Crónica
de un agradable encuentro con la literatura y la sensibilidad
Por Teresa Cobo Ruiz, alumna de 3º
F de ESO del IES Ricardo Bernardo de Solares.
Nuestro
instituto fue uno de los pocos de Cantabria que tuvo
la suerte de poder recibir el pasado día 20
de febrero a la escritora y profesora de secundaria,
licenciada en Filología Hispánica y
diplomada en Filología Inglesa, Ana Alcolea.
Un momento de
la charla.
La visita a nuestro instituto la
realizó de forma gratuita y, a diferencia de
otros institutos, estuvo en nuestro centro durante
dos sesiones, dirigidas a diferentes grupos de 3º
de la E.S.O y a los alumnos del PCPI.
Comenzó su visita hablándonos
del lugar en el que nos encontrábamos, una
biblioteca, y diciéndonos que ese lugar estaba
lleno de magia, la magia que envuelve a la literatura.
Esa magia surge cada vez que una persona lee un libro.
Aunque todos leamos lo mismo, cada lector se lo imagina
de manera diferente, e incluso a una misma persona
que lo lea dos veces le parecerá diferente,
porque nuestra vida cambia constantemente, y con ella,
nuestra forma de ver las cosas y de leer un libro.
Entonces, nos habló de sus
tres novelas juveniles, que forman parte de una trilogía
y que están relacionadas por la aparición
de Ángela, que es la propia Ana convertida
en personaje, y por el jarabe de rosas, de origen
romano y que todavía se sigue fabricando.
La primera de estas tres novelas,
escrita en 2001, es 'El medallón perdido',
en la que un joven llamado Benjamín viaja con
su tío Sebastián a Gabón a pasar
el verano. Es huérfano y su madre apenas le
habla de su padre, fallecido años atrás
en un accidente de avioneta. La familia paterna tiene
en ese continente un negocio de madera y viven allí
desde hace décadas. En África, Benjamín
descubrirá no sólo un mundo extraordinario
y diferente del suyo propio, sino que iniciará
un proceso de madurez personal que le hará
reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida.
El medallón viene a ser ese encuentro consigo
mismo del adolescente.
La segunda novela de la trilogía,
escrita en 2003, se titula 'El retrato de Carlota'.
Carlota es una joven adolescente brillante en los
estudios y con una mente muy cartesiana. Sus padres
la envían a pasar los días de carnaval
a Venecia a la casa de una tía. En la ciudad
de los canales se encontrará con numerosos
enigmas que deberá resolver con la ayuda de
un joven de su edad. Su tía, que está
escribiendo una novela, es quien le va proporcionar
los misterios y las pistas para su esclarecimiento.
La novela que cierra la trilogía,
y que yo he leído, se titula 'Donde aprenden
a volar las gaviotas'. En esta novela, Arturo pasa
sus vacaciones de verano en Noruega con su amigo Erik.
La casa en la que viven está construida sobre
los cimientos de un campo de concentración
nazi de la Segunda Guerra Mundial. Un día,
cavando un hoyo en el jardín, encuentran una
caja azul de metal, cerrada mediante un sistema complicado
de abrir. La investigación de los jóvenes
para conseguir abrir la caja les lleva a una cabaña
en las montañas y otra en los fiordos. Además,
descubren que la caja perteneció a la abuela
de Erik, enamorada durante la Segunda Guerra Mundial
de un soldado alemán.
Hablándonos de este libro,
nos dijo que había elementos que existían
en la realidad, como la idea de que la casa de Erik
esté sobre un campo de concentración
alemán, ya que su marido noruego tiene una
casa que, al igual que en la novela, está sobre
uno de estos campos nazis.
También nos enseñó
una caja de metal parecida a la que Erik y Arturo
encuentran en la novela; ésta también
era azul y de metal, aunque la que Ana nos enseñó
la utilizaba su madre para guardar los recibos de
la comunidad. Aprovechando estas coincidencias, nos
dijo que a veces la realidad supera a la ficción
o que la frontera entre ambas es muy fina.
Sobre el porqué de no poner
un título relacionado con Elsa, importante
en la novela y presente en la dedicatoria, nos dijo
que mientras estaba escribiendo el libro no tenía
puesto un título, y que cuando llegó
al capítulo 20, titulado 'Donde aprenden a
volar las gaviotas', le gustaron estas palabras que
forman un endecasílabo y acabaron conformando
el título del libro.
En cuanto al porqué no cuenta
lo que se dicen Henrik y Elsa tras tantos años
sin verse, nos explicó que además de
las razones técnicas: la utilización
de la primera persona, ella no cree que el final más
feliz sea el reencuentro, ya que tras muchos años
sin ver a una persona a la que amas ésta se
acaba idealizando, y cuando la ves de nuevo te llevas
una decepción. Lo ejemplificó con la
canción de Serrat, 'Penélope', que nuestra
generación no conoce. En ella una mujer espera
durante años a su amado, que finalmente regresa
a casa, y cuando lo hace ella le dice que no es él,
porque la idea que tenía de él estaba
en su imaginación, no era real.
Ana nos contó que en el mes
que estuvo escribiendo el libro, éste es el
que más rápido ha escrito de los tres,
sufría mucho escribiendo el libro. Que lloraba
escribiendo las cartas de Elsa, que sufrió
el martirio que sufrió la tía de su
marido por enamorarse del "uniforme equivocado".
Ana no tiene hijos, considera que
los libros son ya hijos suyos, y por eso quiere a
los tres.
Además, nos contó que
ella no pensaba en ser escritora cuando era niña.
Se hizo profesora de literatura gracias a profesoras
a las que admiraba y con las que sigue en contacto.
Siempre ha tenido mucha imaginación y ahora
dispone de tiempo. Un buen día decidió
escribir sobre el tema de su primo, que murió
en accidente de avioneta y que tanto impacto le causó.
A partir de ahí se impuso una disciplina y
sigue escribiendo: Escribe siempre por la tarde, y
mucho en trenes y aeropuertos, debido a que viaja
con frecuencia a Noruega, lugar donde vive su esposo,
y a Italia, donde tiene familia. También le
gusta escribir en el despacho de su casa en el que
está rodeada de sus libros, sus cuadros favoritos
y sus recuerdos más entrañables. Nos
dijo que le tiene mucho cariño a Cantabria
y que tiene dos cuadros sobre temas cántabros
en un lugar preferente.
Cuando le preguntamos acerca de cómo
era la vida de una escritora, nos dijo que era completamente
normal, como la de cualquiera de nosotros.
También tiene dos libros pendientes
de publicación, que saldrán en la primera
mitad de este año 2009. Uno está dirigido
de nuevo a jóvenes y se titula 'Cuentos de
la abuela Amelia'. El otro, dirigido a adultos, saldrá
a la luz bajo el título de 'Bajo el león
de San Marcos'.
Al final de la charla, a todos los
alumnos que quisimos nos firmó su novela, pacientemente
y con cariño.
En cuanto a mi opinión personal,
he disfrutado y aprendido leyendo la novela 'Donde
aprenden a volar las gaviotas'. Me pareció
un libro interesante, misterioso y lleno de enigmas.
Mi parte favorita es sin duda la parte de los diarios
de Elsa, y al igual que Ana lloraba mientras los escribía,
yo lloré leyéndolos. Además,
el libro muestra una realidad vivida en la Segunda
Guerra Mundial por unas cuantas mujeres enamoradas
del "uniforme equivocado".
La visita de Ana también me
pareció muy interesante. Me gustó sobre
todo porque se mostró de una manera muy cercana
a nosotros. Como ella misma nos dijo, salí
cambiada de allí, no un cambio muy brusco en
mi vida, pero sí un cambio que me ayuda a ver
la literatura de un modo de diferente.