¿Cómo
sería tu vida en la Edad Media? Los estudiantes
del IES Santa Cruz lo han imaginado y lo han plasmado
en un relato, donde muestran todo lo aprendido en
clase.
Mi nombre es Fátima Portillo Ruiz y vivo
en Florencia, Italia. Soy una trabajadora oficial
del gremio de los textiles y trabajo en el taller
nº 5 de la calle 'El callejón del textil'.
El taller en el que trabajo es muy bonito, tiene tres
plantas: la primera el taller y tienda; la segunda
la cocina, comedor y salón; y en la tercera
están las habitaciones del maestro, su esposa
y nuestros dormitorios.
Desde que era pequeña me ha gustado este oficio
porque en mi familia todos han sido algo relacionado
con el mundo del textil: por ejemplo, mi madre era
cardadora, lavaba y cardaba la lana para quitarla
el pelo. Mi tía era hilandera, es decir, que
con la lana elaboraba el hilo. Mi padre y mi tío
eran tejedores y tintoreros y tenían la función
de fabricar el tejido con el hilo y teñirlo.
Mis abuelos bataban y tensaban el paño, es
decir, que lo compactaban y estiraban. Pero a mí
lo que más me llamó la atención
fue el trabajo de mis hermanos mayores, que eran tundidores,
cardaban el tejido, y cortaban e igualaban el pelo
dejando la tela lista para su venta.
Yo no tardé mucho en pasar mi etapa de aprendiz;
mi maestro, que también había sido maestro
de mis hermanos, me enseñó muy bien
y en solo tres años pude llegar a ser tundidora
profesional, que significaba un gran cambio y una
gran mejora porque empezaba a tener mi propio sueldo
y una cama en el taller.
Ahora estoy intentando crear una delicada túnica
de lino para el examen de prueba que hará mi
maestro y que puede que me dé la condición
de ser maestro y tener mi propio taller.
Mis padres también lo intentaron todo lo que
pudieron, pero no consiguieron llegar a ser maestros
y ahora trabajan conmigo en el taller. Yo estaba muy
contenta pero al principio también estaba un
poco disgustada porque si lo hubiesen conseguido,
algún día yo podría heredar un
taller.
En mis ratos libres suelo ir a ver a mis amigos y
algunos de ellos todavía no pertenecen a ningún
gremio y viven con sus padres en pequeñas casas
de adobe, sujetas por unas vigas de madera. Algunos
de ellos tienen cultivos y por lo que me han contado
este año ha habido muy malas cosechas, que
producirán carestías y hambrunas. Además
algunos cultivos alimenticios se han sustituido por
plantas orientadas a la industria del textil, como
el lino, con mucha demanda; a mí eso me viene
bien pero a ellos no mucho por lo que ahora están
pasando hambre.
Espero que este año no ocurra lo que me han
contado mis padres que pasaba otras veces, cuando
había hambrunas y era que se contagiaban muchas
enfermedades como la peste. Todo esto es porque la
higiene es muy mala, el agua tenemos que ir a buscarla
a la fuente y con ella tenemos que cocinar, beber
y lavarnos; estaría muy bien que en el futuro
alguien inventase algún aparato que comunique
el agua directamente a nuestras casas, eso arreglaría
muchas cosas.
Pero también hay algunas enfermedades porque
echamos todas nuestras “necesidades” al
canalillo de la calle y acaban siendo atraídos
insectos y otros tipos de bichos.

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