Emular
a Galileo y analizar si sus teorías aguantan
el paso de los años es uno de los objetivos
del equipo del IES Valle Saja de Cabezón de
la Sal, uno de los centros que participan en el programa
'+Ciencia2008'. El profesor Alberto Aguayo y ocho
alumnos, que en la actualidad cursan segundo de Bachillerato,
se reparten en tres grupos de trabajo.
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El IES Valle
del Saja en Cabezón de la Sal. |
Galileo es considerado el padre
del método científico, pero son muchos
los que cuestionan algunos de sus experimentos y los
consideran más "mentales" que "reales".
"Partiendo de esa idea tratamos de realizar en
condiciones similares a la de su época algunos
de los experimentos más emblemáticos",
explica Aguayo.
Los dos experimentos son los que fundamentan el nacimiento
de la nueva física del movimiento (la cinemática).
Se trata del experimento del plano inclinado y el
del movimiento parabólico. Un grupo de alumnos
trabajó en cada uno de ellos y el tercero se
encargó de realizar un plano moderno
en homenaje a Galileo.
El experimento del plano inclinado
es el que demuestra la ley de caída de los
cuerpos y, en definitiva, del movimiento uniformemente
acelerado. Los problemas a los que se tiene que responder
son los relacionados con la medición precisa
del tiempo. Se ha recurrido a la sincronización
con relojes de agua, péndulos, campanillas
o incluso una rítmica melodía musical.
El que aborda el movimiento parabólico será
la clave para la comprensión del movimiento
compuesto. La construcción de Galileo consiste
en un plano inclinado al borde de una mesa sobre el
que rodaba una esfera que salía despedida hasta
el suelo describiendo una curva de discutida ecuación
hasta entonces. Elevando la altura del suelo de forma
progresiva se van midiendo los impactos de la bola,
(cada vez más cercanos) y de este modo rastreando
la curva que resultará una parábola.
Lo rudimentario de los medios hace que este experimento
sea muy sensible a las pequeñas irregularidades
que se puedan cometer. pudiendo llegar a falsear los
resultados.
El tercer grupo de trabajo se encargó
del plano 'moderno'. Se dispone de circuitos integrados,
diodos de luz y tecnología actual para demostrar
de modo rotundo lo exacto de las conclusiones a las
que llegó Galileo 400 años antes con
madera, latón y bronce. Lo que ahora parece
fácil muestra el enorme esfuerzo de abstracción
que debió hacer Galileo para llegar a conclusiones
ciertas por encima de todas las imperfecciones a las
que podía estar sujeto su método.
Alberto Aguayo explica que en la
actualidad se está en fase de valoración
de resultados "para poder dar nuestra propia
opinión sobre la verosimilitud de los experimentos
que Galileo describió en sus escritos".
El profesor recuerda que el funcionamiento de los
grupos fue complicado porque se tenía que trabajar
en tres turnos diferentes. Se hizo en los recreos
y tardes en el laboratorio del instituto. "Es
muy complicado saber las horas que hemos empleado
-comenta Aguayo- porque se ha tenido que contar con
el trabajo de carpinteros, soldadores, etc".
" La experiencia ha sido muy ilusionante para
los alumnos porque les ha puesto en contacto con la
realidad de cómo se establecieron una serie
de leyes físicas que ahora conocen los estudiantes
de Secundaria, pero bajo un enunciado muy diferente",
concluye Aguayo.
En el IES Valle Saja hay otro proyecto
sobre rutas científicas en Navarra. Este centro
junto con el Valle de Piélagos, en Renedo,
y el colegio Miguel Primo de Rivera, de Laredo, son
de los más activos en este programa ya que
todos ellos cuentan con varios proyectos en los que
participan grupos de alumnos y profesores.
M.A. SAMPERIO/
El Diario Montañés
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