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Red-acción
II Época / Nº30
Enero-Febrero
2009
EL MUNDO / NOS IMPORTA

Los transeúntes tienen un hogar en Torrelavega

Por Pablo García Jaular y Nilo Merino Recalde, alumnos de 3ºB ESO del colegio La Paz.

Al salir de clase el pasado 11 de noviembre nos dirigimos al Hogar del Transeúnte, situado cerca de la estación de la FEVE de Torrelavega, cargados con cámara y trípode. Nos recibió muy amablemente Pilar, hermana de la Congregación Franciscanas de Montpellier y una de las regidoras del centro.

Exterior del barracón principal del Hogar del Transeúnte. Foto/ Nilo Merino.

Nos esperaban sentados en torno a una mesa en el interior de uno de los barracones los actuales residentes del centro, once en total. Pusimos la cámara a grabar y Pilar, en respuesta a nuestras preguntas, procedió a explicarnos la historia del Hogar del Transeúnte y la importante labor que vienen desarrollando.

Sala principal de uno de los barracones. Foto/ Nilo Merino.

El Hogar del Transeúnte, como nos comenta más detalladamente en el vídeo, comenzó a funcionar en 1985. Nació como una iniciativa de Cáritas de la Parroquia de La Asunción, al ver que no había un lugar donde acoger a los más necesitados. Comenzó como un albergue donde pasar una única noche, transformándose con el tiempo en un centro de acogida, con una permanencia mínima de seis meses.

Al centro, gestionado por las hermanas Pilar y Amparo, acuden sobre todo personas con problemas de alcohol, juego y conflictos familiares. Los residentes ganan 40 euros semanales reciclando palés para la empresa Paruvi.
Como nos contó uno de ellos, reciben los palés, los desmontan, sacan los clavos y los transforman volviéndolos a cortar, lijar y montar en palés europeos, es decir, de 1m x 1m.

Palés ya reciclados manualmente por los transeúntes. Foto/ Nilo Merino.

Durante su permanencia en el hogar, las personas reciben asistencia médica y acuden a terapias de grupo. Todas las semanas son visitados por una psicóloga.
Tambien acuden a asociaciones como Alcohólicos Anónimos o Jugadores Anónimos.

Todos los años organizan un rastrillo con los objetos artesanales que crean en sus ratos libres, como carretillas de madera, maquetas de carromatos y diligencias, casas de muñecas...

Carretillas para el rastrillo. Foto/ Nilo Merino

Al terminar de hablar con Pilar, algunos de los presentes se animaron a contarnos resumidamente su problemática personal y su llegada al centro.
La mayor parte de ellos tuvieron conflictos familiares o perdieron el trabajo y empezaron a tener serios problemas con el alcohol, acabando en la calle y en malas condiciones de salud. Hay gente de variada procedencia, aunque todos son de nacionalidad española.

Uno de los residentes con el perro que cuidan.

Estuvimos charlando con algunos de ellos en el exterior mientras nos iban enseñando las instalaciones; un barracón con varias habitaciones para las personas que están de paso, otro mayor para alojar a los residentes y un tercero para Pilar y Amparo.

Imagen del patio central y del taller. Foto/ Nilo Merino.

A la entrada hay un pequeño jardín muy cuidado y tras los barracones se encuentra un taller donde reciclan los palés y hacen todo tipo de actividades manuales, un salón con una televisión y el patio donde almacenan los palés.
Tambien disponen de una pequeña cocina y, por supuesto, de baños.

Salón del Hogar. Foto/ Nilo Merino.

 

Taller de carpintería. Foto/ Nilo Merino.

Hablamos acerca de la juventud y del alcohol; resulta curioso conocer el punto de vista de gente que padece este problema.
Nos contaron que una vez acostumbrados a consumir alcohol es muy difícil dejarlo y cómo en sus casos puede trastocar totalmente tu vida y la de quienes te rodean.
Después de un tratamiento de desintoxicación, si se consigue paliar el problema, es muy fácil tener una recaída. Por eso para los pacientes supone un tremendo esfuerzo, principalmente psicológico, debido a la gran dependencia que crea.

La cocina del centro. Foto/ Nilo Merino.

En el vídeo que podéis encontrar al final de este reportaje aparecen algunas de estas personas contando más detalladamente sus problemas.

La actividad que las hermanas Amparo y Pilar y otros miembros de la Congregación Franciscanas de Montpellier vienen desarrollando desde la fundación del Hogar del Transeúnte de Torrelavega es tremendamente meritoria, ya que de forma totalmente altruista dedican su tiempo y su vida a ayudar a los más desfavorecidos y desamparados de la sociedad.

Durante la visita al Hogar del Transeúnte. Foto/ Nilo Merino.

PD: Queremos agradecer las facilidades prestadas por Pilar, Amparo y los residentes del Hogar para la realización de este artículo.

 

               
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