Por
Julia Ruiz Salmón, alumna de 3ºF de ESO
del IES Ricardo Bernardo de Solares.
Un grupo de 42 alumnos
de 4º ESO, acompañados de tres profesores
del IES Ricardo Bernardo, partieron rumbo a París
el pasado 30 de marzo para vivir una experiencia inolvidable.
Tras tragarse doce inacabables horas de autobús
por fin llegaron a París, al hotel en Saint
Denis. Aunque ahí no acabó la cosa,
pues tuvieron que esperar un buen rato a que les hicieran
el 'check-in' en el hotel.
El hotel era un poco cutre, pero bueno, pudieron subsistir.
Se acomodaron en las habitaciones y fueron a dar una
vuelta por París. Estuvieron en la Saint Chapelle
y después de comer se acercaron a la impresionante
catedral de Notre Dame. Más tarde estuvieron
por los alrededores de Pompidou, donde, por cierto,
algunos fueron timados …
Regresaron al hotel a cenar. La cena era un tanto
especial pues se preguntaban "¿Qué
animal (o cosa) me estoy comiendo?”. A
continuación fueron todos a dormir… Aunque
hubo algún que otro fugitivo…
Amanece el segundo día. Visitaron
el majestuoso palacio de Versalles y la impresionante
Torre Eiffel desde dónde pudieron disfrutar
de una magnífica vista panorámica de
París. Cena en su queridísimo hotel
y otra vez a dormir.
A la mañana siguiente dieron
un paseo a bordo de un barco (con telefonillos multilingüe
y multiusos), por el río Sena. Después
visitaron el Museo de Louvre, donde vieron obras de
arte muy importantes como 'Mona Lisa', 'La Venus de
Milo', 'La Victoria de Samotracia', esculturas indefinidas
… La mayoría de los días se trasladaban
en metro, para muchos algo novedoso.
Alumnos de
4º y los profesores posan ante Notre Dame.
Y llegó el día más esperado…
Comenzaron este día cantándole el cumpleaños
feliz a Javier Saro, quien respondió generosamente
invitándoles a desayunar un trozo de tarta.
Montaron en el autobús y se dirigieron hacia
el parque de Disneyland Resort París. Disfrutaron
como críos pequeños, se montaron en
casi todo, aunque casi les da algo cuando les dijeron
que no podían entrar a la zona de los muñecos
y que tenían que pagar otra entrada, pero los
profesores llegaron y les solucionaron el problema.
Se hicieron cantidad de fotos, se rieron muchísimo…
En fin, acabaron agotados pero con ganas de más.
Apareció el quinto y, por
desgracia, el último día. Prepararon
las maletas y las metieron en el autobús y
se dirigieron hacia el Museo de los Inválidos
donde vieron, por ejemplo, la tumba de Napoleón
Bonaparte, armas y utensilios de guerra de muchas
épocas, etc… Después visitaron
la zona del Moulin Rouge donde había muchos
localex. Luego dieron una vuelta por los
alrededores de la Sacre Coeur, donde algunos cantantes
les alegraron la tarde con sus canciones: para
bailar la bamba…. Hicieron las últimas
compras y, con mucha pena, cogieron el autobús,
en la plaza de la Concorde, para volver a pasar 12
interminables horas de bus hasta llegar otra vez a
casa.