El
alto el fuego permanente anunciado por ETA a finales
de marzo ha provocado numerosas reacciones de muy
distinta índole. Decidimos comparar posturas
y para ello formulamos las mismas preguntas a tres
personas aparentemente muy diferentes entre sí:
Josu Jon Imaz (PNV), Miguel Sanz (UPN) y Teo Uriarte
(Fundación para la Libertad en el País
Vasco). El objetivo: escribir el tiempo presente vasco
en la visión de sus protagonistas.
Miguel
Sanz
Teo
Uriarte
Josu
Jon Imaz
"La
paz es nuestro derecho, nada debemos a los asesinos
por dejar de matar"
Miradas también
nos acerca a la visión que sobre el conflicto
vasco y su resolución posee la Unión
del Pueblo Navarro, partido mayoritario en la Comunidad
Foral de Navarra y que en la actualidad gobierna en
esa comunidad.
UPN es un partido
de carácter foralista, defensor de la identidad
navarra, de la vinculación a España
y de una paz justa y, por tanto, sin condiciones.
Durante estos años ha sufrido en sus propias
vidas la barbarie del terrorismo, que ha considerado
al partido y sus miembros objetivos preferentes, dada
la defensa que el partido realiza de la identidad
navarra, como hecho diferenciado del vasco. Nacida
en 1979, de la mano del político Jesús
Aizpun, las palabras de su fundador resumen claramente
la filosofía de esta formación "de
Navarra, con Navarra y para Navarra".
Su política,
que ha desarrollado una Navarra próspera y
moderna, representa la voluntad de una mayoría
de navarros (41% en las últimas elecciones)
de defender la idea conceptual de muchos navarros
de unir el Fuero, la Identidad, la Libertad y el Humanismo
Social alrededor de un gran proyecto político.
El reportaje que
ofrecemos se fraguó entre el 21 y el 27 de
abril, iniciándose con una serie de contactos
con el departamento de prensa del partido, donde contamos
con la inestimable colaboración de Javier de
la Merced. Tras ello, una conversación y el
cuestionario que hace de base a esta serie han dado
este fruto.
El objetivo de esta
entrevista ha sido Miguel Sanz. Nacido en Corella
en 1952, Miguel Sanz desempeña el cargo de
presidente de la Unión del Pueblo Navarro,
además del de presidente del Gobierno de Navarra.
Es diplomado en profesorado de EGB y máster
en dirección de empresas por la Universidad
de Navarra. Ha realizado estudios de Ciencias Empresariales
y el Programa de Dirección General (PDG) del
IESE de la Universidad de Navarra.
Como
político ha pasado por todas las responsabilidades
en su comunidad. Ha sido concejal en su pueblo,
Corella, parlamentario navarro, diputado foral,
consejero de administración territorial,
de política local y de presidencia, y
vicepresidente del Gobierno, antes de llegar
a la presidencia del gobierno autónomo
en 1996 por primera vez. En la actualidad ocupa
este cargo tras ganar las elecciones de 2003. |
|
Por razón
de su cargo, es también presidente del Consejo
de Administración de Caja Navarra, y vocal
de la Confederación Española de Cajas
de Ahorro. En 1996 desempeñó también
la presidencia de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos.
En relación
a su partido, desde 1985 es miembro de la Comisión
Ejecutiva. Entre 1989 y 1997 fue vicepresidente, y
en febrero del mismo año fue elegido presidente
de dicha formación política, cargo que
revalidó en el congreso celebrado en 2001.
Pregunta.-
¿El fin de los atentados y la ausencia de víctimas
mortales significa que en el País Vasco, en
este momento, no hay violencia ni extorsiones, que
hay libertad?
Respuesta.- En la madrugada del sábado
día 22 de abril un concejal de UPN de la localidad
de Barañáin veía como ardía
su negocio familiar abierto con mucho esfuerzo hace
23 años y que era el sustento directo de cuatro
familias. Hemos sabido del envío de cartas
a empresarios navarros después de la declaración
unilateral de “alto el fuego permanente”
de la banda etarra. Son los hechos. Desde Navarra
podemos constatar a fecha de hoy que la extorsión
se mantiene, y que quienes no comparten las tesis
de ETA se la siguen jugando.
|
El presidente
de Navarra. (EFE) |
P.-¿Qué
presenta este momento histórico que permita
pensar que estamos ante el paso definitivo hacia la
paz, y en treguas anteriores no?
R.- Por desgracia no podemos saber
si efectivamente estamos ante el final o no, puesto
que la información relevante para saberlo la
custodia y gestiona el gobierno de la nación
con exclusividad, y la intencionalidad última
de los etarras sólo ellos la conocen. Sí
conocemos, es un hecho, que ETA ha declarado un alto
el fuego permanente condicionado a que una serie de
reivindicaciones políticas sean atendidas.
Cómo van a ser atendidas sus pretensiones y
qué están dispuestos a pactar el gobierno
y los etarras es una incógnita. Y lo seguirá
siendo. Sí sabemos, es otro hecho, que ETA
en sus comunicado internos ha reconocido claramente
que la política antiterrorista del anterior
gobierno, avalada también por el partido socialista,
fue para ellos demoledora.
P.-¿Qué
demanda su colectivo de cara a las negociaciones políticas
que se avecinan?
R.- No cabe ninguna negociación
política con ETA. La paz, a la que nuestra
sociedad tiene derecho, no requiere pago de precio
político ninguno. Como dice el filósofo
Fernando Savater, nada les debemos a los asesinos
por dejar de matar.
Cosa distinta es que tras la disolución sin
concesiones de la banda, el Estado y la sociedad muestren
generosidad con quienes ejercieron el terror. Que
lo haremos.
P.-Quiénes
pueden ser los mejores mediadores para el proceso
que se inicia?
R.- La sociedad española tiene
mecanismos legales, instituciones parlamentarias,
y personas comprometidas en política que debieran
mostrar a ETA la solvencia de una sociedad que no
puede renunciar a su propia personalidad para satisfacer
la voluntad de los violentos.
P.-¿Qué
es, en opinión de su colectivo, lo mínimo
que se debe conseguir para consolidar la paz?
R.- Unidad de los partidos democráticos,
firmeza y claridad en la aplicación de la ley,
justicia y dignificación de las víctimas
del terrorismo.
P.-¿Es
políticamente admisible para ustedes un País
Vasco sin Navarra e Iparralde?
R.- Es que es un hecho, una realidad
institucional y política que nosotros obviamente
asumimos con absoluta normalidad y por supuesto cordialidad
vecinal. Navarra, que fue Viejo Reino, hasta la fecha
nunca ha pertenecido a más nación que
la española y eso es lo que quiere la inmensa
mayoría de los navarros, que así lo
ponen de manifiesto cada vez que se celebran elecciones.
P.-Y
si ellos no quieren integrarse, ¿qué
pasará?
R.- Que la inmensa mayoría
de los navarros no deseamos integrarnos en el proyecto
nacionalista denominado Euskadi, o Euskal Herria,
es otro hecho incuestionable. Ojalá no pasara
nada por ello, pero por no respetar ni aceptar la
voluntad de los navarros, entre otras cosas, es por
lo que los etarras, extorsionan, coaccionan y presionan
a todo aquél que decide, en Navarra y en el
País Vasco, apostar políticamente por
un modelo distinto. Algo que es totalmente contrario
al estado de derecho y alejado de cualquier práctica
democrática.
P.-Muchos
vascos de distintas ideologías viven fuera
de su país por motivos políticos. ¿Deben
volver los presos, y además amnistiados?. ¿Podrán
regresar los no nacionalistas y vivir en su tierra
en libertad?
R.- Es otro hecho más, se
han ido miles y miles de personas, simplemente porque
el nacionalismo vasco radical (con el silencio cómplice
del nacionalismo vasco democrático) no admitía
la doble identidad como vascos y españoles.
Simplemente sobraban.
En relación con las personas que cumplen condena
por actos terroristas, es de justicia que vuelvan
cuando hayan cumplido sus condenas. No sería
justo premiarles porque sus compañeros nos
dicen que tienen la voluntad de dejar de matar.
El nacionalismo vasco se ha ocupado de hacer insoportable
la vida en el País Vasco de quien no comulga
con sus tesis. De esta forma ya se han garantizado
que incluso sin violencia a estos exiliados les resulte
a veces muy difícil volver a su tierra.
P.-¿Está
en marcha un proceso similar de diálogo en
Francia?
R.- No. Creo que los franceses tienen
muy poco interés por este proceso.
P.-¿Estamos
ante un conflicto más cultural que político?
R.- ¿Desde cuando una cuestión
cultural puede justificar una actividad criminal organizada
y mantenida en el tiempo con más de 900 asesinatos
a la espalda? ¿Ésta es la mejor manera
de defender el vascuence? La cultura vasca, para ETA,
es una excusa para ejercer una interesada presión
social, controlar a la ciudadanía y conservar
un poder político que de otra manera otros
podrían haberles disputado, incluso con más
mérito y capacidad que la suya.
P.-Conseguidos
sus fines por los grupos nacionalistas, ¿qué
pasara en Euskadi con los no nacionalistas?
R.- Ahora mismo desconocemos los
fines últimos del nacionalismo vasco. El nacionalismo
se sustenta en un sentimiento de melancólica
insatisfacción insaciable. Allá donde
triunfa el nacionalismo radical el individuo, la libertad
y el sentido crítico desaparecen.
P.-En
su opinión ¿quién debe dirigir
por parte vasca el proceso negociador, el lehendakari,
un parlamento elegido para tal ocasión, una
mesa paritaria de partidos o el gobierno central español?
R.- Haríamos una muy mala
pedagogía social si trasladáramos a
la sociedad la impresión de que nuestros representantes
políticos son incapaces de solucionar cuestiones
políticas. No se puede deslegitimar a las instituciones,
el Parlamento es el foro donde deben discutirse los
problemas..
P.-¿Hasta
dónde está dispuesto su colectivo a
ceder para conseguir la paz?
R.- Nosotros, y la sociedad en general,
siempre hemos confiado en la aplicación del
estado de derecho para hacer frente a esta delincuencia
organizada. Las víctimas del terrorismo son
el mayor ejemplo de una sociedad madura, que ha sabido
responder con dignidad, serenidad y generosidad máximas.
ETA debe dejar de matar, y quienes hacen interpretaciones
y cábalas sobre futuros réditos políticos
de su actividad criminal, deberían asumir que
están obligados a defender sus posturas en
buena lid (en libertad) frente a los demás,
y aceptar que pueden perder.
|
El presidente
en su mesa de trabajo. |
P.-Se
ha dado un gran paso político para la paz,
pero ¿existen las condiciones sociales que
permitan pensar que los odios y el rencor acumulado
en algunos sectores sociales no serán un obstáculo
insalvable a medio plazo?
R.- Es injusto y falso afirmar que
existen dos partes que se odien. El único odio
que nosotros observamos es aquel que alimenta el nacionalismo
vasco radical y que mantiene la llama del terrorismo
etarra.
En España, para ejemplo de todos, las víctimas
de ETA incluso han dado muestras más que sobradas
de dignidad, saber perdonar, y que sepamos jamás
en 40 años se han planteado –como por
cierto si pasó en Irlanda del Norte- responder
con el mismo odio y la misma violencia.
P.-¿Qué
similitudes cree que existen con el proceso de paz
norirlandés?
R.- Similitudes pocas. Como no sea
que algunos, también aquí, han querido
obtener rendimiento político del terrorismo
que otros practican o van a dejar de practicar. Pero
diferencias las hay y muy importantes: una de ellas
que Irlanda del Norte a diferencia de Euskadi o Euskal
Herria sí ha existido como nación, y
la segunda que a la violencia de ETA la sociedad civil
no ha respondido con la misma moneda, lo cual es muy
importante a la hora de valorar quién deben
de ceder y en qué.
P.-¿Qué
ocurrirá si, Dios no quiera, incidentes como
el reciente de Navarra dan al traste con el proceso?
R.- Hacer depender la vida y bienestar
de los ciudadanos navarros, vascos o españoles
de lo que una banda criminal haga o deje de hacer
sería una gran equivocación. Cualquier
comunidad política tiene legítimo derecho
a defenderse de quienes desde fuera o desde dentro
atentan contra sus intereses o sus habitantes, y tiene
la obligación de garantizar a sus ciudadanos
unas condiciones de vida mínimas donde prevalezcan
la libertad, la justicia, la fraternidad y la solidaridad.
Educar a las nuevas generaciones en la no violencia,
en los beneficios de la globalización, y en
la bondad del mestizaje, serán las claves para
no perpetuar este cáncer que tanto dolor provoca
en la sociedad.
Lee las otras miradas
de paz: Josu
Jon Imaz y Teo
Uriarte
SUBIR
|
|