Yo quería
dar la bienvenida a esta sociedad capitalista y consumista
del primer mundo, en la que lo único que tiene
valor es el dinero. Sólo importa el consumo,
no existe nada más que la oferta y la demanda
y las tradiciones cristianas son un pretexto para
comprar, comprar y ... comprar.
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Una calle céntrica de una ciudad con
adornos y luces navideñas.
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Hace un par de años que en algunos escaparates
de Santander se sustituyó el típico
'Felices Fiestas' o 'Feliz Navidad' -frases lógicas
incluso agradables- por 'Felices Compras'... ¿Felices
Compras? ¿Cómo se puede tener el valor
para convertir una de las fiestas cristianas más
importantes en una mera campaña comercial?
¿Acaso alguien recuerda el origen de la Navidad
o su importancia para los cristianos? ¿Acaso
todo el mundo ha olvidado que el 25 de diciembre –el
día de Navidad- nació Cristo, profeta
del cristianismo quien defiende la humildad y la vida
simple alejada de riquezas? ¿Es que eso ya
no importa?
Además, desde mediados de octubre ya se podían
adquirir bolas y accesorios decorativos con motivos
de dicha fiesta en los centros comerciales, ya estaban
televisando anuncios con las ofertas de marisco y
juguetes de todo tipo, desde muñecas hasta
videojuegos, todos acabados por "adquiere gratuitamente
tu catálogo en cualquier establecimiento o
en nuestra web". Los estantes de galletas y bollería
de los supermercados fueron sustituidos por mazapanes,
polvorones y peladillas e, incluso, en algún
que otro comercio ya se vendían uvas envasadas
peladas especialmente para Nochevieja; o algunas calles
de Santander u Oviedo ya estaban decoradas con luces
de Navidad. Increíble.
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Viñeta sobre el consumo, cada vez
más habitual en la Navidad.
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Lo que en especial me llama la atención es
que hubiera tanta campaña "Navideña"
para vender productos en mayor potencia que a lo largo
de todo el año y que brillasen por su ausencia
campañas realmente necesarias para la ayuda
de gente que no posee tantos recursos (recogidas de
ropa, de juguetes -especialmente en estas fechas cuando
se hace limpieza de los mismos-, incluso recogida
de algo tan fundamental como es la comida).
Me llama también la atención que los
estantes de diversos centros comerciales estén
abarrotados de comida, juguetes o decoración
navideña y que, sin embargo, de los bolígrafos
solidarios –al comprar uno destinas dinero al
tercer mundo- sólo se tenga una caja con...
¿10 unidades y únicamente al lado del
mostrador? ¿Acaso es ese el espíritu
navideño? ¿De verdad queremos que estos
sean los valores para esta sociedad? ¿Dónde
quedó la empatía, la familia, el prójimo
y pensar, aunque sea simplemente un momento, en los
más desfavorecidos, especialmente en estas
fechas?
Tal vez estemos cegados con tantas ofertas y promociones
que ya hayamos perdido estas virtudes que nos caracterizan
como seres racionales e incluso humanos...
En conclusión, la Navidad actual de esta sociedad
se encuentra lejos de todo valor cristiano. El nacimiento
de Jesús de Nazaret ha sido eclipsado por los
dulces navideños de octubre, los juguetes y
regalos han adquirido todo el protagonismo y la gente
más necesitada es reemplazada por la ley de
la oferta y la demanda. Campañas a su favor
pierden a pasos agigantados protagonismo y, penosamente,
más aún en estas fechas.
Feliz Navidad, Felices Compras.

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