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Red-acción
II Época / Nº31
Marzo
2009
CULTURA / ASISTIMOS A...

Crónica de un agradable encuentro con la literatura y la sensibilidad

Por Teresa Cobo Ruiz, alumna de 3º F de ESO del IES Ricardo Bernardo de Solares.

Nuestro instituto fue uno de los pocos de Cantabria que tuvo la suerte de poder recibir el pasado día 20 de febrero a la escritora y profesora de secundaria, licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Filología Inglesa, Ana Alcolea.

Un momento de la charla.

La visita a nuestro instituto la realizó de forma gratuita y, a diferencia de otros institutos, estuvo en nuestro centro durante dos sesiones, dirigidas a diferentes grupos de 3º de la E.S.O y a los alumnos del PCPI.

Comenzó su visita hablándonos del lugar en el que nos encontrábamos, una biblioteca, y diciéndonos que ese lugar estaba lleno de magia, la magia que envuelve a la literatura. Esa magia surge cada vez que una persona lee un libro. Aunque todos leamos lo mismo, cada lector se lo imagina de manera diferente, e incluso a una misma persona que lo lea dos veces le parecerá diferente, porque nuestra vida cambia constantemente, y con ella, nuestra forma de ver las cosas y de leer un libro.

Entonces, nos habló de sus tres novelas juveniles, que forman parte de una trilogía y que están relacionadas por la aparición de Ángela, que es la propia Ana convertida en personaje, y por el jarabe de rosas, de origen romano y que todavía se sigue fabricando.

La primera de estas tres novelas, escrita en 2001, es 'El medallón perdido', en la que un joven llamado Benjamín viaja con su tío Sebastián a Gabón a pasar el verano. Es huérfano y su madre apenas le habla de su padre, fallecido años atrás en un accidente de avioneta. La familia paterna tiene en ese continente un negocio de madera y viven allí desde hace décadas. En África, Benjamín descubrirá no sólo un mundo extraordinario y diferente del suyo propio, sino que iniciará un proceso de madurez personal que le hará reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. El medallón viene a ser ese encuentro consigo mismo del adolescente.

La segunda novela de la trilogía, escrita en 2003, se titula 'El retrato de Carlota'. Carlota es una joven adolescente brillante en los estudios y con una mente muy cartesiana. Sus padres la envían a pasar los días de carnaval a Venecia a la casa de una tía. En la ciudad de los canales se encontrará con numerosos enigmas que deberá resolver con la ayuda de un joven de su edad. Su tía, que está escribiendo una novela, es quien le va proporcionar los misterios y las pistas para su esclarecimiento.

La novela que cierra la trilogía, y que yo he leído, se titula 'Donde aprenden a volar las gaviotas'. En esta novela, Arturo pasa sus vacaciones de verano en Noruega con su amigo Erik. La casa en la que viven está construida sobre los cimientos de un campo de concentración nazi de la Segunda Guerra Mundial. Un día, cavando un hoyo en el jardín, encuentran una caja azul de metal, cerrada mediante un sistema complicado de abrir. La investigación de los jóvenes para conseguir abrir la caja les lleva a una cabaña en las montañas y otra en los fiordos. Además, descubren que la caja perteneció a la abuela de Erik, enamorada durante la Segunda Guerra Mundial de un soldado alemán.

Hablándonos de este libro, nos dijo que había elementos que existían en la realidad, como la idea de que la casa de Erik esté sobre un campo de concentración alemán, ya que su marido noruego tiene una casa que, al igual que en la novela, está sobre uno de estos campos nazis.

También nos enseñó una caja de metal parecida a la que Erik y Arturo encuentran en la novela; ésta también era azul y de metal, aunque la que Ana nos enseñó la utilizaba su madre para guardar los recibos de la comunidad. Aprovechando estas coincidencias, nos dijo que a veces la realidad supera a la ficción o que la frontera entre ambas es muy fina.

Sobre el porqué de no poner un título relacionado con Elsa, importante en la novela y presente en la dedicatoria, nos dijo que mientras estaba escribiendo el libro no tenía puesto un título, y que cuando llegó al capítulo 20, titulado 'Donde aprenden a volar las gaviotas', le gustaron estas palabras que forman un endecasílabo y acabaron conformando el título del libro.

En cuanto al porqué no cuenta lo que se dicen Henrik y Elsa tras tantos años sin verse, nos explicó que además de las razones técnicas: la utilización de la primera persona, ella no cree que el final más feliz sea el reencuentro, ya que tras muchos años sin ver a una persona a la que amas ésta se acaba idealizando, y cuando la ves de nuevo te llevas una decepción. Lo ejemplificó con la canción de Serrat, 'Penélope', que nuestra generación no conoce. En ella una mujer espera durante años a su amado, que finalmente regresa a casa, y cuando lo hace ella le dice que no es él, porque la idea que tenía de él estaba en su imaginación, no era real.

Ana nos contó que en el mes que estuvo escribiendo el libro, éste es el que más rápido ha escrito de los tres, sufría mucho escribiendo el libro. Que lloraba escribiendo las cartas de Elsa, que sufrió el martirio que sufrió la tía de su marido por enamorarse del "uniforme equivocado".

Ana no tiene hijos, considera que los libros son ya hijos suyos, y por eso quiere a los tres.

Además, nos contó que ella no pensaba en ser escritora cuando era niña. Se hizo profesora de literatura gracias a profesoras a las que admiraba y con las que sigue en contacto. Siempre ha tenido mucha imaginación y ahora dispone de tiempo. Un buen día decidió escribir sobre el tema de su primo, que murió en accidente de avioneta y que tanto impacto le causó. A partir de ahí se impuso una disciplina y sigue escribiendo: Escribe siempre por la tarde, y mucho en trenes y aeropuertos, debido a que viaja con frecuencia a Noruega, lugar donde vive su esposo, y a Italia, donde tiene familia. También le gusta escribir en el despacho de su casa en el que está rodeada de sus libros, sus cuadros favoritos y sus recuerdos más entrañables. Nos dijo que le tiene mucho cariño a Cantabria y que tiene dos cuadros sobre temas cántabros en un lugar preferente.

Cuando le preguntamos acerca de cómo era la vida de una escritora, nos dijo que era completamente normal, como la de cualquiera de nosotros.

También tiene dos libros pendientes de publicación, que saldrán en la primera mitad de este año 2009. Uno está dirigido de nuevo a jóvenes y se titula 'Cuentos de la abuela Amelia'. El otro, dirigido a adultos, saldrá a la luz bajo el título de 'Bajo el león de San Marcos'.

Al final de la charla, a todos los alumnos que quisimos nos firmó su novela, pacientemente y con cariño.

En cuanto a mi opinión personal, he disfrutado y aprendido leyendo la novela 'Donde aprenden a volar las gaviotas'. Me pareció un libro interesante, misterioso y lleno de enigmas. Mi parte favorita es sin duda la parte de los diarios de Elsa, y al igual que Ana lloraba mientras los escribía, yo lloré leyéndolos. Además, el libro muestra una realidad vivida en la Segunda Guerra Mundial por unas cuantas mujeres enamoradas del "uniforme equivocado".

La visita de Ana también me pareció muy interesante. Me gustó sobre todo porque se mostró de una manera muy cercana a nosotros. Como ella misma nos dijo, salí cambiada de allí, no un cambio muy brusco en mi vida, pero sí un cambio que me ayuda a ver la literatura de un modo de diferente.

 

Más información:

     

http://www.youtube.com/watch?v=J_HoG4e7_FA

 


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