La
consejera de Presidencia y Justicia del Gobierno de
Cantabria, Leticia Díaz, explica a los reporteros
de InterAulas en qué consiste su trabajo y
lo difícil que es conciliar la vida personal
y la profesional. Además, hace un repaso a
su trayectoria política, incluida su llegada
al Senado para sustituir a Luis Bárcenas, y
avanza cuáles son sus proyectos y planes de
futuro.
Nombre:
Leticia Díaz Rodríguez
Lugar y fecha de nacimiento:
Infiesto (Asturias), 19-03-1969
Ocupación: Consejera
de Presidencia y Justicia del Gobierno de Cantabria.
Trayectoria:
Licenciada en Derecho. Funcionaria de carrera
del Cuerpo Facultativo Superior-Letrada de los
Servicios Jurídicos del Consejo de Gobierno
de Cantabria y del Cuerpo Superior de Letrados
desde 2006. Secretaria general de la Consejería
de Sanidad, Consumo y Servicios Sociales (1999-2003).
Asimismo, ha desempeñado el puesto de
letrada de los Servicios Jurídicos del
Gobierno de Cantabria, especializada en protección
de menores y defensa de menores infractores.
Presidenta de la Junta Vecinal de Ceceñas
(1996-1999) de la que posteriormente fue vocal.
Senadora por Cantabria (2010-2011) y miembro
del Comité Ejecutivo del PP en la Comunidad
Autónoma. Consejera del Gobierno regional
desde 2011. |
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Pregunta.- ¿Cuáles
son sus obligaciones como consejera de Presidencia
y Justicia?
Respuesta.- Esta consejería
es muy grande en competencias porque en el año
2011 el Gobierno redujo consejerías y muchas
de las competencias que estaban en otros departamentos
pasaron al mío. Gestionamos Igualdad, Mujer
y Juventud. En este departamento se lleva la función
pública, es decir, el personal de la Administración.
Se gestiona también el servicio jurídico
para todo el Gobierno, la Protección Civil,
todos los Parques de Bomberos de Cantabria, la sala
del 112 de Emergencia, la Informática y Tecnología
del Gobierno. Desde aquí se llevan también
los Servicios Generales: los vehículos, los
seguros, la luz, el combustible, etc. Dentro de estos
Servicios Generales está el teléfono
112, que es para que los ciudadanos puedan hacer cualquier
consulta, peticiones, etc. Gestionamos la Justicia,
los edificios judiciales, los medios materiales (desde
el bolígrafo hasta los ordenadores), los programas
informáticos para poder gestionar la justicia,
grabar toda la documentación que se presenta,
se encarga de la parte de gestión. De nosotros
no dependen ni los jueces, ni los fiscales, ni los
órganos que directamente imparten la justicia.
Nosotros nos encargamos de la gestión de lo
que ellos necesitan para impartir justicia. También
nos encargamos de gestionar las competencias de la
Administración Local, es decir, la asistencia
a los municipios como, por ejemplo, asesoramiento
en el mantenimiento de sus servicios. También
hacemos la coordinación de las policías
locales; las relaciones institucionales con las casas
regionales de otras CCAA aquí, con las Casas
de Cantabria fuera de Cantabria. La comunicación
con el Parlamento se hace desde aquí, porque
llevamos las Relaciones Institucionales, es decir,
las relaciones con otras instituciones del Estado
o de otras comunidades autónomas.
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La
consejera Leticia Díaz atiende a los
estudiantes en su despacho. |
P.- ¿Es difícil compaginar
su vida privada como madre y esposa con la vida pública
como consejera?
R.- Yo he fracasado en eso. Pienso
que debe ser posible y creo que hay que hacerlo posible,
pero yo reconozco que no he sabido hacerlo bien y
cada año en enero me propongo hacerlo mucho
mejor porque además mis hijos, que ahora tienen
9, 11 y 14 años, demandan tener más
madre, o algunas veces simplemente tener madre. Casi
nunca puedo ir a las cosas que organiza el colegio
y yo era una madre muy implicada en todos los temas
relacionados con mis hijos, pero la realidad es que
este es un trabajo muy absorbente, de mucha responsabilidad.
Las decisiones que tomes influyen en la vida de muchas
personas y es muy difícil compaginarlo. Creo
que se puede hacer mejor, pero yo no he sabido hacerlo.
Yo soy bastante combativa con los horarios que hay
en España. Yo creo que los horarios que tenemos
los españoles no son buenos para conciliar
la vida familiar con la profesional, porque hay otros
países de Europa que se organizan de otra manera
en sus jornadas de trabajo. Se ha demostrado que no
es más productivo el que más horas está
en el despacho, sino que el que se organiza bien y
le permite estar satisfecho en su vida personal para
rendir más en el trabajo. Ahí creo que
España tiene una asignatura pendiente, y yo
la primera, porque creo que en eso he fracasado bastante.
P.- ¿Estaría a favor
de adoptar la hora de Londres para racionalizar los
horarios?
R.- Yo estoy a favor de horarios
continuos donde madruguemos todos, porque las primeras
horas del día son muy buenas de cara a la productividad
y el rendimiento, tanto desde el punto de vista escolar
como del laboral. También de que las jornadas
acaben antes por la tarde para todos, de tal manera
que haya posibilidad de hacer familia de las 18:00
o 19:00 horas en adelante, de tener más tiempo
con la familia. Creo que eso es algo que aquí
no hemos conseguido. A mí me ponen muchas reuniones
a las 20:00 horas. Comparto más los horarios
europeos. Igual nuestra forma de ver la vida no coincide
mucho, pero yo creo que todo es cuestión de
probar. A nosotros nos encantan las sobremesas en
la comida, pues esas hagámoslas el fin de semana.
Entre semana concentremos más el horario laboral
y escolar para poder tener un espacio de familia.
P.- Repasando su trayectoria hemos
visto que ha estado trabajando en la protección
del menor. ¿Qué medidas tendría
que tomar la sociedad para que esta oficina tuviera
el menor trabajo posible?
R.- No creo que tenga que tener menor
trabajo la oficina, todo lo contrario. Creo que tiene
que tener muchísimo más trabajo porque
en España todavía en la asistencia al
menor, tanto al menor infractor como al que tiene
problemas por una situación de desamparo o
por un proceso de adopción, no hemos llegado
a vislumbrar la realidad de los problemas. A veces
nos llegan los problemas demasiado tarde y cuando
nos llegan ya hemos perdido un tiempo precioso para
trabajar por los menores. De tal manera que creo que
los departamentos de menores lejos de trabajar menos
tendrían que estar mejor dotados, tendrían
que tener más gente trabajando desde el principio,
es decir, detección de los problemas antes
para poder afrontarlos primero, y con eso ser más
eficaces cuando trabajamos. Si fuéramos capaces
de detectar que un muchacho o muchacha de vuestra
edad tiene un problema, no cuando tiene catorce o
quince años sino cuando tiene diez u once años,
y pudiéramos poner medidas, ahí sería
mucho más fácil que luego esas medidas
resultaran un éxito. El problema es que muchas
veces queremos empezar a educar, cambiar o corregir
problemas cuando están con muchos años
de bagaje, y cuesta más. Yo estoy especializada
en el abuso sexual a menores. No se detectan porque
muchas veces cuando se cuentan es cuando ya no están
los padres o no están los familiares. Es decir,
como hay muchos supuestos que suceden dentro de los
ámbitos familiares la situación de vergüenza,
de vulnerabilidad de ese menor que no sabe cómo
afrontar ese problema es lo que hace que eso salga
muy tarde, porque como siente vergüenza sale
cuando ya han pasado muchísimos años
y por eso en España sólo se detecta
una parte pequeña.
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La
consejera de Presidencia y Justicia respondiendo
a las preguntas. |
P.- En el año 2010 usted estuvo
en el Senado. ¿Qué opina del futuro
de esta cámara?
R.- Yo creo que todas las instituciones
en general estamos en este momento sometidas a un
análisis profundo. Además, de alguna
manera, la sociedad en este momento tiene catalogada
a toda la clase política como prácticamente
desastrosa, cuando no corrupta, asociada a todos los
elementos negativos y por eso creo que todas las instituciones
están en revisión. El Senado tiene dos
funciones fundamentales. Una es representar los intereses
de las comunidades autónomas y trasladar la
voz de cada una de ellas como cámara de representación
territorial. La otra función, muy importante,
es acoger la segunda vuelta a los textos que se aprueban
en el Congreso, de tal manera que hay modificaciones
importantes que se introducen en el Senado. Son dos
cámaras que lo que hacen entre ellas son contrapesos
introduciendo cosas nuevas, que luego se podrán
o no aprobar, pero que tienen un debate. A mí
me parece que es una cámara que mejora los
textos legislativos, pero al mismo tiempo creo que
no se ha conseguido en la práctica la representación
territorial, porque hay representantes de todas las
comunidades autónomas, pero al final se hace
una política nacional donde no siempre se puede
ver el peso de cada una de las autonomías.
Creo que está sometido a una revisión
profunda, se puede optimizar su trabajo, mejorar.
Yo sí soy partidaria de que haya una reforma
del Senado, pero de esto se lleva hablando 30 años
y al final nunca llega. Todos estamos de acuerdo en
que hace falta, pero todavía no hemos sido
capaces de conseguirla. Queda mucho camino.
P.- Usted sustituyó a Luis
Bárcenas en el Senado. Bárcenas ha sido
uno de los nombres propios en las noticias en los
últimos meses. ¿Qué piensa de
los casos de corrupción que se están
dando en España?
R.- Creo que en España ha
sucedido algo que es muy importante destacar: donde
la corrupción está institucionalizada
en las raíces del Estado, en el corazón
del Estado, no sale al exterior; es decir, en los
países con regímenes dictatoriales o
muy marcados por populismos personales es difícil
que encontremos casos de corrupción porque
no llegan a denunciarse y a perseguirse. En países
como España, donde yo creo que la corrupción
no está en las entrañas del Estado,
es posible detectar, denunciar y perseguir los casos
de corrupción. Por lo tanto, mi primera valoración
es que estamos en un país que permite que haya
casos que salgan a la luz, que se permitan y que se
castiguen. ¿Qué sucede?, pues que se
habla más de la corrupción en los países
en los que se puede perseguir, porque en los que no
se puede perseguir, ni denunciar, ni castigar, no
se habla de corrupción. ¿Eso quiere
decir que no la haya? No. Igual hay muchísimo
más, pero la realidad es que no se puede ni
denunciar ni perseguir. Entonces nuestra primera buena
noticia es que aquí se puede hacer. La segunda,
es que yo creo que en materia de corrupción
uno tiene que ser absolutamente claro y tajante y
no andar con medias tintas. ¿Qué ha
sucedido y que veo yo que a veces nos hace perder
un poco la perspectiva de la corrupción? Pues
que ha habido una época donde había
cosas que no se consideraban corrupción y que
ahora, cuando muchísima gente está sufriendo
un montón, pasa a considerarse corrupción.
La mala gestión del dinero público no
es corrupción, es decir, no hay un artículo
en el código penal que diga que el mal gestor,
el que gestiona mal el dinero de todo el mundo, está
cometiendo un delito. Eso no existe. Sin embargo hoy
miramos con otros ojos a aquel político que
con el dinero público hace gastos que nos parecen
absolutamente inadecuados. De tal manera que a veces
la línea de donde empieza la corrupción
y donde termina no acaba de estar muy clara. ¿De
qué soy partidaria? de que haya unas normas
muy claritas para que nadie tenga la más mínima
duda de qué pueden o no pueden hacer y de esta
manera limitaríamos mucho que hubiera casos
como los que a veces hablamos. ¿Por qué?
Porque con esto no se puede frivolizar, porque en
España y en Cantabria hablamos de corrupción
cuando no es corrupción. Sin embargo, no hablamos
de corrupción cuando a veces sí lo es.
Es muy fácil manipular desde el punto de vista
informativo una noticia sobre corrupción. Lo
importante es que los ciudadanos podamos escoger conociendo
la trayectoria y la honestidad de las personas.
P.- Como consejera de Justicia, ¿qué
opinión tiene sobre la ley del aborto?
R.- Yo creo que el aborto es un fracaso
absoluto de una sociedad que no ha sido capaz de dar
respuesta a la mujer que se ve en la tesitura de acabar
con la vida de un ser humano que está en su
vientre y, por lo tanto, cuando se produce un aborto
todos tenemos una parte de responsabilidad. Los gestores,
porque no hemos sabido gestionar para que eso no suceda.
Creo que tiene que haber más planes de protección
a la maternidad. Nosotros desde aquí estamos
haciendo un esfuerzo muy grande por hacerlo, porque
nadie habla del drama del aborto y las consecuencias
psicológicas que tiene para una mujer, por
lo que lo tratamos como un problema social que hay
que intentar que no suceda. Dicho esto, me preguntáis
por la ley, yo creo que la última reforma de
la ley del aborto ha introducido cuestiones que para
mí son inadmisibles; es decir, creo que hay
cosas que había que haber cambiado, pero se
fue a un modelo de reforma que al final, por razones
que en principio no comparto, se decidió su
retirada. Creo que hay que reformarla para cambiar
algunas cosas como, por ejemplo, que una menor con
16 años pueda abortar sin que lo sepan sus
padres. Me parece terrible por las secuelas y el daño
que se pueda generar en ella. También creo
que ojalá las leyes fueran capaces de solventar
realmente los problemas de ética y convicción
profunda, pero en este caso yo creo que no es así.
A mí me parece que la ley no es la solución
a todos los males cuando estamos hablando de una cuestión
en donde habría que cambiar las cosas desde
la educación, desde lo que tratamos de inculcar
a nuestros hijos para que, si algún día
tienen que tomar una decisión de este tipo,
pongan sobre la mesa los valores de ética y
moral. El que cree que el aborto es acabar con un
ser humano inocente probablemente busque cualquier
cosa antes de acabar con la vida de un ser humano.
La ley no es la solución de los problemas,
es la educación, la formación, los valores.
Por lo tanto creo que la ley es mejorable, pero tampoco
es la panacea.
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Uno
de los reporteros de InterAulas plantea su pregunta. |
P.- Uno de los temas más polémicos
en estos últimos meses han sido los desahucios.
¿Cree usted que hay alguna solución
a esta situación?
R.- Si somos capaces de cambiar la
situación socioeconómica no nos encontraríamos
con supuestos como los desahucios. En eso sí
tengo una sensación del oportunismo político,
porque cuando yo estaba en el Senado en 2010 presenté
una interpelación para que hubiera lo que hay
en otros sitios de Europa que era una ley de punto
final, de tal manera que cuando uno adquiere una vivienda
y por las circunstancias que sea deja de tener ingresos
para pagarla, pudiera devolver la vivienda al banco
que le ha dado la hipoteca, lo que se llama dación
en pago, y que con eso se solventara el problema.
En aquel momento el Gobierno que estaba en España
no hizo ni caso y sin embargo años más
tarde, cuando cambia el Gobierno, empieza a verse
la magnitud del problema social que yo ya había
planteado en 2010, cuando nadie hablaba de desahucios.
Eso evidencia que hay dentro de la política
mucho oportunismo. Es una materia en la que yo creo
que si conseguimos mejorar la situación socioeconómica
esas situaciones van a verse reducidas a la mínima
expresión.
P.- Mercedes Sancha era nombrada
recientemente presidenta de la Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC).
En sus primeras palabras defendía la igualdad
de acceso a los puestos de responsabilidad. ¿Qué
opinión le merece esta afirmación?
R.- Yo la comparto plenamente. Creo
que lo mejor que nos podría pasar es que no
tuviéramos que tener una Dirección de
Igualdad y de Mujer. ¿Por qué?, porque
no fuera necesario. Pero la tenemos porque es necesario.
Hoy por hoy son muchos más los expedientes
académicos brillantes de mujeres en las universidades
y, sin embargo, al mirar el número de rectoras
o de catedráticas hay una desigualdad absoluta.
Lo mismo sucede en las administraciones públicas
en los cargos de libre asignación, porque cuando
nos dejan competir con igualdad las mujeres somos
mayoría. Cuando nos dejan opositar y el género
no importa porque el examen es el mismo para todos
resulta que somos más las que accedemos a los
puestos públicos. Eso quiere decir que si nos
trataran con igualdad en todos los ámbitos
probablemente no habría necesidad de una Dirección
General de Igualdad. También habrá que
analizar socialmente por qué motivo a veces
no nos postulamos a los puestos de responsabilidad.
Yo creo que tiene que ver con lo que he dicho antes
de la imposibilidad de conciliar por una estructura
social que venimos heredando. Cuando a uno le ponen
en la balanza que elija entre su familia y su trabajo,
las mujeres acabamos eligiendo la familia. Y, además,
quiero poder acceder a un puesto de trabajo igual
que un hombre sin necesidad de masculinizarme; es
decir, yo quiero que se respete que soy diferente,
que soy mujer y soy distinta a un hombre. A veces,
la mujer que quiere triunfar tiene que renunciar a
cosas que como mujer le gustaría hacer y no
puede. Probablemente cuantas más decisiones
se tomen de organización por parte de las mujeres,
respetando esa condición de mujer, más
fácil será para otras incorporarse.
P.- ¿Cree usted que debería
haber más mujeres en los puestos de responsabilidad?
R.- Sí, sin duda, por esto
que estoy diciendo. Porque las sociedades no son iguales
si las decisiones las toman hombres y mujeres en una
proporción semejante que si las toman solo
hombres o si las toman solo mujeres. Porque yo cuando
tomo una decisión voy a tener en cuenta mi
criterio y mis necesidades como mujer, el hombre va
a tener en cuenta las suyas y si los dos somos capaces
de integrarlo vamos a ser mucho más exitosos.
De hecho, las empresas que cotizan en el Ibex 35 y
que incorporan a más mujeres demuestran ser
empresas más productivas. Esto son matemáticas.
Es un estudio sobre las 500 empresas que cotizan en
bolsa; se han seleccionado y se ha comprobado que
aquellas que tienen más mujeres en puestos
de responsabilidad son más productivas, más
eficaces y organizan mejor el trabajo.
P.- Este año se celebran elecciones
autonómicas. ¿Qué escenario prevé
el Gobierno regional para después de los comicios
de mayo?
R.- Eso va a depender lógicamente
del resultado electoral. Hay unas encuestas que más
o menos dan una estimación. Ahora sabemos que
hay un partido nuevo que ha salido con fuerza en la
europeas y que no sabemos qué comportamiento
puede tener en las autonómicas y, por lo tanto,
podemos encontrarnos con diferencias notables. Yo
creo que va a haber más partidos en el Parlamento.
Hasta ahora ha habido tres: PSOE, PP y PRC. Parece
que entramos en una mayor dispersión de voto
y, por lo tanto, habrá que seguir estando a
la altura de ver cómo esa dispersión
de voto se concentra y cómo se puede trabajar.
Yo no soy partidaria de gobiernos de muchos partidos,
porque al final pierde el ciudadano. Hoy por hoy creo
en las mayorías absolutas. Cuando salgo a pedir
el voto pido a la gente que haga el máximo
esfuerzo para dar el Gobierno a uno, porque al final
pierde la sociedad.
P.- ¿Cuáles deben
ser los retos de Cantabria para la próxima
legislatura?
R.- Mientras tengamos muchísimos
ciudadanos, hombres y mujeres que quieran trabajar
y no puedan hacerlo no hay reto más importante
que el del empleo y generar unas condiciones socioeconómicas
que nos permitan mantener el Estado de Bienestar que
no valoramos adecuadamente. La mayoría de la
gente y de vuestra edad piensa que todo lo que nos
da el Estado tiene que ser así y que vivimos
en la cultura del gratis total. Como salimos poco,
viajamos poco y conocemos poco, en otros países
hay otras realidades y no sabemos valorar adecuadamente
la nuestra. Por ejemplo, el lujo de la sanidad en
España. Es una sanidad fuerte y buena y además
todos los ciudadanos pueden acceder a ella de forma
gratuita. Hay una falta de conciencia de lo que valen
las cosas que nos hace no ser capaces de defender
lo bueno que tiene nuestro país. Esta es otra
asignatura pendiente que los gestores no hemos sabido
transmitir a los ciudadanos para que valoren las cosas.
Igual que los funcionarios públicos, yo les
digo también que tenemos que ser productivos,
tendríamos que trabajar con objetivos en la
educación, en la administración en general,
en todos los ámbitos tendría que haber
objetivos exigentes para mejorar en la eficiencia
y en la mejora de las cosas.
P.- En mayo del año pasado
el presidente del Parlamento, José Antonio
Cagigas, dio una primicia a nuestros compañeros
en una entrevista como esta. ¿Nos puede adelantar
algo sobre el proyecto de su partido de cara a las
próximas elecciones?
R.- En este momento se está
elaborando un programa electoral que lo que pretende
es consolidar los cambios de racionalización
que hemos hecho en la Administración Pública
y generar riqueza a través de quienes están
generando la mayoría de los puestos de trabajo
de este país, que son las pequeñas y
medianas empresas. Si nosotros somos capaces de conseguir
que Cantabria sea un lugar donde la gente quiera invertir,
donde la gente se quiera instalar, por calidad de
vida, por posibilidades que hay para desarrollar sus
proyectos, pues estaremos pareciéndonos más
a los países donde la gente prefiere vivir
precisamente por esa calidad de vida y esas posibilidades
que les da el trabajo, y al final, nuestro partido
lo que hace es ver lo bueno que se ha hecho para profundizar
en ello y crear oportunidades, y ver en qué
nos hemos equivocado.
P.- ¿Cree usted que son elevados
los sueldos de los políticos en España?
R.- No, en absoluto. Todo mi equipo
gana menos en el puesto de trabajo que ocupa en este
momento que en sus puestos de funcionarios. Cuando
yo voy a buscar a un profesional, por ejemplo del
Derecho, y le digo, como le dije a mi director general
de Justicia: ¿te gustaría venir a trabajar
conmigo para no tener vacaciones, no tener vida personal
y familiar, ganar veintitantos mil euros menos al
año, trabajar doce horas o dieciséis
horas diarias, dormir mal, que te partan la cara en
los medios de comunicación? En fin, ¿qué
creéis que puede contestar a que todo lo que
le ofreces es a pasar a vivir peor, ganar menos, estar
peor? Es complicado encontrar a gente lo suficientemente
generosa y comprometida con la sociedad para querer
dejar unos años de tu vida en los que a nosotros
nos ha tocado hacer cimientos, que son los que no
se ven cuando ves el edificio y la casa, pero son
los que sostienen el edificio. A nosotros esta legislatura,
del 2011 al 2015, nos ha tocado una situación
tremenda que nos ha llevado a ser lo que probablemente
casi nadie quiere ser porque es muy poco lucido, que
es como cuando uno va a hacer un proyecto y entonces
tienes que desescombrar lo que estaba mal, pero hay
que hacerlo cuando quieres hacerlo bien. Tienes que
tomar decisiones que no gustan, tienes que enfadarte
muchas veces o que haya gente que esté molesta
contigo porque tenían unas expectativas que
no se han cumplido, o porque les has molestado, les
has generado molestias con los cambios. Es un trabajo
duro e ingrato y que no considero que esté
bien pagado. Yo creo que, como mínimo, había
que ser muy exigentes con los políticos, pero
que ese mismo grado de exigencia también tendría
que estar adecuadamente retribuido. Se dice que hay
gente que gana muy poco dinero, y es verdad, pero
lo que creo es que tiene que haber un equilibrio entre
la responsabilidad que se asume y el salario que se
percibe.
P.- ¿Nos podría contestar,
por favor, brevemente a las siguientes afirmaciones?
El AVE en Cantabria.
R.- Tenemos que buscar una infraestructura
que se pueda pagar y que nos lleve a Madrid en mucho
menos tiempo que ahora. Cuando uno tiene los recursos
limitados, lo que tiene que hacer es tratar de mejorar
en la medida de las posibilidades que realmente existan,
y en este momento se está haciendo una inversión
realmente importante para que lleguemos a Madrid en
un tiempo de tres horas o menos de tres horas.
P.- Futuro de los presos de ETA.
R.- Igual que he dicho que con la
corrupción contundencia absoluta y que se pague
y se castigue, yo creo que el castigo debe ser para
reinsertar. A mí me parece que el futuro de
los presos de ETA tiene que ser el cumplimiento de
sus condenas y, por supuesto, siempre desde la óptica
que establece la Constitución, la pena es para
permitir que las personas puedan acabar teniendo una
vida integrada en la sociedad.
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El
reportero de InterAulas atiende a las explicaciones
de Díaz. |
P.- ¿Qué le sugiere
el terrorismo islámico?
R.- Me parece que, como está
asociado a ideas tan absolutamente radicales y tan
metidas dentro de este tipo de terrorismo, tiene un
componente mucho más grave que el de otros
terrorismos que existen. Es una amenaza real hacia
todos los estados que no son islámicos, porque
ellos consideran que hay una guerra con el resto de
la sociedad que no piensa como ellos, y como es un
terrorismo basado en la terrible intolerancia y no
en el sentido de conseguir algo, o eres islámico
o no tienes derecho a nada. Me parece que es uno de
los problemas mundiales más importantes que
hay que trabajar y combatir desde la democracia, y
separar lo que es el mundo islámico en general
de lo que es el terrorismo.
P.- Aeropuerto de Parayas.
R.- Es una infraestructura muy importante
dentro de nuestra comunidad autónoma y cuanto
más se fomente y más vuelos se enlacen,
más turismo y riqueza atraeremos a Cantabria.
Por tanto es una infraestructura que hay que cuidar.
P.- Podemos.
R.- Es un grupo que inicialmente
se presentó a la sociedad no tanto como un
partido político sino como un movimiento de
cambio social, económico, que nos promete la
luna y las estrellas y todo aquello que queremos escuchar,
pero que es un fraude para mí. Es un fraude
porque no tiene consistencia, ni posibilidad real
aquello que está prometiendo y que a todos
los encanta escuchar, como que nos van a dar un salario
trabajemos o no, que todos vamos a tener una vivienda.
Eso está muy bien, lo que sucede es que donde
se han ensayado modelos similares, lo que se ha hecho
es generalizar la miseria. Entonces yo creo que es
un modelo de miseria para la mayoría, miseria
para todos, y además es un modelo que mucha
gente piensa que no le va a afectar pero que resulta
que la única manera de hacer viable la propuesta
de Podemos es tocando, no a los que ganan 200.000,
que esos encontrarán la forma de marcharse,
sino a los que ganan 1.500.
P.- Violencia de género.
R.- Es un mal dramático en
una sociedad donde creo que se está avanzando
pero queda mucho por hacer. La violencia de género
ha pasado en los últimos años de ser
un problema que se consideraba doméstico a
ser problema social. La realidad es que cada año
mueren muchas mujeres como consecuencia de la violencia
de género. ¿Estamos mejorando en concienciación?
Sí. ¿Estamos mejorando en el Servicio
Público que ofrecemos a las víctimas?
También. ¿Hemos conseguido con ello
que no haya muertes? No. Por lo tanto, quiere decir
que todavía tenemos mucho recorrido y nuevamente
creo que en violencia de género hay que empezar
desde el minuto uno en las aulas de los colegios,
que sepamos que esa realidad existe, que sepamos cómo
se ha de combatir esa realidad y qué servicios
existen para poder combatirlo.
P.- Museo de Prehistoria de Cantabria.
R.- Cantabria es, de alguna manera,
la meca de lo que supone el conocimiento de la Prehistoria
por nuestras Cuevas de Altamira y por un patrimonio
extraordinario que tenemos. Al final lo que tenemos
que hacer es dar ese servicio, mejorar todas las infraestructuras
y ahora se están viendo todas las soluciones
para dar un buen servicio a los ciudadanos en una
materia que es muy atractiva en nuestra comunidad
autónoma y que va a generar también
mucha riqueza.
P.- ¿Cuáles son los
planes de futuro de Leticia Díaz?
R.- Trabajar y mejorar en el día
a día. Yo quiero ser capaz de conciliar mi
vida personal y laboral y al mismo tiempo hacerlo
desde el trabajo y desde creer en las personas y en
que cada día tenemos mucho margen para mejorar,
y que hay que intentar hacerlo; crear un buen ambiente
a mi alrededor, porque de los gestores depende mucho
cómo se puedan hacer las cosas porque haya
buenas vibraciones alrededor de uno.
P.- Muchas gracias.
R.- Gracias a vosotros.

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