Carmen García
Quijada y el resto de integrantes de la Asociación
Salud Visual llevan dos años desarrollando
un proyecto de atención oftalmológica
en el Sáhara. Ana María Solana cuenta
su experiencia con este proyecto.
|
Casas de adobe
del campamento. |
Mi pasión por África comenzó
unos cuantos años atrás, cuando fui
por primera vez a Dakar y me quedé atrapada
para siempre por sus gentes y sus culturas. Desde
entonces, he vuelto varias veces pero nunca en un
viaje solidario. Gracias a Carmen García Quijada
y a su proyecto 'Salud visual' pude embarcarme en
esta aventura.
A primeros de marzo partimos a los campamentos de
Tinduf, más concretamente a la Wilaya de Smara.
Junto a Carmen, Sonia y Marije, estuve ocho días
ayudando y enseñando a las gentes de Smara
cómo la protección contra el sol puede
evitar problemas visuales.
La realidad en la que viven estas personas no tiene
nada que ver con nuestro mundo. Aunque hablamos de
campamentos, allí viven más de 150.000
personas en casa de adobe (muy poco resistentes a
la lluvia) y en jaimas. Para subsistir dependen completamente
de la ayuda exterior. Y, aunque no hablaré
de asuntos políticos, es obvio que necesitan
mucho más que gafas para sobrevivir.
A pesar de que carecen de casi todo, los saharauis
son muy agradecidos y lo poco que tienen lo comparten.
Lo que más sorprende son sus fuertes valores
familiares y los fuertes lazos de amistad que establecen
entre las personas que forman parte de su comunidad.
Este viaje me ha servido para valorar más lo
que tengo, pero también ha sido una lección
de solidaridad.
Por todo esto, espero regresar el año que
viene. Proyectos como éste me ayudan a sentirme
afortunada por el tipo de vida que tengo y me hacen
más consciente de las desigualdades e injusticias
que sufren muchas personas por el simple hecho de
haber nacido en un determinado lugar.

SUBIR
|
|