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Red-acción
II Época / Nº50
Noviembre-Diciembre
2011
CULTURA / CRÍTICAS

'El último tren a Zurich'

Por Vanesa Arroyo, alumna de 1º de Bachillerato del IES Santa Cruz de Castañeda.

Eric Rominger llega a Viena con la intención de cursar estudios de Arte. De manera inesperada, en su primer día en la ciudad descubre la violencia de los camisas pardas y conoce a Karl Lebendig, un poeta con el que trabará amistad. Eric descubrirá igualmente el amor de Rose y, sin proponérselo, despertará a una vida nueva y totalmente distina a todo lo que hubiera podido imaginar. Pero entonces el Führer entra como victorioso conquistador contra Viena.

Título: 'El último tren a Zurich'

Autor: César Vidal

Editorial: Alfaguara

Género: Historia Novelada

Páginas: 208

 

Eric era un joven de unos 15 años que viajó a Viena para cursar sus estudios de Bellas Artes allí. Cuando llegó a Viena, lo primero que hizo fue encontrar una pensión donde poder alojarse, y después se dirigió a un bar para tomar un refrigerio, cuando entraron unos hombres vestidos con unas camisas pardas que eran nacionalsocialistas, es decir, del partido de Hitler.

Estos hombres con camisas pardas comenzaron a golpear a un pobre hombre que se encontraba en la puerta para así atemorizar a todo el mundo, para que les pagaran cuando pasaran por las respectivas mesas. Eric evidentemente sí lo hizo por miedo a que le pasara lo mismo que a aquel pobre hombre, pero había otro hombre en una mesa, un poco más allá, que se negó rotundamente y que además los camisas pardas ya debían de conocer. Cuando los camisas pardas se marcharon, aquel hombre también lo hizo, pero Eric decidió seguirlo, porque le causaba mucha curiosidad. El hombre se dio cuenta de que alguien lo seguía, así que decidió despistarlo, pensando que eran los camisas pardas, pero cuando se dio cuenta de que era un joven decidió hablar con él. Entonces le dijo que por qué le seguía, y Eric le dijo que porque se había quedado muy asombrado con su actuación ante los camisas pardas. Los dos se presentaron, pero el que más asombrado estaba en esa presentación fue Eric, porque ese hombre que se había enfrentado a los camisas pardas era nada más y nada menos que Karl Lebendig, uno de sus escritores favoritos, así que Karl le invitó a ir a su casa ya que Eric le cayó bastante bien. Cuando llegaron a casa del escritor, Eric se encontraba casi sin aliento, debido a que el escritor vivía en un cuarto piso. El escritor era un hombre que vivía solo y tenía la casa bastante desordenada, ya que había libros por todos lados, en el pasillo, en estanterías, en el suelo, en un saloncito, en el sofá, en más estanterías..., pero a la vez era también un hombre atento ya que invitó a Eric a su casa y después le ofreció un té. Estuvieron un buen rato hablando, y al final Eric se volvió para la pensión ya que al día siguiente tendría que comenzar las clases.

Al día siguiente se levantó, se preparó y dirigió hacia el instituto. Cuando llegó allí encontró un sitio vacío que estaba más o menos en una esquina de la clase y desde allí pudo ver a una chica muy guapa e inteligente que se sentaba cerca de la puerta. Durante unos días a Eric solo le parecía que observaba a una chica guapa, y nada más, pero con el paso de los días se dio cuenta de que se había enamorado de aquella chica que ni siquiera sabía que él existía.

Hasta que una mañana un profesor se retrasó unos minutos y comenzó a dirigirse a la chica otro chico alto, rubio, con porte atlético, y durante unos minutos estuvieron hablando, y ella le dirigía unas sonrisas que en Eric se transformaban en celos; pero menos mal que el profesor solo se retrasó unos minutos, porque si no Eric habría estallado como una bomba de relojería. Aquel día Eric llegó a casa y cogió sus lápices y demás utensilios y comenzó a dibujar el rostro de Rose.

Rose salía con el otro chico después de la escuela hasta que un día Eric los siguió y al ver que Rose llevaba en la mano un libro escrito por Karl la dijo que si la gustaba ese escritor, que él le conocía y que si quería se le presentaba. Rose, algo entusiasmada por conocer al escritor, aceptó, pero su "amiguito Sepp" no estaba muy contento con la invitación, así que por si acaso decidió ir con ellos. Karl sabía que Eric estaba enamorado de aquella chica, así que hizo todo lo posible por ayudar a Eric a conquistarla, y vaya que si lo consiguió, ya que dejó a Sepp como un verdadero patán delante de Rose, que se avergonzó mucho de él por el comportamiento que había mostrado ante un escritor como Karl Lebendig. Después, Sepp se fue y Karl comenzó a contarles historias a Rose y a Eric durante toda la tarde, hasta que Eric decidió que ya era tarde y que debía acompañar a Rose a casa. Karl, antes de que se marcharan, se quedó un momento a solas con Eric y le dijo que durante el camino no hiciera mención de la metedura de pata de Sepp, y le dio una poesía que debía de pasar a su letra y darle a Rose durante un paseo.

Mientras acompañó a Rose a casa Eric hizo todo lo que su amigo le había aconsejado y la invitó a dar un paseo al día siguiente, donde la dio la poesía, y además se hicieron novios. Durante un tiempo las cosas fueron muy bien, ya que Rose y Eric pasaron unos momentos fantásticos, ya que el escritor le seguía proporcionando poesías a Eric. Pero un día, mientras paseaban cerca de la casa del escritor, Rose decidió que había que ir a hacerle una visita, y cuando llegaron a casa del escritor se encontraron con que Tanya, la mujer a la que estaban dedicadas tantas canciones y poesías hechas por el escritor, había vuelto para vivir sus últimos días con su amado, pero eso era algo que ni el mismo Karl sabía. Después de las presentaciones, Tanya invitó a comer con ellos a Rose y a Eric, y no se pudieron negar; pasaron un día excelente los cuatro juntos, paseando por las calles de Viena y sacándose fotos. Al cabo de unas semanas la situación cambió mucho con la llegada de Himmler para preparar la llegada del Führer al día siguiente, ya que había conquistado Austria y toda la ciudad estaba dominada por los camisas pardas, que ganaron esta conquista haciéndose pasar por gente buena, dando comida a los más desamparados, y siempre con el lema "sangre y lengua" para así unir Austria con Alemania.

Al día siguiente Hitler hizo acto de presencia y la ciudad fue perdiendo la estabilidad cada vez más, ya que se empezaron a expulsar, a matar y a llevar a campos de concentración a judíos y a todo aquel que en el pasado había tenido algún problema con los camisas pardas. Este era el caso de Karl y de Eric, ya que Karl, en numerosas ocasiones, se había enfrentado a los camisas pardas y había escrito algún libro que otro sobre los nacionalsocialistas, y Eric porque le había quitado la novia a uno de los camisas pardas, Sepp. Así que como Karl había comprado dos billetes de tren a Zurich para él y para Tanya decidió regalárselos a Eric para que él si pudiera escaparse con Rose, pero al principio Eric no comprendía la situación, porque creía que él no corría peligro sino que el que corría peligro era solo Karl. Durante un rato Karl estuvo intentando hacer entrar en razón a Eric, y le dijo que él no podía escaparse porque Tanya estaba a punto de morirse y debía de estar junto a ella hasta el final y que Eric era una joven promesa y le esperaba un gran futuro.

Eric,después de oír todo aquello, salió de allí y se puso a dar vueltas por la ciudad y cuando ya decidió volver a la pensión vio a unos camisas pardas en el portal y, muy asustado, decidió esconderse en la oscuridad y esperar a que se marcharan. Después entró en la pensión y la dueña le dijo que le habían estado buscando los camisas pardas. En ese momento, Eric decidió que debía hacer caso a su amigo y escapar de la ciudad, así que subió rápidamente a su habitación y preparó la maleta, y a la dueña de la pensión la dijo que se iba a marchar el fin de semana al campo para dibujar algunos paisajes que necesitaba. De manera que salió rápidamente de la pensión y se dirigió a casa de Rose para avisarla, pero no sabía como hacerlo, así que escribió una nota en la que se lo contaba todo y se la entregó al portero después de darle muchas vueltas a cómo se la entregaba.

Al día siguiente, Eric estaba esperando en la estación del tren a Rose, pero ella no se presentó sino que mandó a Ludwig Lehar, un periodista conocido y amigo del escritor, para que le dijera a Eric que no iba a poder viajar con él porque tenía que acompañar a su familia y no la podía dejar así; además le dio una carta de parte de ella. Eric, al ver y oír todo esto, no quería irse sin Rose, pero el escritor lo empujó hacia un vagón y evitó que Eric saltara; pero a la vez que el tren se ponía en movimiento aparecieron los camisas pardas, y uno de ellos saltó a un vagón; pero el periodista, para evitar que atraparan a Eric, comenzó a reírse de Sepp, y el camisa parda saltó del vagón de manera que ya nadie podía evitar que Eric saliera del país. Al periodista no le fue tan bien, porque intentó escapar, pero los camisas pardas le alcanzaron y le dieron tal paliza que casi lo matan, y no contentos con eso le llevaron a un campo de concentración, el de Mauthausen, donde estuvo una gran temporada trabajando en una cantera subiendo piedras muy pesadas por unas escaleras que eran realmente resbaladizas; se levantaban antes de que saliera el sol, solo tenían un pequeño descanso a la hora de la comida en la que les daban un mendrugo de pan con un caldo de nabos, y después hasta la hora de dormir nada más, pero los domingos les daban una morcilla de sangre. Cuando ya llevaba un buen tiempo se produjo 'La noche de los cristales rotos', en la que millones de judíos y de arios fueron llevados a campos de concentración y todas sus casas y sus pertenencias quemadas y destrozadas. Al día siguiente por la mañana, a ellos no los hicieron caso y se dedicaron a maltratar a los nuevos esclavos entre los que se encontraba el escritor Karl Lebendig, que duró desafortunadamente pocos días allí, ya que mientras le interrogaban le destrozaron a golpes y después intentaron que un mono le acabara de matar pero el mono, en cambio, se abrazó fuertemente a él como si quisiera evitar su muerte; las S.S. mataron al mono y después por la noche, cuando todos dormían, colgaron a Karl fingiendo un suicidio. Poco tiempo después, soltaron al periodista porque creían que ya había sufrido un escarmiento suficiente, pero le advirtieron que era mejor que abandonara la ciudad. Todo esto se lo contó el periodista a Eric una vez salió del campo de concentración, cuando ya vivía en Zurich y las cosas no le iban tan mal, ya que tenía alojamiento y comida en el orfanato que le había recomendado el escritor, y se ganaba un dinero extra pintando; si las cosas seguían así, el curso siguiente podría continuar las clases de Bellas Artes, pero a la vez estaba triste por no poder estar cerca de Rose.

A mí el libro me ha gustado porque expresa lo que le sucedió a muchas personas durante la dictadura de Hitler. Lo expresa mostrando el sufrimiento que pasó Eric al tener que abandonar Viena dejando a su amada atrás, siendo perseguido por los camisas pardas, y el sacrificio que realizó Karl al regalarle los billetes a Zurich a Eric para que se escapara con Rose y quedándose en Viena solo por pasar con la mujer que amaba sus últimos días, aún sabiendo que los camisas pardas también iban a por él, y muriendo en un campo de concentración maltratado y finalmente asesinado.

Del uno al diez yo le pondría un ocho, porque es un libro que nos enseña cómo vivían las personas atemorizadas hace relativamente poco. Y nosotros nos quejamos por todo viviendo como los ángeles en comparación con ellos.

 


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