Los desastres ecológicos, la desforestación, la basura lanzada por el hombre, las prácticas de cultivos que degradan la estructura y la fertilidad del suelo, el pastoreo con excesiva carga de ganado o empleando técnicas inadecuadas y otras consecuencias de la acción humana provocan daños en la cadena trófica y esto causa en los animales dolor, sufrimiento y la muerte de cientos de miles de ellos al año.

Caza ilegal de gorilas en África.

En el mundo se pierden cientos de miles de especies, muchas de ellas aún antes de ser descubiertas por la ciencia. Entre las principales causas de la desaparición de las especies animales podemos enumerar las siguientes:

- La persecución y matanza por el valor de sus pieles.
- La caza intensiva y la pesca para comercializar sus carnes.
- La contaminación de las "especies invasoras".
- El vertido del petróleo procedente de buques, que contaminan los mares.
- Accidentes naturales: erupción de los volcanes, etc.
- La acción de otros contaminantes.
- La tala abusiva y el retroceso de bosques y selvas.
- Los incendios de bosques.

Otro de los peligros que acecha a millones de animales y plantas en todo el mundo es el comercio que se hace con ellos, un negocio ilegal pero que obtiene muchas ganancias.

Muchas especies corren peligro de extinción y las pescas son cada vez más escasas debido a la reducción paulatina del tamaño de las mallas, al aumento de buques pesqueros y al descontrol en general. Todo esto perjudica a la gran cantidad de especies marinas que viven en nuestros mares, que cada vez son menos.

Por otro lado, si el ser humano es capaz de destruir, también es capaz de conservar y favorecer la subsistencia de determinadas especies que están o pueden llegar a estar en peligro de extinción.

Linces ibéricos en el Parque Nacional de Doñana.

Un ejemplo de estas medidas es la creación de Parques Naturales, en los que se realiza un control sobre accesos, cultivos o explotaciones madereras, de manera que se consigue un equilibrio entre las especies y su medio natural favoreciendo la reproducción de determinadas especies como el oso pardo, el urogallo, el lince, el lobo, etc.

En zonas africanas se preservan determinadas especies de fauna salvaje mediante la creación de reservas, en las que se realiza una explotación de las mismas sustituyendo las escopetas por las cámaras de fotos y se controla la presencia de furtivos dedicados a la caza y tráfico de animales.

Otra de las medidas proteccionistas que podríamos mencionar sería la de las campañas mundiales en contra de la utilización de pieles de animales para su uso en la moda, preservando la matanza de focas, leopardos, panteras, etc, que antiguamente se eliminaban para utilizar sus pieles en la confección de abrigos. En la actualidad estas pieles provienen de granjas dedicadas a la producción de estas especies o su sustitución por pieles sintéticas que imitan muy fielmente a las pieles originales, sin tener que matar animales para conseguirlas.