La ONU definió en 1993 la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada". Esta principalmente se da por el machismo, definido como la negación de la figura femenina en todos los ámbitos de la vida.

Aumentan los malos tratos entre los jóvenes,

En España, a partir de la Constitución de 1978 se intentó erradicar la desigualdad entre hombre y mujer, posibilitando que esta pudiera realizar cualquier tarea legal de forma independiente puesto que anteriormente para abrir una simple cuenta corriente o heredar necesitaba una autorización masculina. En 2004 se estableció la ley orgánica que protege a la persona íntegramente ante la violencia de género.
Desde hace décadas a la parte más joven de la sociedad se la ha intentado concienciar de la igualdad entre hombres y mujeres por ejemplo a través de la eliminación de los estereotipos profesionales o de las cualidades predeterminadas a cada sexo como la valentía de los hombres y la vulnerabilidad de las mujeres. Es alarmante que hoy en día el 80% de los jóvenes piense que las chicas deben agradar a los chicos y es aquí donde está presente el machismo junto con las creencias urbanas de que en el hombre se vea con total normalidad el hecho de controlar a la mujer en su vida (revisarla el móvil, permitirla salir de fiesta, imponerla con quien relacionarse…). Estos datos nos llevan a "entender” que el 10,5% de los acusados en 2013 por violencia de género sean menores de 16 años.
Todos estos datos se han recogido de encuestas en España, pero ¿qué pasaría si estas se realizasen en países como Arabia Saudí o Afganistán? En estos lugares del mundo la posición de la mujer en la sociedad es nula, estas son consideradas unos objetos que acompañan al hombre. Los datos serían posiblemente más alarmantes pero el contexto los “justificaría”. Podemos recordar a Malala Yousafzai, una joven que fue disparada en la cabeza cuando defendía el derecho de la mujer a la educación en Pakistán; su historia dio la vuelta al mundo y se ha convertido en un icono mundial. A partir de esta perspectiva, la mujer en España puede sentirse “afortunada” porque cada día aumenta más su presencia en puestos importantes como en política o en la economía, aunque también es cierto que nuestra sociedad es claramente hipócrita porque muestra una igualdad de oportunidades pero realmente la mujer debe trabajar más duro para lograr el mismo puesto que un hombre en muchos aspectos.
Inquieta pensar que los que deberían estar concienciados y educados sobre este tema, los jóvenes, sean quienes a día de hoy lo fomenten. Cuando escuchas a chicas que defienden los celos de su pareja, visten como él quiere o se aíslan de la sociedad por complacer a su novio, entiendes que el rol machista sigue presente en nuestros días. Muchas de las chicas, que son conscientes de la violencia que ejercen sus compañeros sobre ellas, permanecen calladas porque estos las presionan, amenazan o coaccionan con fotos íntimas que pueden difundir con el fin de dañarlas o el hecho de perseguirlas o vigilarlas llegando a hacer de su vida una pesadilla si los dejan. Lo más preocupante es que aunque el número de mujeres maltratadas es muy alto es aún mayor el de aquellas que lo ocultan por miedo a esas represalias.
La sociedad debe saber que el teléfono de atención a víctimas de violencia de género (016) es gratuito y no deja huella en la factura del teléfono.