Los impuestos
son la forma que tenemos todos los ciudadanos de contribuir
a los gastos del país. Podemos hacerlo mediante
el pago de una cuota obligatoria para todos en el
caso de los impuestos indirectos, aquellos que pagamos
por la circulación de bienes y servicios, y
mediante los impuestos directos, que los paga cada
persona dependiendo de los ingresos que tenga, es
decir, de cual sea su capital.
|
Factura por un servicio de taxi.
|
El Impuesto sobre el Valor Añadido, IVA,
es un tipo de impuesto que pagamos todos por igual,
al añadir un porcentaje en la compra de un
producto o por un servicio que nos presten. Hay diferentes
tipos dependiendo del tipo de producto o servicio
que sea:
El ínfimo, que se aplica en productos alimentarios
básicos, tales como el pan, la leche, fruta,
cereales, verdura, periódicos, viviendas de
protección oficial, etc. Era del 4% y es el
único que no va a aumentar con la subida de
los impuestos; el reducido, se impone en medicamentos,
hostelería, transportes, bebidas no alcohólicas,
etc. Era del 7% y subirá al 8%; y el último
tipo es el general, que se aplica a todos los productos
y servicios: ropa, calzado, tabaco, cosméticos,
productos informáticos, etc. Era del 16% y
aumentará al 18%.
Estos aumentos del porcentaje del IVA reducido y
del IVA general se deben a la subida de impuestos
que ha aprobado el Gobierno y que comenzará
a aplicarse a partir del mes de julio de 2010.
Hay quien dice que ahora es un mal momento para
subir los impuestos y que por lo tanto va a tener
efectos negativos. Encarecer los productos en un momento
como éste va a incentivar que la gente consuma
menos, prescindiendo de gastos innecesarios, así
que la recaudación final podría ser
la misma porque por una parte se recaudará
más dinero por cada producto, pero se consumirá
menos y eso es un dinero que se deja de ganar. Para
impulsar la economía es bueno favorecer el
consumo y si los precios aumentan conseguimos el efecto
contrario, es decir, consumir menos.
Además, según lo que ha dicho Hacienda,
el fraude fiscal ha aumentado durante los últimos
meses mediante facturas falsas. Por ejemplo, si en
tu casa tienes una fuga y viene el fontanero a arreglártelo
puede darse el caso de que te ofrezca no cobrarte
el IVA si tú no le pides la factura, de este
modo él no declara ese trabajo (defrauda) y
tú como cliente te ahorras el IVA. Pero esto
nos deja desprovistos de la posibilidad de poder presentar
una reclamación en caso de tener algún
problema con el trabajo realizado. Y está claro
que la subida de impuestos en medio de una crisis
favorece que se incumplan estas obligaciones fiscales,
ya que muchas familias y empresas españolas
están viviendo un momento muy difícil
a nivel económico y hacen todo lo posible para
salir del bache aunque tenga que ser de esta manera.
Esto supone un problema porque en la reforma de Zapatero
no hay ninguna medida que luche contra el fraude fiscal.
Otro aspecto en contra de su subida es que el IVA
no se trata de un impuesto progresivo, por lo que
no tiene en cuenta la capacidad económica del
contribuyente, como establece la Constitución
en su artículo 31: "Todos contribuirán
al sostenimiento de los gastos públicos de
acuerdo con su capacidad económica".
¿En qué nos afectará la subida
del IVA en el día a día? Las viviendas
serán más caras. Comprar un piso cuyo
precio inicial fuera de 200.000€ ahora tendrá
un coste adicional de 2.000€, porque el IVA en
el que incluiríamos el precio de una casa es
el IVA reducido, que subirá un punto en el
próximo año.
También aumentarán los precios en las
facturas del gas, la luz, el teléfono…
La gasolina, la hostelería, el precio de los
vuelos y comer en un restaurante también va
a ser más caro, así que la gente viajará
menos y el sector turismo, que era uno de los básicos
en nuestro país, se verá muy reducido.
Además, ¿no dice uno de los principios
básicos de la economía que la forma
de reactivar la economía de un país
es potenciando el consumo? Esto se debe a que si se
consume más, las empresas tendrán más
beneficios para poder invertir en nuevos equipamientos
y en personal. Y de este modo podrán contratar
a trabajadores y el paro disminuiría, que no
estaría de más teniendo en cuenta lo
que ha aumentado desde que comenzó la crisis.
Al disminuir el paro, habría más trabajadores
ganando dinero que luego utilizarían en consumir
productos y en utilizar servicios. Ésta sería
una buena forma de que la economía volviera
a ser dinámica, porque todo está relacionado
y si a todos les va bien a todos nos irá bien,
y si a todos les va mal, a todos nos irá mal.
Algunos se preguntarán cuál es la
repercusión positiva, si es que la tiene. Así
que aquí expongo algunos argumentos a favor:
- El IVA ínfimo no aumentará por lo
que el pan, la leche o la fruta, no serán más
caros.
- El IVA es un impuesto del que nadie escapa, al contrario
que otro tipo de impuestos. Por ejemplo, a un trabajador
le pagan la nómina por la cual paga sus impuestos,
pero las horas extraordinarias se las pagan en mano;
ese dinero ni lo declara la empresa ni lo declara
el trabajador. Pero en el caso del IVA sólo
pagas si consumes, y si consumes poco, pagas menos.
Con esto quiero decir que al final los que más
tienen son los que más consumen y, por lo tanto,
los que van a terminar pagando más que los
demás.
- La bajada de precios hunde el consumo porque la
gente espera a comprar creyendo que dentro de unos
meses bajará el precio de determinado producto.
Subir el IVA anunciándolo con tiempo puede
inducir la compra antes de la subida, lo que fomentaría
el consumo durante los meses anteriores a la subida.
Estamos en un periodo de crisis y todos queremos
tener asistencia médica, enseñanza,
carreteras, zonas deportivas, cobertura en caso de
desempleo, etc. Todas estas cosas necesitan dinero
para su financiación, y este dinero se obtiene
a través de los impuestos, no existe otra manera.
En este caso el IVA no es un impuesto progresivo,
pero también es verdad que afecta a un mayor
número de personas por lo que implica una mayor
recaudación que es lo que se necesita en este
momento. Pero sí que sería muy importante
perseguir el fraude fiscal que nos perjudica a todos
y solamente beneficia al que no declara la parte de
impuestos que le corresponde para poder gozar de los
beneficios comunes.

SUBIR
|
|