Cuando el
día 17 de septiembre los agentes de seguridad
del campo del Racing entraron a su trabajo, nunca
pensaron que se iban a ver las caras con un "terrible"
delincuente como Paco Fernández Caro. Este
chico de 14 años iba a cometer un terrible
delito, saltar una valla del campo, cuando el partido
ya había terminado.
Con la intención de recoger una prenda olvidada,
el chico atajó, saltó la valla y pasó
a la zona Preferente Oeste. Los agentes que vigilaban
la seguridad en el campo le pararon, tomaron sus datos
y se consideró "justo" ponerle una
multa de 3000 €.
Así que usted ya sabe, si va al estadio del
Racing, puede gritar e insultar sin miedo, pero recuerde
que la pena supuestamente justa por saltar una valla
con la intención de recoger algo olvidado es
de 3000€. Este malvado delincuente se lo pensará
dos veces antes de saltarse una mísera valla.
Además también se le ha penado con seis
meses sin entrar a ningún recinto deportivo,
como si se tratase de un psicópata del deporte,
que no puede permanecer en un recinto deportivo sin
cometer crímenes contra la humanidad, como
por ejemplo saltar una valla.
Una cosa más, Paco Fernández Caro trabajaba
para el Racing como recoge pelotas. Es decir que su
cara les era conocida a los que trabajan en el campo.
Entonces por qué se va contra un chico que
salta inocentemente una valla y le multas, cuando
es uno de tus trabajadores. No me quiero imaginar
lo que pasará si pides una baja... como mínimo
te fusilan a balonazos.
Y ahora bien, ¿qué es lo que pasa? Estoy
seguro de que si este chico fuese famoso no le hubiese
pasado nada, habría salido en los medios de
información, se hubiese montado el clásico
teatrillo y todo se hubiese arreglado con una foto
en la que los implicados saldrían sonriendo
y dándose la mano, pero no, da la casualidad
de que el caso de este chico no le interesa a casi
nadie, de forma que se intenta tapar el asunto y el
estadio se saca 3000 € de nada. ¡Qué
justo!
Ahora hablando en serio, las situaciones de violencia,
tanto verbal como física, que se producen en
los campos de fútbol son intolerables y sí
merecen ser penadas, pero esto supone mucho más
esfuerzo, por lo tanto se aparta la vista de los delitos
y se opta por meterle un multazo a un inocente chaval
que no ha hecho nada malo.
Y ustedes dirán, seguro que cuando el chico
presentó su caso al encargado pertinente estos
retiraron la denuncia. Debe ser que el sabroso mordisco
que le pegaron al bolsillo de la familia Fernández
es mucho más sabroso que la justicia.
Este caso me formula la pregunta de ¿por qué
la justicia varía dependiendo de quien cometa
el delito? Está claro que no somos iguales
ante la ley, y esto se nos demuestra cada día.
Si eres importante, si tienes influencias, la justa
vara de la ley se convierte en una ramita que se dobla
a tu voluntad. Si por el contrario eres ciudadano
de a pie, a la vara le salen espinas y te golpea donde
más duele.
PDT: Este caso parece mentira, por lo que llamamos
al responsable pertinente del Racing. Como respuesta
recibimos el silencio. ¿El que calla otorga
o simplemente prefiere hacer como que no se entera?
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