Hace diez
años, varias personas de Torrelavega con inquietudes
y preocupaciones diversas, ante la apatía municipal
reinante y ciertamente desencantadas por el discurrir
de la vida cotidiana en nuestra ciudad, decidieron
crear un grupo de opinión. La premisa mayor
del mismo era entonces y lo sigue siendo en estos
momentos, Torrelavega, su denominador
común.
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El quercus ha
dado el nombre a esta agrupación. |
“…como
los Quercus,
los hombres espirituales no
quieren ser personas
de valor aparente, y
siguen creciendo
solitarios y felices,
lejos del hacha
de los necios”… |
Pretendían contemplar sus situaciones más
diversas desde la falta de manipulación y con
entera libertad. Apartados de presiones políticas,
mediáticas o de cualquier otro orden. Se constituyó
así, desde entonces, un foro de opinión,
abierto y plural, sin móviles económicos,
ni plataforma de promoción alguna, sin organigrama
directivo, y sin presidencia, incluso, absolutamente
independiente.
Se llamaron Quercus homenajeando
al milenario y resistente roble. Su leyenda, que he
insertado en el encabezamiento del trabajo, representa
lo que quieren ennoblecer. Pero, en definitiva, este
grupo lo que en el fondo anhela es agitar necesidades
y crear estados de opinión que sirvan para
el realzamiento y relanzamiento de Torrelavega y su
comarca.
Darse a conocer fue relativamente sencillo, ya que
cualquier novedad en nuestra ciudad acaba siendo noticia.
Sin embargo, las opiniones de este grupo no siempre
tienen altavoz de difusión. En muchas ocasiones
envían sus escritos a los periódicos
regionales pero éstos, por diversas razones,
no siempre publican su contenido.
Han sido varios los libros que bajo su batuta han
visto la luz, cubriendo aspectos diversos de los ámbitos
locales: Espacio de creación I y II
fueron el colofón literario de dos importantes
exposiciones de arte que se exhibieron en la Sala
Mauro Murieras. Trataron de recopilar la mejor muestra
de la pintura y escultura local de los últimos
cien años. Paralelamente organizaron un ciclo
de conferencias sobre tal tema que, entre otros, fueron
impartidas por Fernando Francés, torrelaveguense,
alumno del Colegio, y hoy director del Museo de Arte
Contemporáneo de Málaga; o por Soledad
Lorenzo, también nacida en nuestra ciudad,
y, probablemente, la galerista de arte más
importante de España. Este mismo mes ha visto
la luz el primer volumen de una nueva colección
llamada Las Hojas del Quercus, se
titula Incendio en la Villa de la Vega, y
trata sobre un hecho histórico acontecido en
el año 1695. Con esta idea pretenden dar a
conocer retazos de historia poco conocidos. Es un
proyecto de investigación cultural que animará
a eruditos e investigadores a profundizar en la historia
de nuestro entorno.
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Miembros del
Grupo Quercus. |
El grupo, en los últimos días, fue
invitado a participar en una jornada que llevó
por título Torrelavega sostenible,
y celebró su última reunión rutinaria
en plena calle, junto a las vías de FEVE, testimoniando,
de esta manera, una de sus más antiguas reivindicaciones:
su soterramiento. Actividades como las comentadas
indican que Quercus, de alguna manera, quiere
jugar el papel de agitador social.
Tratando de lustrar el nombre de Torrelavega, una
vez al año este grupo de opinión celebra
su actividad más conocida y políticamente
mejor aceptada. Nombran a un Torrelaveguense
ilustre. A cada uno de ellos le brindan un
homenaje y cuentan con su complicidad para que nuestra
ciudad destaque y brille con luz propia por encima
de cualquier otro aspecto durante, al menos, ese día.
Este galardón le ha sido concedido a paisanos
nuestros que han sabido pasear el nombre de nuestra
ciudad allá por donde anduvieron. Desde el
Magistrado de la Audiencia Nacional y Tribunal Supremo,
Siro García Pérez,
hasta el actor Antonio Resines, pasando
por Javier Castillo, Poty,
o el último reconocimiento otorgado a Ciuco
Gutiérrez, sin olvidar al director
de cine Manuel Gutiérrez Aragón,
o a nuestro colegial Jesús Herreros
González, médico Cardiólogo,
eminencia en el campo del desarrollo de las células
madre.
Seguramente tienen más fallos que aciertos
y sus carencias son más que evidentes. Se mueven
sin tesorería, sin disciplina, con una organización
más que deficiente, pero continúan teniendo
confianza e ilusión en lo acertado de su propuesta,
pues Torrelavega es lo único que les importa
como grupo.
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