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Nº 128
CULTURA / GALERÍA DE ARTE

Un viaje por mi vida medieval

Por Fátima Portillo Ruiz. estudiante de 2º ESO A del IES Santa Cruz de Castañeda.

¿Cómo sería tu vida en la Edad Media? Los estudiantes del IES Santa Cruz lo han imaginado y lo han plasmado en un relato, donde muestran todo lo aprendido en clase.

Mi nombre es Fátima Portillo Ruiz y vivo en Florencia, Italia. Soy una trabajadora oficial del gremio de los textiles y trabajo en el taller nº 5 de la calle 'El callejón del textil'. El taller en el que trabajo es muy bonito, tiene tres plantas: la primera el taller y tienda; la segunda la cocina, comedor y salón; y en la tercera están las habitaciones del maestro, su esposa y nuestros dormitorios.
Desde que era pequeña me ha gustado este oficio porque en mi familia todos han sido algo relacionado con el mundo del textil: por ejemplo, mi madre era cardadora, lavaba y cardaba la lana para quitarla el pelo. Mi tía era hilandera, es decir, que con la lana elaboraba el hilo. Mi padre y mi tío eran tejedores y tintoreros y tenían la función de fabricar el tejido con el hilo y teñirlo.
Mis abuelos bataban y tensaban el paño, es decir, que lo compactaban y estiraban. Pero a mí lo que más me llamó la atención fue el trabajo de mis hermanos mayores, que eran tundidores, cardaban el tejido, y cortaban e igualaban el pelo dejando la tela lista para su venta.
Yo no tardé mucho en pasar mi etapa de aprendiz; mi maestro, que también había sido maestro de mis hermanos, me enseñó muy bien y en solo tres años pude llegar a ser tundidora profesional, que significaba un gran cambio y una gran mejora porque empezaba a tener mi propio sueldo y una cama en el taller.
Ahora estoy intentando crear una delicada túnica de lino para el examen de prueba que hará mi maestro y que puede que me dé la condición de ser maestro y tener mi propio taller.
Mis padres también lo intentaron todo lo que pudieron, pero no consiguieron llegar a ser maestros y ahora trabajan conmigo en el taller. Yo estaba muy contenta pero al principio también estaba un poco disgustada porque si lo hubiesen conseguido, algún día yo podría heredar un taller.
En mis ratos libres suelo ir a ver a mis amigos y algunos de ellos todavía no pertenecen a ningún gremio y viven con sus padres en pequeñas casas de adobe, sujetas por unas vigas de madera. Algunos de ellos tienen cultivos y por lo que me han contado este año ha habido muy malas cosechas, que producirán carestías y hambrunas. Además algunos cultivos alimenticios se han sustituido por plantas orientadas a la industria del textil, como el lino, con mucha demanda; a mí eso me viene bien pero a ellos no mucho por lo que ahora están pasando hambre.
Espero que este año no ocurra lo que me han contado mis padres que pasaba otras veces, cuando había hambrunas y era que se contagiaban muchas enfermedades como la peste. Todo esto es porque la higiene es muy mala, el agua tenemos que ir a buscarla a la fuente y con ella tenemos que cocinar, beber y lavarnos; estaría muy bien que en el futuro alguien inventase algún aparato que comunique el agua directamente a nuestras casas, eso arreglaría muchas cosas.
Pero también hay algunas enfermedades porque echamos todas nuestras “necesidades” al canalillo de la calle y acaban siendo atraídos insectos y otros tipos de bichos.

 




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