El método tradicional
de pasar lista en las aulas, anotando con una 'equis'
el nombre del alumno que falta, está a punto
de desaparecer y, en el caso del instituto Marqués
de Santillana, ya es historia. Este centro es, desde
hace unos meses, pionero en Torrelavega con la implantación
de un nuevo Sistema Informático de Gestión
Docente que facilita la labor de los profesores a
la hora de controlar y hacer un seguimiento de cada
uno de sus alumnos.
Además, reduce notablemente
el papeleo necesario para anotar las faltas, retrasos
o amonestaciones a los alumnos en clase (redunda en
un mejor control del absentismo escolar). También
permite la publicación del listado de notas
de los exámenes, el envío de mensajes
y avisos entre profesores, anotar sus horarios, y
un largo etcétera.
Este sistema, que ya existe en otros
centros de la región y que, próximamente,
se irá implantando en otros institutos de Torrelavega,
es conocido coloquialmente como tamagochi.
Consiste en un aparato (una mezcla de agenda electrónica,
teléfono móvil y buscapersonas), personalizado
para cada profesor, con el listado de los alumnos
que tiene en cada asignatura y aula cada jornada lectiva,
pudiendo anotar electrónicamente todas las
incidencias que surjan durante el día.
Tan moderna herramienta de gestión
docente, "muy cómoda porque evita papeleo
y agiliza mucho el trabajo", según explica
José Nicasio Gutiérrez, el director
del instituto Marqués de Santillana, "evita
que los delegados de cada clase tengan que ir con
el parte de faltas a entregarlo en Secretaría,
y los datos que se introducen no se pueden modificar",
añade Inés Oliver, la jefa de estudios
de Bachillerato.
Al final de cada jornada lectiva,
cada uno de los 72 docentes del instituto depositan
este aparato en una unidad central instalada en la
sala de profesores, a donde queda conectado. Comienza
entonces la descarga de toda la información
y la transmisión de los datos a la página
web del instituto (www.iesmarquesdesantillana.com),
estando a partir de entonces a disposición,
tanto de los padres de los alumnos como de los profesores,
para su consulta, eso sí, siempre mediante
una clave de acceso personal para garantizar la confidencialidad
de los datos de cada estudiante.
Este sistema pone fin, también,
a otra práctica habitual entre los alumnos:
el esconder las notas hasta después de vacaciones
(de Navidad o Semana Santa), cuando no son todo lo
buenas que cabe esperar. "Los padres, tanto a
través de su ordenador personal o utilizando
los que están disponibles y conectados a internet
en la biblioteca del centro, pueden consultar las
notas de sus hijos, sus horarios de clases, y las
incidencias. Esto último de una forma muy visual,
para saber si sus hijos faltan a clase o llegan tarde,
algo que interesa sobre todo a los padres de primero
y segundo curso de Educación Secundaria, los
estudiantes más jóvenes", concluye
Inés Oliver.
R. Mª ECHEVARRÍA/ El Diario
Montañés
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