Un grupo de alumnos de 3º y 4º de ESO del colegio Jardín de África de Santander viajó a Londres dentro de un programa de intercambio con el colegio inglés Croydon High School. Conoce cómo ha sido la experiencia.

No podía faltar la foto con el típico guardia a caballo.

Al llegar al colegio estábamos todas nerviosas por saber cómo serían nuestros intercambios y cómo nos acomodaríamos en sus casas. La mía era enorme y en ella vivían los padres, un hermano pequeño, Todd, y mi intercambio, Lauren. Es ya el cuarto año que hago el intercambio, pero el primer día siempre sigo estando nerviosa. De todas formas se va notando la experiencia, ya que otros años no entendía nada y éste les he entendido perfectamente casi todo lo que hablaban.
El fin de semana estuvimos con las familias, el sábado salimos de compras al centro de Londres, en la calle Oxford Street, y después fuimos a cenar a un restaurante.
No tiene nada que ver con España. En Londres te encuentras a todo tipo de gente, los ingleses son mucho más callados que nosotros. En el aeropuerto, por ejemplo, no hablaba nadie.
El lunes todas las españolas fuimos de excursión a Cambridge. Vimos la universidad y después comimos mientras dábamos un paseo en una góndola por el río Cam.
El martes fuimos de excursión al Parlamento británico, era una visita guiada. Estuvimos viendo la torre del Big Ben.

                                                                            Elisa López-Alonso Liaño

El pasado otoño, un grupo de alumnas de 3º y 4º de Secundaria hicimos un viaje de intercambio a Londres. Nos quedábamos en las casas de nuestras respectivas inglesas. Durante todo el viaje sucedieron muchas anécdotas divertidas.
Por ejemplo, nada más bajarnos del avión y coger nuestras maletas nos dimos cuenta de que una de ellas estaba goteando un líquido rojo, la abrimos y además de por el fuerte olor que nos echó para atrás, observamos que se había roto una botella de vino (regalo para los padres ingleses) y que también se habían manchado prácticamente todas las cosas que había dentro. Y ahí estábamos nosotras, sacando todo y metiéndolo en bolsas. Cinco minutos más tarde estábamos a punto de irnos cuando una de nosotras se dio cuenta de que se le olvidó coger la maleta y tuvo que volver corriendo a por ella.
Otra anécdota sucedió el día que fuimos de compras a Londres, cuando íbamos a volver al colegio inglés. Nos dirigíamos a coger el autobús pero algunas se perdieron y para encontrarnos con ellas tuvimos que cambiar de parada de autobús, pero estaba muy lejos y tuvimos que ir tan rápido que casi nos quedamos sin respiración.
El mejor día fue cuando fuimos a Cambridge. Nos dejaron tiempo libre y mis amigas y yo fuimos a dar un paseo por las tiendas; de repente, una chica nos pregunta (en inglés) si nos puede hacer un cuestionario, le respondimos que sí. Nada más empezar nos preguntó nuestros nombres y a continuación nos hizo la siguiente pregunta:
"¿Por qué habéis decidido estudiar en la Universidad de Cambridge?"
Rápidamente le dijimos que no estudiábamos allí y que no éramos inglesas. A nosotras nos hizo mucha gracia que nos confundieran con inglesas auténticas y con UNIVERSITARIAAAS!
En este viaje todas nos lo pasamos muy bien, vimos un montón de sitios como Trafalgar Square, Picadilly Circus, Cambridge o el Parlamento Británico. También pudimos ver cómo eran las clases allí, pero lo que más nos gustó fue ir de compras por Londres.

                                                                                              María Cagigas

Otra imagen para el recuerdo del viaje a Londres.

Un grupo de alumnas de 3º y 4º de Secundaria del colegio Jardín de África hemos pasado unos días en Londres dentro de un programa de intercambio con el colegio inglés Croydon High School.
Uno de los días lo pasamos en el colegio inglés para así ver en la práctica cómo son las clases allí. Todo es muy diferente, empezando porque se trata de un colegio sólo de chicas y no mixto como aquí. Para entrar tienen que marcar una contraseña para que la puerta se abra. Las clases empezaban a las 8:30 horas, pero ellas solían llegar a las 8:00 y se quedaban en uno de los comedores hablando. Cada clase duraba una hora y cuarto aproximadamente.
A primera hora, tuvimos clase de arte. Las clases de arte de allí son más artísticas que aquí, es decir, hacen más trabajos de fotografía, cuadros,… mientras que aquí hacemos sobre todo dibujo técnico.
A segunda hora, fuimos a clase de Física. Era un poco aburrido ya que no entendíamos nada, el lenguaje era muy técnico. Las inglesas se pusieron a hacer experimentos en las mesas del laboratorio.
Después de otra hora de Biología nos fuimos al comedor. A las 14:00 horas empezaban de nuevo las clases.
Fuimos a clase de Social (que es como Ciudadanía). A última hora tuvimos clase de Inglés. Fue para mí la más aburrida, ya que el profesor puso una película en inglés (que no entendíamos nada), y la paraba cada minuto para comentar lo que había ocurrido.
El colegio tenía muy buenas instalaciones, sin embargo el ambiente resultaba demasiado serio.

                                                                                              Coral Villegas

Un día fuimos a Cambridge y allí nos contaron lo antigua que es esa Universidad, y algunas de sus curiosas historias, como la de los niños que murieron en una habitación y que en la actualidad tiene siempre las ventanas abiertas, para que los espíritus entren y salgan a su antojo. Vimos, dentro de un local, las firmas de gente famosa de la época de la Segunda Guerra Mundial. En esta Universidad, creada por Enrique VII, y terminada por Enrique VIII, hay un patio de hierba que sólo puede ser atravesado por los profesores.

                                                                                             Isabel Torcida

Cuando llegamos a Londres, lo que menos me imaginaba era que iba a ser invitada a… ¡una boda india! Y así fue, me dejaron ropa adecuada para la ocasión y estuvimos en una boda típica hindú. Todo era muy raro para mí, que no salía de mi asombro. Me lo pasé muy bien.

                                                                                              Carlota Argos