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Red-acción
II Época / Nº34
Junio
2009
CULTURA / CRÍTICAS

'Era medianoche en Bhopal'

Por Sara Trueba Diego, alumna de 1º de Bachillerato del IES Santa Cruz de Castañeda.

‘Era medianoche en Bhopal’ cuenta la apasionante historia que mezcló a las más diversas culturas con la tecnología más innovadora del momento para desembocar en una enorme tragedia, cuyas consecuencias aún acarrean muchos indios hoy en día. Una vez más es la dura realidad la que nos recuerda que la seguridad es primordial en cualquier tipo de trabajo.

Título: 'Era medianoche en Bhopal'

Autores: Dominique Lapierre y Javier Moro.

Año: 2001

Editorial: Planeta

Páginas: 368


Los campesinos de Mudilapa están hartos de que los insectos acaben con sus cosechas, por eso deciden dejar el campo y emigrar. Como la familia de Padmini, que después de haber perdido a su hermano trabajando en el taller de cerillas deja los ‘bidis’ y sus trabajos temporales para probar mejor suerte en Bhopal.
Los químicos americanos no pararan de buscar hasta encontrar un producto capaz de eliminar los insectos de las cosechas, pero a su vez sin dañar al medio ambiente, o eso era lo que pretendían. Es decir, un pesticida menos contaminante que los tradicionales DDT.
Finalmente, descubrieron "lo que buscaban" y deciden llamarlo SEVIN, aunque es cierto que prefieren no publicar ciertos resultados de sus experimentos por sus nefastas consecuencias.
Unión Carbide quiere cuanto antes extender su producto por todo el mundo y para eso tiene a su alcance a Eduardo Muñoz, que decide probar suerte en la India, un subcontinente de 400 millones de campesinos.
Todo listo y Unión Carbide ya prepara las instalaciones de una flamante fábrica para producir Sevin en el corazón de India. Las primeras cantidades de materia ya han llegado hasta allí, incluso se ha diseñado un taller para la síntesis final del Sevin, pero ahora se quiere ir más lejos.
La puesta en marcha de esta enorme fábrica ha requerido la mezcla cultural y humana de muchas personas que han sido instruidas para velar por la máxima seguridad de esta aventura tecnológica. Al fin y al cabo, y tras algunas discrepancias con Eduardo Muñoz, la fábrica alberga tres cisternas con capacidad para almacenar tanto MIC como en las instalaciones de Virginia Occidental, a su vez, capaz de destruir a toda la India.

Ha dado trabajo a miles de bhopalíes, pero la ausencia de monzones y las malas cosechas han reducido notablemente las ventas de Sevin. La pérdida económica se hace notar y se decide ahorrar en medidas de seguridad. Muchos abandonaron el proyecto y la degradación de los mecanismos de seguridad es cada vez mayor. Varios ya se han percatado de ello, pero aun así no se toman medidas paliativas.
Deciden pararlo todo, incluyendo los dispositivos de seguridad. Los norteamericanos ya no se preocupan por ello y piensan en un traslado a Brasil, pero éste no se producirá.
La noche del 2 al 3 de diciembre de 1984, mientras los habitantes de los tres barrios de chabolas que ocupan las cercanías de la fábrica celebran en el Orya Bastí la boda de Padmini y Dilip. Mientras otras bodas de más renombre iluminaban la noche de Bhopal y la mushaira llegaba a todos con sus poemas más desgarradores, un escape de gas tóxico procedente de una de las cisternas que almacenaba 42 toneladas de MIC (isocianato de metilo) causa 30.000 muertos y 500.000 heridos. La mayor catástrofe industrial de la historia.

Pese a todo, los ingenieros de Unión Carbide se negaron a revelar la composición de la nube tóxica, esto hizo que los médicos no supieran qué medidas tomar para frenar los miles de muertos que se sucedían en una noche trágica, que dejaría consecuencias para mucho tiempo.
Desde Norteamérica llegó Aderson, uno de los máximos representantes pero nada hizo que la situación cambiase, numerosas señales de odio y rencor arremetieron contra él, pero nada de esto calmaba el dolor de los habitantes de Bhopal y sus alrededores.

Por su parte Arjun Singh, el primer ministro de Madya Pradesh, sólo tenía en mente ganar las próximas elecciones, por ello hizo acto de presencia el día que se extrajeron las últimas gotas de MIC de la fábrica que les había hecho protagonistas de tal barbarie.
Muchas fueron las indemnizaciones que se ofrecieron en un primer momento, pero lo cierto es que años después aún no había llegado dinero alguno a manos de los supervivientes de un sueño americano hecho añicos.

 


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