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Red-acción
II Época / Nº33
Mayo
2009

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Ortega Lasaga, la visión tragicómica de un cortometrajista

Por David G. Gallardo, periodista.

El cineasta cántabro Manuel Ortega Lasaga estrenó el 22 de mayo en la Escuela de Náutica de Santander su cortometraje 'Maridos de sangre', la historia de una boda de conveniencia entre hombres que se celebra en una pequeña aldea castellana. El periodista David G. Gallardo repasa la trayectoria de este joven director.

Una de las escenas del cortometraje.

"Detrás de la sonrisa hay una lágrima", dijo el escritor francés Víctor Hugo ('Los miserables') respecto a lo que le había parecido 'Don Quijote de la Mancha'. No es que pretenda efectuar un paralelismo entre Cervantes y Manuel Ortega Lasaga, pero ambos sí que comparten la misma visión tragicómica de la vida.

Si nos acercamos a la obra fílmica del cántabro Manuel Ortega Lasaga enseguida descubriremos un gran gusto por el costumbrismo unido con el bizarrismo. Es decir, se plantean situaciones más o menos realistas teñidas de absurdo y esperpento, así como de un ocasional dramatismo. Lo que es la vida, por otra parte.

Tras una serie de trabajos modestos que después repasaremos, Ortega Lasaga realiza en 'Muerde el ladrillo' su primer cortometraje, más bien mediometraje al superar la media hora de duración. En él nos cuenta la peripecia de un joven (Cristian Ortega) que en un escaso lapso de tiempo sufrirá diversos reveses para acabar descubriendo que el estoicismo es la mejor vía para sobrellevar los palos de la vida. Literalmente, morderá el ladrillo para desahogar su furia contra el mundo.

A lo largo del metraje, Lasaga va avanzando lo que van a ser algunas de las constantes en su cine (podredumbre material y moral, feísmo, humor negro, surrealismo, personajes estrafalarios o impotencia ante las circunstancias externas, el hombre sólo enfrentado a su propia nada). Pese a su duración, Lasaga dota a la narración de un ritmo sostenido, dejando que los personajes y sus acciones les vayan definiendo, sin aburridas disgresiones ni recursos efectistas. Con todo ello, 'Muerde el ladrillo' es un excelente trabajo que ya prometía buenas cosas del realizador.

Su siguiente cortometraje es 'Familia colateral', que trata la peripecia de un muchacho que va a una casa para cuidar al niño de una mujer algo perturbada (ese niño no es más que un muñeco). En los minutos que siguen iremos descubriendo las extrañas circunstancias de esa casa y la vida personal del protagonista, que acabará obteniendo algo parecido al cariño en el lugar más insospechado.

En el filme se vuelve a repetir la historia del antihéroe (de nuevo Cristian Ortega) enfrentado a un mundo que le supera y alejado emocionalmente de la gente con la que debería estar más a gusto. Muchas de las características de su anterior trabajo están aquí presentes, así como un gusto morboso por las personas con taras psíquicas (que quizá resulte molesto para los puritanos y los políticamente correctos, esa nueva forma de fascismo).

Recientemente, Ortega Lasaga ha vuelto a la carga con 'Maridos de sangre'. En esta ocasión ha cambiado el entorno urbano de sus anteriores trabajos por el rural para contarnos el curioso casamiento de dos hermanos en un pueblo de la Castilla profunda con el objeto de heredar la hacienda familiar. El director prescinde aquí de Cristian Ortega y otros de sus actores fetiche para centrarse en personajes de mediana y tercera edad, salpicados con el esperpento que impregna toda su obra. El neorrealismo cañí que aplicó el tándem Azcona-Ferreri en 'El pisito' o 'El cochecito' se da la mano con el tremendismo de la España negra de 'Los santos inocentes'.

 

               

 

Lasaga demuestra una vez más que el humor en sus filmes esconde no pocos dramas. El giro final del cortometraje deja ese regusto agridulce que podemos encontrar en toda su obra, con un plano final que quizás sea el mejor que ha efectuado nunca. Con todo ello, nos hallamos ante una obra magnífica, similar y diferente al mismo tiempo si la comparamos con su filmografía. La demostración de que, como hacen los buenos, se puede contar la misma historia desde una perspectiva nueva.

Por otra parte nos encontramos con los cortos de la saga de Joe, una serie de divertimentos de breve duración y que son una suerte de hermanos pequeños de los metrajes ya comentados. 'Joe vs. Joe', 'Joe y la puta', 'Joe the Boss', 'Joe y la cita' y 'Joe comediante' cuentan la historia de un pobre diablo que protagoniza variopintas peripecias sin mucho éxito, con la constante burla de su otro yo (que no es otro que la versión enrollada y guay de él mismo).

Aunque el autor los considera trabajos menores, creo que estos pequeños cortos (como el resto de su obra) esconden bastantes reflexiones sobre lo ridículos que podemos ser muchas veces y cómo somos marionetas en el guiñol de la vida. Todos ellos resultan también muy recomendables.

Así pues, hay que celebrar la existencia de directores como Manuel Ortega Lasaga, que tienen algo que decir y saben cómo decirlo. Algo difícil de encontrar en el panorama patrio del cortometraje, contaminado por incapaces que van de simpáticos por la vida, haciendo tonterías presuntamente frescas y divertidas, de advenedizos intrusos que ni han estudiado ni apenas saben de cine y pretenden hacer 'Indiana Jones' o pretenciosos que quieren ser Stanley Kubrick u Orson Welles (un deseo muy loable, pero que no está al alcance de todo el mundo) y no llegan ni a Vincent Gallo. La revolución digital ha propiciado que cualquiera pueda hacer sus pinitos en el mundo del cine, pero muchas veces hay que aguantar a pelagatos paniaguados que no saben ni qué hacer con una cámara (no lo hace quien quiere, sino quien puede). Separemos el grano de la paja.

Esperemos que siga ofreciéndonos trabajos de buen calado, que aquí estaremos para saber apreciarlos.

 

'MARIDOS DE SANGRE'

Guión, producción y dirección: Manuel Ortega Lasaga

Director de fotografía: Álvaro Zubizarreta

Ayudantes de dirección: Laura García Pérez y Miguel A. Orellana

Sonido: Jorge Monge y José Ignacio Riaño

Música: Oncoming Way

Reparto: Orlando Fernández Mijares, Paco Orellana, Fausto Grossi, Alberto Zalduondo

 

Más información:

http://lasaga.wordpress.com/

 

 


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