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Red-acción
II Época / Nº23
Enero-Febrero
2008
CULTURA / CRÍTICAS

'El guía del Hermitage'

Por Carlos Rivera Díaz, alumno de 2º de Bachillerato del IES Santa Clara de Santander.

Basada en hechos reales, 'El guía del Hermitage' retrata los últimos años de Pavel Filipovich, un guía que realizó visitas nocturnas y clandestinas por el museo durante el asedio que vivió la ciudad de Leningrado, por parte de los nazis, y que se prolongó cerca de 900 días. La obra se estrenó en el Palacio de Festivales de Cantabria.

Título: 'El guía del Hermitage'

Autor: Herbert Morote.

Actores: Federico Luppi, Ana Labordeta, Manuel Callau.

Director: Jorge Eines.

Argumento: La obra se desarrolla en el museo de San Petersburgo, antiguo Leningrado, y recrea el drama de un guía de la pinacoteca que decide continuar las visitas guiadas y explicar cuadros inexistentes tras el envío de todas las obras de arte a los Urales, poco antes de que los alemanes completasen el cerco de Leningrado.

Recientemente la santanderina Sala Pereda vivió el estreno de la propuesta teatral 'El guía del Hermitage', que durante dos días asombró al público con una historia real con grandes dosis de humanidad y una escenografía sobria que conjuga perfectamente con la temática de la obra. En el escenario tres intérpretes de excepción: Ana Labordeta, Manuel Callau y la vuelta a los escenarios del veterano Federico Luppi.

Aprovechando que el estreno fue en Santander he realizado entrevistas con los tres actores de la obra.

La actriz Ana Labordeta.

Pregunta.- ¿Cómo les está resultando la experiencia con esta obra?
Ana Labordeta.- Llevamos muy poquito. Bueno, la verdad es que estrenamos ayer y hoy ha sido la segunda función pero… Ayer fue muy bien, pero era día de estreno, donde los actores estamos más nerviosos, hay más tensión. El público es diferente después de los ensayos, ya que ahora es de pago y el aplauso de hoy ha sido realmente emocionante. Bueno, a ver si continúa.

Manuel Callau.

Manuel Callau.- En principio es un público muy generoso, creo que está captando absolutamente todo lo que la pieza formula tanto en el plano de las ideas como en el plano afectivo, en el plano de la historia que se cuenta, y eso se percibe desde arriba del escenario y nosotros disfrutamos mucho de eso. Lo vamos disfrutando a medida que transcurre, pero cuando termina la obra te has dado cuenta de lo que ocurre con el espectador y es muy gratificante porque se junta todo cara a cara. Es muy lindo lo que ocurre, antes estaba el autor aquí y le dije: "Cuando yo leí la pieza lo primero que se me ocurrió fue que me encantaría hacerla y si la hago ojalá que al espectador le ocurra lo mismo que me ocurrió a mí cuando la leí". Yo creo que eso está ocurriendo porque la gente se emociona, se ríe, nos sigue con la historia y eso es muy gratificante porque nos permite fortalecer una idea de sentido de lo que hacemos.

Yo pienso que un actor le debe servir al espectador para recrear su imaginación, sus ideas, sus emociones, sabe donde estamos, que nos pasa, que nos ocupa. No creo que seamos los únicos, hay otros artistas, los plásticos, músicos y otros que no son artistas pero que nos hablan de lo mismo: de recrear la imaginación social pero a los actores, a mí en especial, nos gusta mucho hablar y yo creo que con esta obra estoy poniéndome en un eje de sentido que me está poniendo muy bien.

El actor argentino Federico Luppi.

La escena española está de enhorabuena: vuelve al teatro uno de los GRANDES del cine, el teatro, la televisión y lo que se proponga. Y es que Federico Luppi, aunque es argentino, tenemos la gran suerte de contar habitualmente con él en nuestro cine en títulos inolvidables como El Espinazo del Diablo. En el teatro ahora con El guía del Hermitage nos vuelve a sorprender y en el cine muy pronto estrenará Los Justos.

Pregunta.- ¿Qué le ha atraído de esta obra para volver al teatro después de tantos años?
Respuesta.- Pues lo que tu vistes: los personajes, el humor que tenía, esto de poder descubrir situaciones límites como puede ser una ciudad sitiada como se puede a través de la fantasía, del espíritu ofrecer y plantear una resistencia lo más humanamente posible y eso me gustó mucho también. Además tiene unos diálogos muy interesantes. En fin, uno no siempre sabe muy bien por qué hace algo y, si sale bien, pues se alegra mucho.

P.- De su larga carrera en cine nos remontamos a dos títulos recientes: El Espinazo del Diablo y Los Justos
R.- El Espinazo del Diablo fue una experiencia con Guillermo del Toro, director mexicano sensacional con el que ya había trabajado unas cuantas veces y que es un director de un talento enorme. Me gustaría trabajar toda la vida con él.
Los Justos fue una película que hicimos España en coproducción con México que aún no he visto. Me acuerdo del libro, que estaba muy bien, pero no la he visto todavía por lo cual no puedo opinar. El rodaje me gustó mucho porque había gente muy valiosa, un equipo muy notable. Estaba muy bien, la verdad.

P.-Ahora con el paso del tiempo, ¿cómo recuerda sus comienzos?
R.- Uy, amigo mío… esto puede ser largísimo (bromea con una gran sonrisa). Fue una elección que hice a una edad muy temprana, la elegí un poco… no sé como decirte. A veces me preguntó metafísicamente que he hecho mal y que he hecho bien. En fin, así es la vida.

P.- El más que discutido tema de la famosa crisis del cine español. En sus palabras ¿existe?
R.- No, no. Yo, que no soy español, digo con todo el rigor de mi alma que el cine español está en auge y que tenemos los mejores nombres del mundo en medio de la meca del cine como es Hollywood y cada vez se hacen mejores películas. Eso es una malintencionada opinión política, de verdad te lo digo.


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