Entre
los muchos actos que hemos celebrado en el IES Valle
de Camargo, dentro y fuera de las aulas, contamos
con la presencia de Rosa Navarro Durán, profesora
de Literatura de la Universidad de Barcelona y especialista
en nuestro Siglo de Oro. Nos dio una hermosa charla
sobre Cervantes, el Quijote y las Novelas ejemplares.
El encuentro está subvencionado por el MECD,
dentro de su programa '¿Por qué leer
a los clásicos?'.
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Rosa
Durán flanqueada por la estudiante Olga
Suárez y por la profesora de Lengua y
Literatura del IES Valle de Camargo Elvira Brualla.
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Pregunta.- ¿Es Cervantes
“el primero que ha novelado en lengua castellana”
como él mismo afirma?
Respuesta.- Es el primer escritor
que ofrece a la imprenta un volumen con novelas que
tienen una trama, un argumento original, que no desarrollan
un asunto tomado de otra obra anterior. Hay que tener
en cuenta que el término “novela”
designaba en aquel tiempo a un relato breve, al modo
italiano (el modelo son las cien “novelas”
del 'Decamerón' de Boccaccio). Aunque podemos
encontrar en ellas elementos que provienen de la literatura
leída por Cervantes (por ejemplo, La fuerza
de la sangre tiene alguna deuda con La hécira,
comedia de Terencio), todas son invención suya
y, por tanto, sumamente originales.
P.- Cervantes tiene buen cuidado
de dotar a sus novelas de indicaciones muy realistas
sobre el marco histórico ¿por qué?
¿podemos identificar ese “lugar de La
Mancha” de don Alonso Quijano? ¿La Sevilla
de 'Rinconete y Cortadillo' describe la Sevilla real
del momento?
R.- Cervantes quiere que sus ficciones
sucedan en un tiempo y un espacio reales: es la gran
lección que aprendió de 'La vida de
Lazarillo de Tormes' y de otros relatos. Su obsesión
es la verosimilitud y para ello tiene que situar en
un mundo real y concreto lo que cuenta. La Sevilla
de 'Rinconete y Cortadillo' era la que él conocía
muy bien, la real del momento; pero eso no quiere
decir que fueran reales sus personajes ni que existiera
el patio de Monipodio. Sevilla era una ciudad muy
poblada, centro de la riqueza y de la delincuencia,
porque en esta estaba centralizado el tráfico
de mercancías a las Indias (la Casa de Contratación
estaba en la ciudad). No, no se puede identificar
ese “lugar de la Mancha”, es decir, esa
aldea (“lugar” quiere decir “aldea,
pueblo”), porque Cervantes no lo hace; si hubiera
querido hacerlo, nos hubiera dado su nombre, y no
es así. Es absurdo entrar en esa discusión
sin salida o, si prefieren, es hacer caso a lo que
dice el narrador al final del Quijote: “Este
fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha, cuyo lugar
no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar
que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen
entre sí por ahijársele tenérsele
por suyo, como contendieron las siete ciudades de
Grecia por Homero”. No es ninguna aldea concreta;
la única que puede descartarse es el Toboso,
porque de allí es Dulcinea. Todas las demás
pueden seguir compitiendo por esa gloria que no cabe
darse a ninguna a menos que se quiera traicionar al
texto de Cervantes. No hay que olvidar que si don
Quijote y Sancho son de La Mancha es solo por la dilogía
que tiene la palabra “Mancha”: lugar geográfico
y suciedad. De ahí que ya desde el comienzo,
el escritor avise que está escribiendo una
obra cómica: “En un lugar de la Mancha”
jugando con la dilogía de “mancha”.
Además es don Quijote es el primer caballero
que se pone una mancha en su linaje, y detrás
de su nombre está el del héroe del libro
de caballerías que más gustó
a Cervantes: Tirante… el Blanco. Don Quijote
no es el Blanco, sino el de la Mancha. ¿No
ven la sonrisa de Cervantes?
P.-Sobre la mujer en Don Quijote:
¿Está la imagen de los personajes femeninos
en El Quijote inspirada por las mujeres con las que
Cervantes tuvo contacto en su entorno? ¿El
discurso de Marcela (tras la muerte de Grisóstomo)
se corresponde con la ideología de Cervantes?
¿Cree que la diversidad de clases sociales
y sobre todo de personalidades entre los personajes
femeninos es un recurso para dar verosimilitud al
relato o refleja también el pensamiento de
Cervantes, en el sentido de que no encasilla a las
mujeres en los roles habituales?
R.- No puedo yo saberlo porque nada
sé con precisión de las mujeres que
rodearon a Cervantes; y además son muy distintas
las que aparecen en el texto de Don Quijote de la
Mancha: desde Maritornes o la Molinera o la Tolosa,
a la duquesa o a Dorotea. Lo importante es situar
a cada una de ellas en el género de ficción
del que son personajes. Marcela es una pastora, es
decir, una joven rica disfrazada de pastora y, por
tanto, es personaje de novela pastoril. El género
de los libros de pastores estaba presidido por Diana,
la diosa de los bosques, y desempeñaban en
él un papel destacado las pastoras, las mujeres.
Marcela es una joven huérfana, rica y con un
tío canónigo que administra su hacienda
y no tiene ningún interés en que se
case; en estas condiciones sí puede ser ella
la que elija al marido con quien casarse, pero no
tendría esa libertad si viviera su padre, ¡no
hay que olvidarlo! Teniendo en cuenta esta circunstancia,
sí podemos decir que Cervantes le da una vida
de ficción a un personaje femenino inolvidable
por su bello discurso en defensa de su inocencia ante
la acusación de la muerte de Grisóstomo.
Y que él compartiría esa opinión
de Marcela; si no, no le hubiera dado palabras tan
bellas; pero no hay que buscar feminismo donde no
lo hay o donde es imposible que lo hubiera (otra cosa
es leer a una mujer escritora como santa Teresa de
Jesús o, en el XVII, a María de Zayas),
pero sí se puede afirmar que Cervantes crea
unos intensos y atractivos personajes femeninos, a
los que les da ingenio, inteligencia y bellas palabras;
y es importantísimo que lo haya hecho porque
nos ha regalado esos entes de ficción inolvidables,
mujeres inteligentes, que dijeron palabras muy bellas.
P.- ¿Cree usted que la vida
de Cervantes, en todo o en parte, puede estar reflejada
en su obra El Quijote? ¿Hay alguna relación
intrínseca, de dependencia o filiación
entre las 'Novelas ejemplares' y Don Quijote?
R.- Confieso que a mí no me
interesa ver la relación entre vida y literatura,
a mí me apasiona la literatura, y me da lo
mismo que quien la escriba lo haga inventando o reflejando
algún episodio vivido por él. Como no
sabemos apenas nada de la vida de Cervantes, solo
grandes trazos de su discurso vital, no puedo yo decir
ni que sí ni que no a lo que se me pregunta.
Es indudable que el relato del cautivo que está
en la primera parte del Quijote sí recoge vivencias
cervantinas en su cautiverio en Argel y en su navegación
por el Mediterráneo; pero no puedo saber nada
más. Es mucho más importante lo que
lee un escritor que lo que vive; en el Quijote hay
deudas de la lectura del Lazarillo, de la de Celestina
(no hay más que ver el nombre de Dulcinea,
que está relacionado con el de Melibea), de
Tirante el Blanco, de Orlando furioso, etc. Eso es
lo que a mí me interesa: la relación
entre las obras literarias; si vivió o no algo
de lo contado no añade ni trascendencia, ni
belleza ni riqueza a lo que aparece en el texto. No
comparto el gusto por “la verdad”; a mí
me apasiona la ficción bien contada. Claro
que hay una relación entre las 'Novelas ejemplares'
y Don Quijote de la Mancha porque Cervantes escribía
a la vez las novelas y la historia de don Quijote;
las novelas son también de la primera década
del siglo XVII. Dentro del texto del Quijote hay además
una novela “ejemplar”, la del Curioso
impertinente, que no recopiló aparte porque
ya tenía su lugar en ese relato. Y no hay que
olvidar que dentro de la misma maleta estaba otra
novela escrita que no se leyó en la venta,
la de Rinconete y Cortadillo; así pudo luego
Cervantes recopilarla en el volumen de sus Novelas
ejemplares. La historia de Dorotea y Fernando, o la
de Cardenio y Luscinda hubieran podido dar lugar a
otra novela, solo que hábilmente Cervantes
las creó como parte del Quijote: ya no son
historias leídas y oídas por sus personajes,
son historias vividas por algunos de ellos, que además
actúan dentro del mundo del caballero andante.
P.- ¿Cuál es el propósito
o propósitos de las Novelas…? ¿El
propósito ejemplarizante es, a su juicio, importante
en el estilo cervantino o es irónico el autor
al hacernos notar esa intencionalidad?
R.-Cervantes quiere, sobre todo,
divertir, entretener; lo dice así en el prólogo
a las Novelas: “Mi intento ha sido poner en
la plaza de nuestra república una mesa de trucos,
donde cada uno pueda llegar a entretenerse, sin daño
de barras; digo sin daño del alma ni del cuerpo,
porque los ejercicios honestos y agradables antes
aprovechan que no dañan”. Pero como la
literatura de ficción estaba bajo sospecha
ante los moralistas, se protege con ese manto de la
ejemplaridad: “Heles dado nombre de ejemplares,
y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se
pueda sacar algún ejemplo provechoso”.
Y es cierto que si uno quiere encontrar ejemplos,
puede hacerlo en todas y en todo; y no hay ironía
alguna en su afirmación. Pero a Cervantes le
gusta la ficción entretenida, divertir, entretener;
y lo consigue siempre.
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Los
estudiantes siguiendo con interés la
intervención de Rosa Durán. |
P.- Sobre 'La gitanilla'…
¿qué interés podían tener
Cervantes y sus lectores en el mundo de los gitanos?
¿La convivencia con los gitanos en clave de
“conflicto étnico” o la marginalidad
eran asuntos que preocupasen a un humanista?¿Por
qué es Preciosa más virtuosa siendo
educada como una gitana más?
R.- No hay que interpretar las obras
desde nuestra perspectiva; en cambio, sí podemos
leerlas desde nuestras preocupaciones. Quiero decir
con esto que es lícito plantearse estas preguntas,
pero no debemos olvidar que la obra está escrita
a principios del siglo XVII. ¿Nos preocupa
a nosotros ahora el problema de los conversos? Como
no nos afecta, no nos hacemos preguntas sobre ellos
en creaciones de autores a quienes sí les preocupaba.
No podemos, por tanto, hablar de conflicto étnico
ni de marginalidad en esa época a propósito
de los gitanos, que para Cervantes se convierten en
motivo literario no solo en esta novela, sino también
en su comedia Pedro de Urdemalas, en donde aparece
otra gitana, Belica, también de origen noble,
pero cuyo final va a ser muy distinto. Si partiéramos
de esa obra, nuestras preguntas serían muy
distintas. Preciosa es rubia, blanca, virtuosa y más
graciosa que las demás gitanas porque tiene
que enamorarse de ella un caballero, que va a vivir
con los gitanos por amor a la bella joven, y el final
feliz exige que la gitanilla sea de origen noble para
poder casarse con el caballero. Hay que leer esa oposición
entre Preciosa y las gitanas como una necesidad narrativa
esencial; si no, ni hay novela ni tiene esta un final
feliz, que el lector está además esperando.
Cervantes, que respeta mucho la verosimilitud, subraya
el cuidado que tuvo la vieja gitana en la educación
de su falsa nieta, y cómo hizo que supiera
leer y escribir; eso sí es importante: darse
cuenta de que con la educación se mejora a
la persona, y de que la mujer inteligente puede así
desarrollar su capacidad.
P.-Sobre 'El licenciado Vidriera',
¿por qué un loco para criticar la sociedad?
Y cuando sanan los locos cervantinos, ¿solo
les queda la muerte? ¿Cuál es el valor
de la locura? ¿Se puede hablar de cierto pesimismo
del autor pese a su señalado buen humor? ¿Son
el 'Licenciado Vidriera' y 'La Gitanilla' “realistas”?
R.-El bufón es el que puede
decir las verdades porque lo es, porque es un personaje
de comedia. El loco actúa como un bufón:
dice las verdades, pero no dañan, porque están
dichas por un loco. Cuando el licenciado Vidriera
sana, no puede ganarse la vida como letrado, como
abogado, aunque tenga la misma agudeza e inteligencia
que cuando estaba loco. Y ahí se ve muy bien
la visión realista de la sociedad que tiene
Cervantes: sin las redes sociales que da una familia
poderosa, no es posible ascender en dicha sociedad.
No puedes encontrar trabajo como letrado si no formas
parte de una familia de letrados, de nobles, de poderosos.
No te queda más que la milicia, que ser soldado,
como fue Cervantes, hijo de un cirujano (es decir,
de un practicante). En el caso de don Quijote, su
muerte es absolutamente necesaria para que el personaje
no cayera en manos de otro ladrón como Avellaneda;
Cervantes sabe muy bien –y lo dice– que
no se puede resucitar a un personaje de ficción.
De ahí que don Quijote recobre la cordura en
su lecho de muerte, haga testamento y se muera en
cama, en su casa; en esta última parte Cervantes
se acordaba de Tirante el Blanco, que también
murió de enfermedad y antes hizo testamento.
Si hubiera dejado a don Quijote en su aldea esperando
que pasara ese plazo que su vencedor le impuso, hoy
tendríamos otra (u otras) continuaciones del
Quijote. Son, por tanto, dos locuras distintas la
de Vidriera y la de don Quijote; y su final, también.
Hay que analizarlas dentro del relato del que forman
parte para ver el propósito de Cervantes al
crear a esos dos entes de ficción inolvidables.
P.- 'Rinconete y Cortadillo' es
una picaresca atípica: protagonista, tema,
¿puede señalarnos en qué consiste
la originalidad de Cervantes? ¿sabemos si era
buen conocedor del género picaresco como lo
era del bizantino, del pastoril, o del libro de caballerías?
R.- La condición de propio
o no de un género la ponemos nosotros, o mejor
dicho, los historiadores de la literatura. Los dos
protagonistas son dos pícaros, pero no escriben
su autobiografía, en efecto. Cervantes crea
a los dos muchachos a imagen y semejanza de Guzmán
de Alfarache, al igual que en 'La ilustre fregona'
inventa a un joven caballero, Diego de Carriazo, que
siente la llamada de la picaresca; como dice el narrador
de la novela: “En fin, en Carriazo vio el mundo
un pícaro virtuoso, limpio, bien criado y más
que medianamente discreto. Pasó por todos los
grados de pícaro hasta que se graduó
de maestro en las almadrabas de Zahara, donde es el
finibusterrae de la picaresca”. Ese sí
es un pícaro peculiar. Si lo menciono es para
subrayar la maestría de Cervantes: en 'Rinconete
y Cortadillo' crea a dos muchachos pícaros
que tienen voces distintas a pesar de ser muy parecidos
en sus aficiones: Rincón sabe leer y escribir
y es un tahúr; Cortado es un ladrón
de bolsas, habla por los codos, pero es analfabeto.
Los dos descubrirán en Sevilla –la meta
de los pícaros y rufianes porque era la ciudad
comercial por excelencia– que el robar no es
un ejercicio libre, que hay que dar cuenta de todo
a Monipodio, el jefe de la mafia. Con los dos muchachos
aprendices de rufianes entraremos en el patio de Monipodio
y descubriremos cómo funciona la “santa”
cofradía. Cervantes había leído
minuciosamente la primera novela picaresca, Guzmán
de Alfarache, también conocido como El Pícaro,
de Mateo Alemán. Esta obra tuvo un éxito
extraordinario, y precisamente fue el acicate para
que Cervantes escribiera su Don Quijote, para competir
con ella. Por tanto, sabía muy bien los rasgos
de la picaresca, y en esas dos novelas que indico
nos ofrece dos variantes de pícaros, muy distintos
por cierto.
P.-Sobre la adaptación de
clásicos: ¿Decide usted los clásicos
que adapta o le proponen los distintos proyectos?
¿Tenía miedo de no hacer justicia a
las Novelas ejemplares, al Quijote, o a cualquier
otro clásico cuando los adaptó?
R.-Las dos cosas: yo propongo algunas
obras, y la editorial me ofrece otras. Por ejemplo,
la adaptación del 'Lazarillo de Tormes' o del
Cid o de la Odisea y la Eneida son ideas mías;
en cambio, la editorial me propuso adaptar Platero,
y más tarde la Biblia. También quise
yo adaptar 'El caballero Zifar', la primera novela
de caballerías (de mitad del siglo XIV), porque
me parecía muy divertida y atractiva para los
niños; con ello pretendía que no desapareciera
porque hoy es totalmente desconocida salvo para una
minoría muy reducida de especialistas. Me costó
mucho conseguirlo, pero una vez publicada, no ha tenido
éxito alguno. A menudo es la editorial la que
sabe ver mejor el camino que puede invitar a la lectura.
¡Menos mal que las obras que antes he citado
llevan ya muchas ediciones! Eso indica que se leen,
que es lo que a mí me interesa: poner en las
manos de los niños los tesoros que esconden
los clásicos.
P.- ¿Cómo llegó
a la conclusión de que La vida de Lázaro
de Tormes fue escrita por Alfonso de Valdés?
¿Qué elementos textuales condujeron
más claramente a esa conclusión: el
marco, el estilo, …?
R.-No puedo resumir en cuatro palabras
el trabajo de catorce años; está a punto
de salir una nueva edición mía de la
obra, en Alianza Editorial, con 150 páginas
de introducción y más de 600 notas,
en donde he dicho todo lo que he investigado y visto
hasta ahora. En el título de la obra ya está
encriptado el nombre del escritor: LA
Vida de Lazarillo de Tormes, y de
sus fortunas y adversidaDES, es decir:
VALDÉS; y en el texto se reconocen su estilo,
sus palabras y, sobre todo, su pensamiento; porque
la obra no es una novela picaresca, sino una sátira
contra los miembros viciosos de una Iglesia necesitada
de reforma. Alfonso de Valdés era el secretario
de cartas latinas del Emperador y el principal valedor
de Erasmo en España; la obra se cierra con
la entrada del Emperador en Toledo, el 27 de abril
de 1525, un hecho simbólico que solo un buen
cortesano podía destacar; y toda ella pone
de manifiesto la falta de caridad, los abusos de los
amos para con el pobre Lázaro, y cinco de ellos
son eclesiásticos (el clérigo, el fraile
de la Merced, el buldero, el capellán y el
arcipreste de San Salvador), el ciego vive de las
oraciones en las que no cree, y solo el pobre vanidoso
escudero, que nada tiene y come gracias a que Lázaro
mendiga, trata bien al mozo. Lo que digo no basta
porque tendría que contar el caso, que es el
objetivo del relato de Lázaro, y otras muchas
cosas; pero basta apuntar un poco la senda que sigo
en mi argumentación.
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Rosa
Durán es una gran experta en el Siglo
de Oro español. |
P.- ¿Qué nos puede
aportar la figura de Teresa de Jesús, mujer,
religiosa mística y escritora hoy a los lectores
de literatura? ¿Es una “buena escritora”?
¿Por qué?
R.-Teresa de Jesús es una
escritora extraordinaria; es una mujer que escribe
para todo el mundo, y también para sus hermanas
monjas, otras mujeres. El objetivo de su escritura
es la comunicación, hacerse entender; ella
parte de su condición de mujer iletrada (aunque
ha leído y sabe mucho); y al no pretender mostrar
cultura alguna, su estilo fluye sin trabas, cercano
a todos nosotros. Ella es quien escribe la primera
autobiografía real en lengua romance (ha leído
el Lazarillo, que es la primera autobiografía
ficticia en lengua no latina), un auténtico
descubrimiento; hoy es muy fácil escribir una
autobiografía, está al alcance de todos;
pero hacerlo por primera vez es una auténtica
hazaña literaria. Su estilo elegante, expresivo,
lleno de comparaciones de la vida corriente, sedujo
al gran humanista fray Luis de León, su primer
editor, y sigue hoy seduciendo a los lectores que
abren las páginas del 'Libro de la vida' o
de 'Las moradas' sin prejuicio alguno, simplemente
para gozar de la buena literatura y aprender. Es una
analista espléndida del alma; nadie antes que
ella supo sumergirse tan bien en su interior y describir
esa introspección. Sus imágenes son
tan expresivas que han inspirado a grandísimos
artistas, y luego hemos creído que ella decía
lo que estos pintaban o esculpían; hay que
volver a su texto para ver que su escritura es mucho
más contenida, más auténtica,
más real.
P.- Y por último, profesora
Navarro, convénzanos ¿por qué
hay que leer a Cervantes y qué citas, o palabras
de Cervantes, son sus preferidas?
R.-Es el mejor novelista que ha existido
nunca, y escribió en nuestra lengua, ¿no
vamos nosotros a leerlo? Si lo hacen y lo convierten
en costumbre, tendrán siempre a su alcance
el remedio para sus horas bajas, las de la tristeza
invasora. Yo tengo a mano el Quijote, con un punto
en alguno de sus capítulos infalibles; y en
cuanto noto que el vuelo de la melancolía se
me acerca, voy a él, y en cinco minutos soy
otra. ¡Son tantas las palabras, las citas de
Cervantes que me divierten, que me conmueven, que
me enseñan! Solo diré que mi último
libro, que es una recopilación de artículos
sobre teatro áureo, se llama 'Por sus culpas
o por sus gracias', que es frase de don Quijote, y
su subtítulo es 'Pasiones y trucos en el gran
teatro áureo: de Lope a Calderón'; y
la palabra “trucos” es también
muy cervantina porque aparece en el prólogo
a sus Novelas ejemplares, como antes he dicho. ¡Lean,
lean a Cervantes y verán que todo lo que digo
es muy poco! No hay mejor maestro de la narrativa
que él: es un auténtico prestidigitador
de la invención, de la creación novelesca.

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