Cuando
la calle Alta no se llamaba así, sino Alonso
Gullón, se edificó el Grupo Escolar
Ramón Pelayo, hoy colegio público. Para
las decenas de generaciones de niños y niñas
que han pasado por él es, simplemente, 'el
Grupo'. Este centro, el segundo más antiguo
de Santander, cumplirá 75 años en 2008.
Los profesores, con su director Isidro Valdivielso
al frente, se disponen a celebrar el acontecimiento.
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Fachada que
presenta actualmente el CP Ramón Pelayo. |
La historia de este centro
se inicia en 1926, cuando un grupo de concejales del
Ayuntamiento de Santander decide construir un nuevo
centro escolar para paliar las necesidades del municipio
y ponerle de nombre 'Ramón Pelayo', en honor
al marqués de Valdecilla, benefactor de numerosas
causas. El edificio costó 800.000 pesetas que
fueron aportadas por el Ayuntamiento y la Comisión
de Homenaje al Marqués, que aportaron 152.611
pesetas, aunque se sospecha que el mismo Ramón
Pelayo aportó una parte del capital necesario.
También se realizó, al parecer, una
suscripción popular. Los terrenos fueron cedidos
por el Ayuntamiento y el proyecto fue de Jorge Gallegos.
El centro se inauguró en 1933 y fue su primer
director Antonio Berna. El edificio fue transformado
en parte en los años 70, ante la necesidad
de más espacio pero, en su origen, tenía
120 metros de fachada y, sus torreones veinte metros
de altura. "A los niños del grupo escolar
-decía en 1928 'El Cantábrico', no sólo
se les instruirá y educará convenientemente,
sino que al mismo tiempo se las dará comida
y hasta vestidos y calzado a las más menesterosos
y se les facilitará libros para ellos y sus
familias...".
El Grupo Ramón Pelayo se abrió en 1933
con dos escuelas graduadas de niños y niñas,
seis secciones cada uno y sesenta alumnos en cada
aula. El comedor atendía diariamente a 200
alumnos y, desde el principio de su andadura, se dedicó
no sólo a la parte formativa de los niños,
sino que también atendió sus necesidades
básicas. Entre 1936 y 1939 se formó
una asociación de padres, un rondalla y un
coro que, incluso, acudió a la Olimpiada Musical
de Barcelona. Los integrantes de la rondalla iban
uniformados con chaquetas de solapa de raso y falda
o pantalón blanco. Durante la guerra, la parte
baja del centro escolar fue adaptada como refugio
y hospital.
En 1936, el colegio tenía 1.051 alumnos que
en 1971 llegaron ya los 1.200. Como hacían
falta más aulas se construyen sobre las terrazas
laterales, al este y al oeste, lo que afeó
el edificio y le restó parte de su gracia original.
También se cubrió la terraza al Sur,
creándose en total 10 aulas más. En
la actualidad, el colegio tiene 120 alumnos de Primaria
(6-12 años), y de ellos la mitad son de procedencia
extranjera, conviviendo todos ellos con total normalidad.
La mitad del edifico está ocupado permanentemente
por la Universidad Nacional de Educación a
Distancia (UNED).
Para la exposición ya en preparación,
el centro cuenta con planos originales del edificio,
las partituras del himno, cartillas escolares, fotografías
de alumnos y profesores, presupuesto para el desarrollo
de la escuela diurna, documentos de vacunación
de 1939, el homenaje a Pío XII (1939), un álbum
del viaje a Roma con motivo del homenaje al Santo
Padre, documentos de las clases para adultos y padres
(1940), la petición de los instrumentos musicales
del centro con destino al SEU (1940), el concurso
de trabajos escolares para celebrar el Día
de la Madre (1940), relación de concursantes
del Día de la Canción, relación
de los alumnos afectados por el incendio de 1941 y
que asistían a la escuela y las reglas disciplinarias
del colegio, como que los niños y niñas
no podrían juntarse en ningún momento.
El colegio hace un llamamiento a antiguos alumnos
y familiares para que aporten material para la exposición
histórica.
JC Flores-Gispert/ El Diario Montañés
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