostró
a favor de borrar la frontera, especialmente en
las Comunidades Autónomas situadas al borde
de esta, cuyos habitantes están ya acostumbrados
a pasar la raya tranquilamente. De los votantes,
la mayoría mantendría la capital en
Madrid, el nombre como España y la monarquía
como sistema de Gobierno. Es decir, “ampliarían
España”.
Portugal (a cargo del Centro de Análisis
Sociales): Un 40% de los lusos aceptarían
una unión, mientras que otro 30% se opone
totalmente. Esta encuesta fue realizada en 2009,
y sus datos han cambiado respecto al 2006, cuando
según la encuesta del semanal ‘Sol’,
solo un 28% se mostraba a favor. A pesar de esto,
la mitad de los encuestados considera importante
la enseñanza del idioma Español.
Analicemos varios puntos importantes a medir sobre
la hipotética pero posible Unión Ibérica:
Tamaño: Seríamos el segundo país
más grande de la Unión Europea, tan
solo por debajo de Francia, que nos superaría
por unos 76.000 km². Nuestra extensión
sería de casi 600.000 km².
Población: Si uniéramos españoles
y portugueses, Iberia pasaría de los 57 millones
de habitantes, solo por debajo de cuatro países
en la UE, al menos según datos del 2011.
PIB. Uniendo las rentas de España y Portugal
(que son bastante más bajas), nuestro Producto
Interior Bruto sería el decimosegundo más
alto de todo el mundo.
La primera bandera fue propuesta por Sinibaldo
de Mas y Sanz, español de letras, en 1854.
La incluyó en uno de sus libros, el cual
trataba este tema. Consiste en cuatro colores que
ocupan el mismo espacio del rectángulo, dividido
en partes iguales. Los colores son blanco, rojo,
azul y amarillo. Sinibaldo también propuso
el escudo: el blasón de Portugal y los símbolos
de León, Castilla, Aragón y Navarra.
Todo ello con una corona por encima y numerosos
galardones.
Hay numerosos foros en internet donde se discuten
estos diseños.
En definitiva, no es una mala idea unir dos países
que están solo separados en el dibujo de
un mapa. Portugueses y españoles compartimos
cultura, historia… y península. En
un mundo donde mandan los grandes, hay que unirse
para tener peso y nosotros tenemos la opción.
Preguntemos al ciudadano.