Catalina Melgosa es una mujer que tuvo que huir de España después de la Guerra Civil, en la época franquista, y se marchó a Francia. Ahora es una mujer muy admirada y querida pero en la época en la que tuvo que huir no lo era.

Título: 'Noche de alacranes' Autor: Alfredo Gómez Cerdá. Editorial: SM Año: 2005 Premios: - Premio 'Gran Angular' 2005. - Lista de Honor de la CCEI 2006.

Una noche en su casa de Madrid, sentada en la butaca de su marido Lucien, Catalina recuerda su infancia en el pueblo junto a su hermano Tadeo y su madre. Su padre estaba en la cárcel. Catalina era una niña muy delgada y muy trabajadora, ayudaba a su madre en todas las tareas que había que realizar a lo largo del día.
Una tarde fue con su amiga Dolores al pueblo vecino porque estaban en fiestas. Allí un chico que no le quitaba ojo se acercó y se presentó, se llamaba Emilio. A Catalina le gustó desde el primer momento, se pasaron el resto de la fiesta hablando y bailando. Cuando se acabó la fiesta se despidieron y quedaron para verse otro día. Las familias de ambos se oponían a que estuvieran juntos, pero su amor lo podía todo.
Volvieron a quedar. Emilio la recogió en su bicicleta y la llevó a un prado donde estuvieron hablando toda la tarde. A la hora de despedirse Emilio le dijo que si le daba un beso y ella aceptó encantada. Se despidieron en la fuente del pueblo a la que ellos bautizaron 'la fuente de los besos'.
Una tarde Catalina y Emilio quedaron porque él iba enseñarle un mirador desde el que se veía todo el monte. El hermano de Catalina se había unido a los del monte, un grupo de hombres que luchaban para que se volviese a establecer la democracia en España, porque unos días antes él había sido detenido junto a su madre, a la que raparon la cabeza sin ninguna razón. Una vez en el mirador Catalina y Emilio empezaron a discutir y en medio de esa discusión se reprocharon cosas mutuamente, aunque después se arreglaron; se había producido su primera discusión. Después regresaron a casa.
Emilio dejó a Catalina cerca del pueblo y siguió su camino en bicicleta hasta su casa, pero en el trayecto fue secuestrado por los del monte. Dolores, la mejor amiga de Catalina, le advirtió de que estaba siendo buscada por la policía acusada de haber secuestrado a Emilio. A Catalina no le quedó más remedio que huir; se dirigió hacia las montañas, que era el lugar donde se ocultaban los del monte. Tras dos días de búsqueda logró dar con ellos.
La banda de los del monte estaba compuesta por cuatro miembros: Cundo, 'El Andaluz', Tirso (maestro del pueblo) y Tadeo, su hermano. Al principio no querían aceptar a Catalina en el grupo pero al final Tirso, 'el Andaluz' y Tadeo permitieron que se quedara, ya que por su culpa la policía la estaba persiguiendo.
En el monte en una especie de zulo se encontraba Emilio, que tenía un tobillo amarrado con una gruesa cadena al suelo para que no pudiera escapar.

Tirso quería mucho a Catalina, a quien apodó 'Delgadina'. Le recordaba mucho a sus hijas, a las que tuvo que abandonar al integrase en la banda de los del monte. Catalina solo podía pensar en una cosa, en encontrar una cuña y un martillo para poder liberar a Emilio de su cautiverio.
'El Andaluz' le contó una historia sobre los alacranes y le confesó que si tuviera que convertirse en un animal se convertiría en un alacrán, que se escondía en las piedras y que si se encontraba en una situación de peligro extremo se clavaba su propio aguijón y se mataba.

Alfredo Gómez Cerdá.

Después de escuchar esta historia, Catalina buscó en las piedras de una enorme grieta y allí encontró el martillo y la cuña de hierro y liberó a Emilio, pero antes él le prometió que no diría el lugar donde se ocultaban los del monte. A mitad del camino se despidieron y Catalina regresó a la cabaña donde se ocultaban los del monte, quienes casi la matan por haber liberado a Emilio, aunque ella les dijo que se estuviera tranquilo que Emilio no les iba a delatar. A ellos esta respuesta les causó risa.
Ese mismo día trazaron un plan para escapar, pero fueron sorprendidos por la policía que comenzó a disparar. Cuando fue alcanzado por una bala, 'El Andaluz' cumplió su promesa y como un alacrán se disparó un tiro en la cabeza. Tirso fue alcanzado también por alguna bala, pero consiguió salvarse con Catalina. Unas horas después Catalina se encontró a Tirso detrás de un matorraly éste le dijo que huyera a un pueblo vecino y que buscara a Isaac 'el Tuerto', que le ayudaría.
Catalina fue al pueblo vecino por el monte donde después de caminar durante horas se desmayó. Despertó en una cama en casa de una señora, esta le dijo que no se preocupara que sabía quién era y que la iba a ayudar, y así fue. Esta señora localizó a Isaac 'el Tuerto', quien al día siguiente vino a buscarla para huir a Francia. Cuando se bajaron del autobús en Oviedo dos guardias civiles les dieron el alto y les pidieron la documentación, de repente Isaac se abalanzó contra los dos guardias civiles tirándolos al suelo, entonces le gritó a Catalina que huyera. Catalina salió corriendo como un rayo. Al cabo de unos días consiguió llegar a Francia.

Después de muchos años Catalina regresó a España y un profesor de un instituto la llamó para que diera una charla a los alumnos, oferta que ella aceptó encantada. Al día siguiente apareció publicada en la prensa una noticia con una foto suya. Fue a una cafetería desde la cual observaba a Emilio, que tenía una zapatería enfrente; Emilio la reconoció gracias a la foto del periódico y le dijo que él nunca la delató y que la estuvo buscando, pero que nunca la pudo encontrar.

Esta novela refleja la intensidad del primer amor y lo que estamos dispuestos a hacer por la persona a la que amamos.