‘Era
medianoche en Bhopal’ cuenta la apasionante
historia que mezcló a las más diversas
culturas con la tecnología más innovadora
del momento para desembocar en una enorme tragedia,
cuyas consecuencias aún acarrean muchos indios
hoy en día. Una vez más es la dura realidad
la que nos recuerda que la seguridad es primordial
en cualquier tipo de trabajo.
Título:
'Era medianoche en Bhopal'
Autores: Dominique
Lapierre y Javier Moro.
Año: 2001
Editorial:
Planeta
Páginas:
368 |
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Los campesinos de Mudilapa están hartos de
que los insectos acaben con sus cosechas, por eso
deciden dejar el campo y emigrar. Como la familia
de Padmini, que después de haber perdido a
su hermano trabajando en el taller de cerillas deja
los ‘bidis’ y sus trabajos temporales
para probar mejor suerte en Bhopal.
Los químicos americanos no pararan de buscar
hasta encontrar un producto capaz de eliminar los
insectos de las cosechas, pero a su vez sin dañar
al medio ambiente, o eso era lo que pretendían.
Es decir, un pesticida menos contaminante que los
tradicionales DDT.
Finalmente, descubrieron "lo que buscaban"
y deciden llamarlo SEVIN, aunque es cierto que prefieren
no publicar ciertos resultados de sus experimentos
por sus nefastas consecuencias.
Unión Carbide quiere cuanto antes extender
su producto por todo el mundo y para eso tiene a su
alcance a Eduardo Muñoz, que decide probar
suerte en la India, un subcontinente de 400 millones
de campesinos.
Todo listo y Unión Carbide ya prepara las instalaciones
de una flamante fábrica para producir Sevin
en el corazón de India. Las primeras cantidades
de materia ya han llegado hasta allí, incluso
se ha diseñado un taller para la síntesis
final del Sevin, pero ahora se quiere ir más
lejos.
La puesta en marcha de esta enorme fábrica
ha requerido la mezcla cultural y humana de muchas
personas que han sido instruidas para velar por la
máxima seguridad de esta aventura tecnológica.
Al fin y al cabo, y tras algunas discrepancias con
Eduardo Muñoz, la fábrica alberga tres
cisternas con capacidad para almacenar tanto MIC como
en las instalaciones de Virginia Occidental, a su
vez, capaz de destruir a toda la India.
Ha dado trabajo a miles de bhopalíes,
pero la ausencia de monzones y las malas cosechas
han reducido notablemente las ventas de Sevin. La
pérdida económica se hace notar y se
decide ahorrar en medidas de seguridad. Muchos abandonaron
el proyecto y la degradación de los mecanismos
de seguridad es cada vez mayor. Varios ya se han percatado
de ello, pero aun así no se toman medidas paliativas.
Deciden pararlo todo, incluyendo los dispositivos
de seguridad. Los norteamericanos ya no se preocupan
por ello y piensan en un traslado a Brasil, pero éste
no se producirá.
La noche del 2 al 3 de diciembre de 1984, mientras
los habitantes de los tres barrios de chabolas que
ocupan las cercanías de la fábrica celebran
en el Orya Bastí la boda de Padmini y Dilip.
Mientras otras bodas de más renombre iluminaban
la noche de Bhopal y la mushaira llegaba a todos con
sus poemas más desgarradores, un escape de
gas tóxico procedente de una de las cisternas
que almacenaba 42 toneladas de MIC (isocianato de
metilo) causa 30.000 muertos y 500.000 heridos. La
mayor catástrofe industrial de la historia.
Pese a todo, los ingenieros de Unión
Carbide se negaron a revelar la composición
de la nube tóxica, esto hizo que los médicos
no supieran qué medidas tomar para frenar los
miles de muertos que se sucedían en una noche
trágica, que dejaría consecuencias para
mucho tiempo.
Desde Norteamérica llegó Aderson, uno
de los máximos representantes pero nada hizo
que la situación cambiase, numerosas señales
de odio y rencor arremetieron contra él, pero
nada de esto calmaba el dolor de los habitantes de
Bhopal y sus alrededores.
Por su parte Arjun Singh, el primer
ministro de Madya Pradesh, sólo tenía
en mente ganar las próximas elecciones, por
ello hizo acto de presencia el día que se extrajeron
las últimas gotas de MIC de la fábrica
que les había hecho protagonistas de tal barbarie.
Muchas fueron las indemnizaciones que se ofrecieron
en un primer momento, pero lo cierto es que años
después aún no había llegado
dinero alguno a manos de los supervivientes de un
sueño americano hecho añicos.

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