Logotipo Interaulas
Cabecera Red-acción Inicio > Cultura > Asistimos a...
Reportajes
Entrevistas
Opinión
Cultura
Internet
El mundo
Medios
Imagen Primaria
Red-acción
II Época / Nº36
Noviembre-Diciembre
2009
CULTURA / ASISTIMOS A...
Bruselas, capital europea

Por alumnos de 4º de ESO del IES Las Llamas de Santander.

¡Por fin llegó el día!. Miércoles 30 de septiembre a las 20:25 saldremos desde Parayas hacia el aeropuerto belga de Charleroi. Nuestra intención es pasar unos días en Bruselas, auténtica capital europea, en los que conoceremos las instituciones europeas, la capital de Bélgica y algunas de sus ciudades más emblemáticas, como Gante y Brujas.

Nuestro grupo ante el Atomium.

Tras un vuelo rápido (se batió el récord de velocidad entre Santander y Bruselas), que para algunos era nuestro bautizo en el aire, llegamos a Charleroi con antelación suficiente para tener que esperar al autobús que nos iba a desplazar hasta el albergue juvenil Bruegel en el que nos alojaríamos hasta el domingo 4 de octubre.

El reparto de las habitaciones y las instrucciones que Pilar y Antonio nos dieron antes de retirarnos fueron el fin de la actividad oficial del día. La noche acababa de empezar, pero nos portamos bien.

El jueves amaneció nublado. Tras el desayuno nos concentramos en el hall del albergue para esperar a Pablo, el representante de la Oficina del Gobierno de Cantabria en Bruselas que nos acompañaría en las visitas institucionales. Caminando tuvimos ocasión de ver los restos de las antiguas murallas de la ciudad, la Biblioteca Real y el Mont des Arts, donde se agolpan los museos reales y el nuevo dedicado a Magritte. Continuamos por el Palacio Real y el parque de Bruselas, donde empezó a llover suavemente, hasta el barrio europeo. Allí tuvimos ocasión de ver por fuera el impresionante edificio del Parlamento Europeo que después visitaríamos. Mientras esperábamos la hora concertada, continuamos el paseo a través del parque de Leopoldo II hacia los edificios emblemáticos de la Comisión Europea situados cerca de la plaza Schumann (el edificio Beaumont y la sede del Consejo de Ministros), regresando para visitar el Parlamento.

Nuestra primera visita fue amena, con una guía que expuso muy bien las funciones y el funcionamiento del Parlamento, visitando el hemiciclo en el que tuvimos ocasión de hacernos bastantes fotografías.

Visita a la oficina del Gobierno de Cantabria en Bruselas.

Para acostumbrarnos al horario europeo, comimos al salir del Parlamento en algunos de los bares y cafeterías que hay en sus inmediaciones. Aquí empezamos a tomar contacto con las 'frites', las famosas patatas fritas de las que los belgas no pueden prescindir.

A una hora temprana, 14:30, tuvimos la segunda visita institucional del día, en esta ocasión a la Comisión Europea. Allí contamos con dos conferenciantes que nos explicaron las actuaciones de la Comisión y concretamente en las áreas de Juventud, Deporte, Cultura y Educación. El contenido era interesante, pero la hora no era la mejor para prestar toda la atención (un ligero sopor se extendía en el ambiente). Aún nos quedaba por conocer la Oficina del Gobierno de Cantabria, y hacia ella nos encaminamos cuando terminó la visita de la Comisión.

En esta nueva oficina recibimos las explicaciones de Pablo y de otras dos compañeras suyas sobre las actividades que desarrollan en esta representación cántabra. Nos ofrecieron un tentempié que agradecimos y tras despedirnos nos fuimos hacia el albergue para refrescarnos, cambiarnos y comenzar la visita de la antigua Bruselas.

La lluvia nos dejó por momentos y pudimos bajar paseando hacia la Grand Place (nuestro albergue se encontraba bien situado, la verdad). Avanzando por una de las calles nos encontramos un gran gentío que rodeaba la esquina en la que se levantaba el Maneken Pis. Este cruce parecía indicar el límite entre la Bruselas tranquila, de donde veníamos, y la Bruselas bulliciosa, en la que acabábamos de entrar. Tiendas de recuerdos, chocolaterías, y llegamos a la gran plaza mayor. Impresionante su conjunto, pero más aún la torre del Ayuntamiento, con 102 m. de altura. Recorrimos la plaza y sus alrededores antes de que nos dieran tiempo libre para cenar y fijáramos el lugar de encuentro un par de horas más tarde. Aquí si que tuvimos ocasión de contemplar el paraíso de las frites. Todo tipo de restaurantes, bistrós, bares, tiendas de comidas y bebidas...

El regreso al albergue fue ameno, pero estábamos un poco más cansados que el dia de nuestra llegada. También al día siguiente habría que madrugar.

Un nuevo desayuno y el autobús nos recogió para llevarnos a Gante y a Brujas. Salimos del albergue por la rue Royal, para recoger a nuestra guía: una simpática belga, ya mayorcita, que nos indicó numerosos detalles de Bélgica (su historia, datos actuales, problemas...). En Gante recorrimos la ciudad de Carlos I de España y V de Alemania, entre las zanjas que ocupaban casi todas las calles. Fue una lástima que hubiera tantas obras, pero aún así es una ciudad preciosa que merece la pena visitar.

Desde Gante continuamos el viaje hacia Brujas. Allí empezamos el recorrido por el antiguo puerto, el lago del amor y la beatería, visitando sus calles, las casas de Dios (que eran ofrecidas por el ayuntamiento a los vecinos sin recursos para tener vivienda propia), sus iglesias, canales y plazas... A algunos nos sorprendió encontrarnos con la Virgen y el Niño de Miguel Angel en una capilla, aunque nos habían contado la historia no recordábamos que Miguel Angel tuviera obras por estas tierras.

Después de comer en las cercanías de la plaza Mayor, y de visitar la zona comercial, pudimos recorrer los canales de la ciudad en un barco, con un paseo inolvidable. Las cámaras no pararon de dispararse y es que las vistas lo merecían.

Volvimos a Bruselas encantados de Brujas. Pero aún teníamos que conocer más la zona centro y allí nos dirigimos.

Un nuevo día llegó con nubes pero sin lluvia. Subimos hasta el Palacio de Justicia, desde donde pudimos admirar una preciosa panorámica de la ciudad, así como la inmensa mole del Palacio. Continuamos hacia el precioso parque del Petit Sablon y visitamos la iglesia de Notre Dame du Petit Sablon, donde conversamos con una anciana monja que había sido misionera en el Congo belga.

El Museo de Instrumentos Musicales, instalado en un precioso edificio modernista, nos vio pasar de camino hacia la estación central en la que íbamos a coger el metro para desplazarnos hacia Haisel, el parque en el que se encuentra el Atomium, el palacio real de Laiken y otros puntos interesantes de Bruselas.

Entre el estadio y los pabellones de la antigua exposición universal, salimos a la explanada en la que se levanta el Atomium. Tras las fotos de rigor, subimos contemplando las exposiciones que se hallan en su interior y, en el ascensor rapidísimo hasta su cima, desde la que se ven unas vistas espléndidas de Bruselas: la torre japonesa, el palacio de Laiken, el pabellón chino, los pabellones de la exposición, la radio televisión belga, la pequeña Europa (un parque que reproduce en miniatura los principales monumentos europeos) y a lo lejos la ciudad con sus torres.

Bruselas celebraba esa noche la noche blanca y fuímos a conocer las actividades que se ofrecían: talleres de todo tipo, música en vivo, bailes...

El último día llegó con más nubes. Salimos de nuevo hacia el Sablon, en esta ocasión hacia le Grand, para poder visitar el mercado de antigüedades que allí se celebra los domingos. Visitamos los Museos Reales, de una forma rápida vimos todas las salas, deteniéndonos en las dedicadas a Rubens, Bruegel y Van Eyck. De allí pasamos al Museo Magritte, recientemente inaugurado y que expone con claridad no sólo la obra del artista belga, sino los principios del surrealismo. Un museo atractivo, abarrotado de visitantes.

Bajamos de nuevo hacia la Grand Place y la zona de la Bolsa (había que comer y hacer las últimas compras) para regresar al albergue a tiempo de que el autobús nos recogiera de nuevo en dirección al aeropuerto de Charleroi.

La visita se acababa, pasamos unos días inolvidables y nos preparamos para coger nuestro vuelo de regreso a Santander.
Agradecemos al instituto y a la Dirección General de Asuntos Europeos del Gobierno de Cantabria que nos hayan ofrecido la oportunidad de conocer Bruselas y un poco de Bélgica. ¡Volveremos!.

 


SUBIR

Mundial de hockey hierba sub-21 Boston 2009
Visitando el universo
España en Santander de camino al Europeo del 2010