La educación
de los jóvenes siempre ha sido motivo de inquietud
para los adultos. Por eso, desde la más remota
antigüedad se han creado escuelas donde transmitir
a los niños los conocimientos y experiencia
de sus mayores.
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El debate continúa en temas de educación.
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Desde hace algún tiempo se ha cuestionado
la calidad de enseñanza en España y
han surgido debates recientemente en los que se propone
volver a sistemas del pasado como medida para mejorar
el sistema. Es más, en una cadena nacional
se ha llegado programar un espacio en el que varios
participantes se veían sometidos a las reglas
didácticas del pasado. Este programa es 'Curso
del 63'. En él algunos chicos y chicas educados
en la sociedad actual se ven sometidos a la disciplina
de un internado de hace cuarenta y seis años.
Como es lógico esto les produce una terrible
confusión, porque no entienden qué hay
de malo en comportarse como ellos lo hacen. No sienten
el valor del tratamiento de "usted" como
muestra de respeto, cuando lo que prima en el mundo
es el "tuteo", como muestra de igualdad
entre personas. Es difícil comprender que deben
comer lo que se les ofrezca, cuando en sus casas están
acostumbrados a rechazar lo que se les pone e incluso
a elegir lo que se les apetece sin ningún criterio
saludable. No alcanzan a comprender que la disciplina
y el orden pueden llegar a hacerles más libres
de lo que se consideran, pues en ocasiones se ven
doblegados por la apetencia e incluso el hastío.
En pocas palabras, son chicos que han sido trasladados
a otra época y esa experiencia puede que les
haga valorar más las libertades alcanzadas.
Sin embargo, cuando regresen a su rutina habitual
es posible que puedan aplicar poco o nada de lo aprendido.
Su vida volverá a ser como era porque su entorno
no ha variado. Lo educativo sería que lo aprendido
fuera puesto en práctica, aunque de forma adaptada
a los tiempos que vivimos.
En los últimos años se han realizado
considerables progresos en la educación, ya
que ha aumentado el número de niños
escolarizados, la calidad de la enseñanza ha
mejorado aparentemente y la igualdad de oportunidades
del alumno está "bastante equilibrada".
Sin embargo, Andreas Schleicher, director del programa
PISA, reseñó que España "ha
progresado mucho" en los últimos 40 años,
aunque está "muy lejos" de otros
sistemas educativos con resultados mejores. Al alumno
le falta motivación y compromiso sobre el contenido
de las materias.
La institución educativa se encuentra con varios
problemas. En primer lugar, la falta de autoridad
del profesor provocada por el aumento del compadreo
y la desconsideración que, en ocasiones, desemboca
en vejación, tanto por parte de los alumnos
como por parte de las familias. Se ha llegado a la
pérdida del respecto, se ha perdido la idea
de la educación entendida como civismo. Y en
último término, el fracaso pedagógico
de la enseñanza Primaria y Secundaria de las
últimas tres décadas.
Desde mediados de los noventa se está llamando
la atención sobre necesidad de mejorar la educación
de los jóvenes. Pero la participación
en algunos estudios internacionales deja ver rendimientos
insuficientes debidos a la inconexión que existe
entre lo que se quiere hacer, lo que se hace y lo
que se consigue. Uno de los efectos es que habiéndose
aumentado el tiempo de escolarización, los
recursos, la dedicación laboral y formación
del docente, la imagen internacional es que tenemos
un sistema educativo de baja calidad.
Uno de los puntos a analizar es la inversión
de dinero en la calidad educativa. Seguimos siendo
uno de los miembros de la Unión Europea que
menos invierte en la educación. Otro es la
democratización de la educación, que
conlleva más participación del profesorado
dignificando su función, formándose
en horario lectivo, mejorando sus condiciones laborales…;
colaboración de las familias, con más
permisos en el trabajo, por maternidad y paternidad…
y, por último, la implicación del alumno.
Otra revisión necesaria sería superar
la fragmentación en asignaturas e instaurar
prácticas educativas que fomenten la reflexión
y desarrollen la capacidad de pensar, analizar y generar
opiniones propias. Así como superar el uso
excesivo de los libros a favor de las bibliotecas
de aula y la utilización de audiovisuales.
En suma, no debemos dejar que desaparezca ese espacio
en el que los alumnos se encuentren con sus familias
para compartir intereses y afectos, para educar razones,
sentimientos y emociones. Un espacio que se convierta
en un lugar de vida, donde reflexionar y generar dudas,
donde se produzcan descubrimientos y certezas porque,
cuando esto ocurra, nos sentiremos en paz y con la
fuerza suficiente para seguir, sin descanso hacia
un puerto mejor.
Los padres tienen que comprender la clase de educación
que se les imparte a sus hijos ya que, por lo general,
se conforman con ver que a sus hijos les están
preparando para la obtención de un título
que les permita tener buenos medios de vida y una
posición respetable, aunque sea una sociedad
corrupta. Está claro que todos quieren sentir
que sus hijos son felices, pero también han
de pensar en el desarrollo total de los niños.
La educación no es un cultivo de conocimiento
superficial. En realidad, el colegio y el hogar deben
ir unidos para formar a los niños de manera
correcta. El educador no puede dar el parabién
a las fantasías del niño, ni ceder ante
las exigencias de algunos padres. Por eso, es necesario
que los progenitores hagan el esfuerzo de comprender
al educador y cooperar con él, sin ocasionar
conflictos ni confusión en los alumnos...
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