Tuve la
suerte de poder participar el mes pasado, del 28 de
marzo al 5 de abril, en la fase internacional del
programa Modelo de Parlamento Europeo celebrada en
Chipre. Después de dos sesiones, la primera
autonómica y otra posterior nacional en las
que junto a mis compañeros representé
a Cantabria, fui seleccionada para acudir a la sesión
internacional junto a nueve jóvenes más
para representar a España.
El mecanismo del programa consiste
en trabajar por comisiones y en asamblea debatimos
temas como el agua, el acoso escolar, el envejecimiento
de la población, el desarrollo, y la protección
de la infancia.
La sesión internacional es
bastante parecida a la autonómica y nacional;
pero tiene una gran diferencia, en esta última
las ideas que cada uno aporta son más enriquecedoras
que nunca porque te abren las puertas a otras visiones
mucho más diferentes debido a que la cultura
en cada país es mucho más dispar que
lo que puede ser dentro del mismo país.
En los primeros días por comisiones
se debaten los distintos temas, que en mi caso fue
el envejecimiento de la población, y a través
del debate y el consenso, se llega a unas resoluciones
que son las que se presentarán el día
de la asamblea general. Uno de estos días cada
embajada recibió a su país y de este
modo el embajador español nos recibió
y nos ofreció una agradable cena en la que
se mostró interesado por el trabajo que allí
estábamos realizando.
Finalmente llegó la asamblea
general en la que, además de mi tema, estaba
la crisis agraria, la energía y su aprovechamiento,
el desarrollo de los países subdesarrollados
y los derechos humanos, la educación en la
UE, la crisis económica, los residuos y su
tratamiento, el conflicto de Gaza, y el abuso del
alcohol en los jóvenes. En esta asamblea lo
que se hace es debatir las resoluciones propuestas
por cada comisión, que ésta defiende
para que en la votación salga aprobada. Además
del debate que por sí tiene cada tema, también
hay enmiendas y discursos en contra. Así, yo
hice un discurso en contra de la comisión de
desarrollo, ya que creía que las soluciones
que estos daban eran insuficientes para paliar este
problema. Pero no me lo dieron, debido a que había
más personas que tenían también
un discurso en contra y sólo hay uno por comisión.
A pesar de eso, el debate me resultó muy constructivo
y aunque sólo pude intervenir para defender
mi resolución creo que me expresé bastante
bien, cosa que era más difícil que en
las sesiones anteriores debido a que el idioma era
el inglés.
Durante nuestra estancia en Nicosia,
la capital de Chipre, nos alojamos en familias que
amablemente nos acogieron y en nuestro tiempo libre,
que fue algo escaso, nos enseñaron algunos
de los lugares más importantes de ésta.
También nos explicaron el grave problema que
tiene este país al estar dividido en dos partes,
una parte turca y otra parte griega; a día
de hoy es la única capital dividida del mundo.
Éste es el resumen de la gran
semana que pasé en Chipre, en la que cambié
un poco mi forma de ver las cosas al hacerme más
pluralista y enseñarme a escuchar de verdad
valorando otros puntos de vista. Además también
conocí a personas realmente increíbles,
sobre todo los españoles que fueron conmigo,
que a pesar de no conocernos mucho al principio, no
fue impedimento para pasar a su lado una semana increíble.
No podría acabar sin dar las
gracias a mi colegio, La Salle, al brindarme esta
oportunidad, y ¡cómo no! a la delegación
de Cantabria que desde el principio estuvo ahí.
El MEP para mí ha sido una de las experiencias
más valiosas de mi vida, y sin ellos no podría
haberlo sido.

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