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Red-acción
II Época / Nº38
Marzo
2010
CULTURA / GALERÍA DE ARTE

En busca de la vaca perdida

Por Claudia Poo Fernández, alumno de 1º de Secundaria del IES Santa Cruz de Castañeda.

Esta historia que os voy a contar, puede ser fantasía o realidad. Resulta que en las verdes praderías del Pas vivía una niña llamada Carmen que habitaba en su cabaña junto a su hermano Pedro, su madre, María, su padre, Jesús, y su hermana pequeña, Valvanuz.

La vaca Candelita.

Un día de principios de verano Carmen y su familia, como es de costumbre por esa época, estaban recogiendo sus pertenencias para "mudarse" a la "cabaña veraniza", que se situaba en una montaña cercana al Castro Valnera, una montaña de las más altas de Cantabria con 1718 m de altitud.

Durante el verano su pueblo, los pasiegos, se muda a una cabaña llamada "veraniza" porque se utiliza durante la estación estival.

Pues bueno, ellas (Carmen y su madre) estaban embalando sus cosas cuando, de repente, Pedro entró corriendo en la casa y preguntó:
- Madre, ¿usted sabe dónde está Candelita?
- No hijo, la última vez que la vi fue ayer cuando estaba paciendo en el prado.

Por si no os lo había contado, Candelita es la becerra que habían comprado hace varios días en la feria.

Entonces a Carmen se le ocurrió algo:
- Pedro, ¿a Candelita no le encantan las hojas de fresno?
- Sí, ¿pero eso qué tiene que ver?
- Pues que el fresno desprende un olor especial que las vacas reconocen muy bien. Entonces, podemos ir buscándola con unas pocas hojas de fresno, y seguro que la encontramos.
- Me parece buena idea- dijo la madre- si queréis podéis ir a buscarla mientras acabo de embalar las cosas, pero tienes que llamar a Valvanuz.
- Vale madre- dijo Carmen- pero voy a coger el cuévano porque igual se nos puede extraviar como Candelita. ¿Vale?- dijo Carmen riéndose.
- Sí, Carmen, mejor que cojas el cuévano– respondió la madre- pero no bromees con esas cosas.

Y así, los tres hermanos comenzaron la búsqueda. Recorrieron atusando las hojas de fresno todo el valle del Pandillo, que es un afluente del Pas que nace cerca de la casa de la familia.

Entonces oyeron a lo lejos en un bosque de hayas y fresnos, muy típico de aquella zona por aquel entonces, un mugido muy familiar pero muchísimo más fuerte de lo habitual.
- ¡Es Candelita! –pensaron los tres.

Entonces corrieron hasta llegar donde estaba Candelita, que resulta que se había quedado atrapada en un agujero escavado para cazar jabalíes.
- Pedro, ¿crees que puedes sacarla?– preguntó Carmen a su hermano.
- No lo sé, Carmen. Yo creo que lo mejor es que vaya a buscar a alguien para que nos ayude. Sí, iré a buscar a padre.
- Vale, pero date prisa.
- ¡Adiós!, dijeron los tres al unísono.

Al cabo de un rato, Pedro llegó a casa y le contó a su padre lo sucedido. Éste cogió lo necesario para rescatar a Candelita.
Transcurrido unos 20 minutos Candelita ya estaba fuera.
Cuando llegaron de vuelta a su casa, su madre y esposa los estaba esperando con todo listo para marchar, y pusieron rumbo a la "cabaña veraniza".
Cuando llegaron, los tres niños corrieron con las últimas fuerzas que les quedaban para tumbarse en la cómoda cama hecha con paja y una manta por encima, donde se quedaron dormidos soñando, eso sí, con Candelita.


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