Julio
Ruiz de Salazar es una personalidad querida y respetada,
imprescindible para conocer y sentir la historia grande
y cotidiana de nuestra ciudad. Inteligente, culto,
cercano, amable y entregado a su profesión,
a través de ella lo ha estado y lo está
a su ciudad. Hijo de médico, estudió
Medicina y ha dedicado su vida a esta profesión
que eligió por vocación.
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Las reporteras,
con Julio Ruiz de Salazar. |
Hoy a su saber como
médico une el de torrelaveguense, estando volcado
en una ingente tarea de recopilación y difusión
de nuestra historia como ciudad. Desde aquí
le agradecemos el tiempo que nos ha dedicado a esta
entrevista.
Pregunta.-
¿Qué te impulsó a estudiar Medicina?
Respuesta.- Mi afición a la
Medicina se inició en mi infancia. En una familia
de médicos el ejemplo lo tenía cercano,
así que cuando acabé bachiller en La
Paz no tuve ninguna duda sobre por qué optar.
Finalmente decidí cursar estos estudios porque
es una profesión muy humanitaria donde se puede
hacer mucho bien, aliviar el sufrimiento de los demás
y entregarte a ellos. Ese fue el motivo.
P.- Cuando empezaste a estudiar
Medicina, ¿te daba impresión la sangre?
R.-
No, en absoluto. No, nunca, porque lo he vivido desde
siempre y estaba ya muy metido en el asunto.
P.- ¿Ha sido
gratificante la relación en estos años
con tus pacientes?
R.-
Sí, totalmente. He sentido la satisfacción
de que les he ayudado todo lo que he podido y he puesto
todo mi saber en ellos.
P.- Tu mujer es la titular de una
de las farmacias más tradicionales de la ciudad.
¿Ayudas a tu mujer con la farmacia de vez en
cuando?
R.-
No, somos dos mundos diferentes (risas).
P.- ¿Cómo es el día
a día de un médico?
R.-
Pues yo me dedico a hacer análisis clínicos.
Ésta es una especialidad polivalente que incluye
muchas ramas como patología, bioquímica,
inmunología, bacteriología, etc. Yo
analizo las muestras y hago sobre ese estudio clínico
determinaciones pertinentes que mando al médico
correspondiente para su diagnóstico y poder,
de esa manera, probar o descartar la enfermedad del
paciente.
P.- Nos han dicho que, con ayuda
de otras personas, estás recopilando la historia
de Torrelavega. Nos gustaría saber qué
tipo de información recoges, ¿toda la
historia en general o algo en concreto?
R.-
Pues mira, Torrelavega, pese a lo que digan, tiene
bastante más de 100 años de historia,
tiene tanta historia como tienen pueblos y sitios
que nos circundan. Lo que pasa es que la vida más
activa de Torrelavega se desarrolló ya hace
aproximadamente unos 150 años, de eso quedan
muchos vestigios, pero hay muchos que se han perdido
y muchas tradiciones y muchas costumbres que han desaparecido
de nuestra memoria colectiva, en parte porque la forma
del pueblo, la forma de ser, se ha modificado por
la llegada de gente de fuera a fábricas y negocios.
Ése es el motivo de que gentes oriundas de
Torrelavega queden pocas, lo que ha permitido la lenta
desaparición de nuestras costumbres y tradiciones,
diluidas entre nuevas formas culturales. Proteger
y rescatar ese patrimonio es el objetivo.
P.- ¿Qué te impulsó
a dar este paso de historiador?
R.-
Fue simplemente descubrir que algunos de mis amigos
tenían mis mismas inquietudes en estos temas,
me puse de acuerdo con ellos. Vimos que hay cosas
que se han perdido y que merece la pena recordarlas
de nuevo, por eso hemos revivido la historia de la
confitería, por ejemplo, por la que Torrelavega
fue muy importante, cómo las fiestas fueron
subiendo y son más tradicionales desde que
hay sobre todo ferias y mercados de ganado. En los
años más agraciados de Torrelavega y
de más ímpetu, las fiestas iban a la
par, si no más boyantes, que las de grandes
capitales cercanas. Luego han ido cayendo, decreciendo
y perdido el colorido, la vistosidad y el encanto
de antaño.
P.- ¿Cuentas con algún
tipo de apoyo a la hora de recoger información
sobre la historia de Torrelavega?
R.-
Pues la verdad es que hemos tenido muy poco apoyo.
La dificultad se encuentra, además, en encontrar
testigos directos de nuestra historia directa, reciente
y cotidiana. Pocas personas quedan que den testimonio
del pasado siglo. La búsqueda está ahora
centrada, más que en el bis a bis, en hemerotecas,
pero hay pocas fuentes a las que podamos acudir.
P.- ¿Cuándo y cómo
fueron los primeros pasos en esta tarea?
R.-
El primer paso coincidió con la creación
de la Cofradía del Hojaldre. La ausencia en
esa institución de los maestros hojaldreros
tradicionales de la ciudad, esos que nos han dado
a conocer como ciudad fuera de nuestras lindes, me
llevó a protestar sobre el modo de constituir
la asociación. Desde ahí comenzó
el trabajo para rescatar la memoria de quienes fueron
los reposteros de Torrelavega.
P.- ¿En este momento tienes
recopilada mucha historia de esta ciudad?
R.-
No. Sobre los aspectos más recientes y conocidos
sí, pero hay facetas que están sin escribir
y transcribir, aunque no hay aspectos de nuestra historia
desconocidos, sí poco detallados o analizados
P.- ¿Qué es lo que
vas a hacer con toda esa información que recojas?
R.-
Pues lo que yo pueda, intentar sacarla a la luz. El
Ayuntamiento nos ha favorecido siempre, ayudándonos
para esto, y en cuanto pueda darlo a conocer al público,
que creo que es mi obligación.
P.- ¿Quieres añadir
algo más acerca de esto?
R.-
Pues que estoy muy agradecido de que hayáis
venido por aquí a verme, a hablar de Torrelavega
y de mi carrera, a las que tengo muchísimo
amor, a las dos, mucho cariño a mi pueblo y
mucho cariño a mi carrera.
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