Es innegable
que, actualmente, la piratería es una de las
maneras más extendidas de lucro a partir de
archivos multimedia. No sólo hablamos de música
o de películas; hablamos de un sector en auge
como el de la industria del videojuego. Desde sus
inicios ya había maneras de conseguir juegos
gratis para algunas consolas pero, a medida que avanza
el sector, más difícil es superar su
seguridad.
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Gráfico explicativo de las consecuencias
de la piratería.
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En la actual generación, el mayor éxito
en este campo ha sido de la consola de sobremesa de
Sony, la PlayStation3. El mejor hacker del mundo,
que había conseguido superar las defensas del
iPhone de Apple, emitió un comunicado a Sony
felicitándola porque no había conseguido
hackearla, y finalmente se había rendido; aunque
últimamente cada vez hay más rumores
de posibles pirateos, son sólo rumores, y ninguno
se ha confirmado.
Le sigue la consola de Microsoft, la Xbox360, que
aunque sí que se ha pirateado, Microsoft lleva
muy al día las revisiones de sus usuarios (ya
que cada día se extiende más el juego
en línea) y si encuentra alguno sospechoso
de tener la consola hackeada, le bannea (lo cual significa
que ya no puede volver a jugar con esa consola). Esto
obliga a que los usuarios que la tengan pirateada
deban estar constantemente revisando parches para
sus copias piratas si no quieren ser detectados.
La consola de sobremesa de Nintendo (Wii) es la que
sale perdiendo frente a las otras. Su pirateo se convirtió
en algo muy común entre sus compradores, porque
se hacía con relativa facilidad.
En cuanto a consolas portátiles, ambas pierden
mucho en este tema, tanto Sony (PSP) como Nintendo
(DS). La primera porque el hackeo surgió rápidamente,
y porque a cada actualización de Sony para
eliminar el pirateo surgía una nueva actualización
pirata que se la saltaba. La segunda por el ya tan
famoso cartucho pirata, en el que es tan fácil
como pasar juegos a la tarjeta SD que se inserta en
el cartucho pirata, sin realizar ninguna modificación
en la consola.
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Carteles contra la piratería.
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Lo cierto es que en referencia a la piratería
en este sector, existen ciertas lagunas fiscales que
son aprovechadas por proveedores y defensores de este
sistema. Teóricamente, las copias de juegos
son legales siempre y cuando sean copias de seguridad
de un juego que ya tienes, lo cual es -en mi opinión-
algo estúpido conservar un juego no sirve de
nada si luego no vas a jugar con él, pero para
jugar con él ya tendrás la copia pirata…
Las páginas que son censuradas y cerradas por
el tráfico con estas copias son reabiertas
en dominios de otros países porque alegan que
ellos ofrecen copias de seguridad, y quien las descarga
lo hace bajo su responsabilidad, siendo la página
únicamente un puente de compartición
de esos archivos.
Yo veo el tema de la piratería como el principal
daño de la industria del videojuego. Esto es
por dos cosas: Primero, porque otras empresas buscan
sacar dinero que pierden por otro lado que la piratería
no ha tocado, como el mercado de segunda mano. Ahora,
algunas empresas hacen que para poder jugar online
con un juego suyo tengas que o haberlo comprado o
pagar por un pase online. Esto acaba con la venta
de segunda mano, pero también con algo tan
banal como prestarle un juego a un amigo. Segundo,
porque la gente dice que piratea su consola porque
los juegos son muy caros, y las empresas suben sus
precios porque dicen que por la piratería pierden
muchos beneficios; entramos así en un círculo
vicioso que convierte unas acciones en el pretexto
de otras, y que lo único que consiguen es deteriorar
la experiencia del usuario legal.
Hay gente que dice que piratea sus consolas a modo
de protesta por el elevado precio de los videojuegos,
aunque eso viene a ser más una excusa, una
justificación, que una razón en sí.
Parece que esta gente no comprende el daño
que le hace a la industria del videojuego y a la economía.
Primero porque, aceptémoslo, piratear no es
otra cosa que robar; tú usas gratuitamente
algo que le ha costado su trabajo a decenas de personas
y que deberías haber pagado. Segundo porque
esto provoca medidas, al igual que la bajada de música
y otros contenidos provocó el famoso canon
digital que hoy en día eleva el precio de nuestros
productos de hardware multimedia, que hacen resentirse,
incluso, a las personas que no practican la piratería.
Yo soy partidario de una alternativa legal ante
el elevado precio del mercado español: la importación.
Se está convirtiendo en una vía cada
vez más extendida entre usuarios (no sólo
por su legalidad, sino tambien por el bajo precio)
la importación de videojuegos desde Reino Unido.
Los juegos de PS3 y XBOX360 son Region Free. Esto
significa que un juego de cualquier parte del mundo
funciona en cualquier consola, sea donde sea donde
se haya comprado. El único impedimento puede
ser el idioma, pero cada vez más juegos PAL
UK vienen con el español entre sus idiomas
incluidos. Además, el mercado inglés
tiene unos precios mucho menores para los videojuegos,
por lo que juegos que aquí cuestan 70 euros
(algunos hasta 72 con la reciente subida del IVA)
y que no bajan de precio hasta un año después
de su salida, pueden salir a 55 euros en Reino Unido
y costar 35 a los tres meses. Así, puedes jugar
a un juego en español pero que te ha salido
el doble de barato, de forma legal, y con la única
diferencia de que viene con una caja y un manual en
inglés.
Creo que si el mercado español quiere aumentar
la venta de juegos nuevos y erradicar la piratería
del sector, su única opción es eliminar
esa laguna legal que permite las copias de seguridad
a la vez que anuncia una drástica reducción
de precios, porque es indignante lo que hay que pagar
por tener un juego nuevo con la cantidad de ellos
que salen cada año, y que hace que grandes
joyas de desarrolladores promesa se queden en los
estantes de las tiendas porque el cliente , si tiene
que escoger entre dos novedades, siempre tirará
más hacia la que más repercusión
mediática tenga.

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