El 25 de
marzo de 1957 se firmaron en Roma dos tratados que
constituian la Comunidad Económica Europea
(CEE) y la Comunidad de la Energía Atómica
(EURATOM). Los firmantes del acuerdo fueron Christian
Pineau por Francia, Joseph Luns por los Países
Bajos, Paul Henri Spaak por Bélgica, Joseph
Bech por Luxemburgo, Antonio Segni por Italia y Konrad
Adenauer por la República Federal de Alemania.
Te contamos en inglés la historia de estos
acuerdos.
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Representantes
de 'Los seis' durante la firma oficial del tratado. |
On 25th March 1957, two treaties
were signed in Rome that gave birth to the European
Economic Community (EEC) and to European Atomic Energy
Community (Euratom): the Treaties of Rome. The signatories
of the historic agreement were Christian Pineau on
behalf of France, Joseph Luns from the Netherlands,
Paul Henri Spaak from Belgium, Joseph Bech from Luxemburg,
Antonio Segni from Italy and Konrad Adenauer from
the Federal Republic of Germany. The Treaties were
ratified by National Parliaments over the following
months and came into force on 1st January 1958.
The Treaty establishing the EEC affirmed in its preamble
that signatory States were "determined to lay
the foundations of an ever closer union among the
peoples of Europe". In this way, the member States
specifically affirmed the political objective of a
progressive political integration.
In fact, the brand new institution was a customs
union. As a consequence, the EEC was colloquially
known as 'Common Market'. The member countries agreed
to dismantle all tariff barriers over a 12-year transitional
period. In view of the economic success that freer
commercial exchanges brought about, the transitory
term was shortened and in July 1968 all tariffs among
the EEC States were abrogated. At the same time, a
common tariff was established for all products coming
from third countries.
As a matter of fact, the common market meant exclusively
free circulation of goods. Free movement of persons,
capitals and services continued to be subject to numerous
limitations. It was necessary to wait until the Single
European Act, in 1987, when a definitive boost was
given to establish a genuine unified market. This
brought about the European Union Treaty in 1992.
The other essential agreement included in the Treaty
of Rome was the adoption of a Common agricultural
policy (CAP). Essentially, the CAP enacted a free
market of agricultural products inside the EEC and
established protectionist policies that guaranteed
sufficient revenues to European farmers, avoiding
competition from third countries' products by guaranteeing
agricultural prices. With the aim of financing the
CAP, the European Agricultural Guidance and Guarantee
Fund (EAGGF) was established in 1962. The CAP has
continued absorbing most of the community budget,
and its reform has been one of the most badly needed
in recent years.
The Treaty of Rome also established the prohibition
of monopolies, some transport common policies, and
the grant of some commercial privileges to the colonial
territories of the member States.
The Treaty of Rome signified the triumph of a very
realistic and gradualist approach to building the
EU. This method was personified by Jean Monnet. The
failure of the CED demonstrated that tremendous obstacles
lay in the path of the final construction of a political
union. Consequently, the new strategy sought to adopt
a process of integration that gradually incorporated
diverse economic sectors and that established supranational
institutions with increasingly political competences..
The EEC from its birth was based on a series of institutions:
the European Commission, the European Commission,
the European Assembly, later known as European Parliament,
the Court of Justice and the Economic and Social Committee,
whose competences were enlarged and modified in the
diverse agreements and treaties that succeeded the
Treaty of Rome.
To sum up, a process put in motion in which progressive
economic integration was paving the way to the long
term objective, the political union.
The Treaty that instituted the EURATOM tried to create
the conditions for developing a strong nuclear industry.
It was much less important than the treaty that brought
into existence the EEC and, in fact, when people speak
about the treaties of Rome refer, incorrectly, to
the one which established the EEC.
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Logotipo del
50º aniversario para los distintos países
de la UE. |
Traducción/
El Tratado de Roma (1957)
El 25 de marzo de 1957 se firmaron en Roma dos tratados
que daban existencia a la Comunidad Económica
Europea (CEE) y a la Comunidad de la Energía
Atómica (EURATOM). Los firmantes del histórico
acuerdo fueron Christian Pineau por Francia, Joseph
Luns por los Países Bajos, Paul Henri Spaak
por Bélgica, Joseph Bech por Luxemburgo, Antonio
Segni por Italia y Konrad Adenauer por la República
Federal de Alemania. La ratificación del Tratado
de Roma por los Parlamentos de 'los Seis' tuvo lugar
en los meses siguientes y entró en vigor el
1 de enero de 1958.
El Tratado que instituía la CEE afirmaba en
su preámbulo que los estados signatarios estaban
"determinados a establecer los fundamentos de
una unión sin fisuras más estrecha entre
los países europeos". Así quedaba
claramente afirmado el objetivo político de
integración progresiva entre los diversos países
miembros. En la práctica, lo que se creó
básicamente fue una unión aduanera.
Por ello la CEE fue conocida popularmente como el
"Mercado Común". Se acordó
un proceso transitorio de 12 años para el total
desarme arancelario entre los países miembros.
Ante el éxito económico que trajo la
mayor fluidez de los intercambios comerciales, el
plazo transitorio se acordó y el 1 de julio
de 1968 se suprimieron todos los aranceles internos
entre los estados comunitarias. Al mismo tiempo se
adoptó un Arancel Aduanero Común para
todos los productos procedentes de terceros países.
Este mercado común afectaba en realidad exclusivamente
a la libre circulación de bienes. El libre
movimiento de personas, capitales y servicios siguió
sufriendo importantes limitaciones. En realidad, habrá
que esperar al Acta Única de 1987 para que
se diera el impulso definitivo que llevó a
que en 1992 se estableciera un mercado unificado.
El otro elemento esencial de lo acordado en Roma
fue la adopción de una Política Agrícola
Común (PAC). Esencialmente, la PAC establece
la libertad de circulación de los productos
agrícolas dentro de la CEE y la adopción
de políticas fuertemente proteccionistas, que
garantizaban a los agricultores europeos un nivel
de ingresos suficiente al evitar la competencia de
productos de terceros países y mediante la
subvención a los precios agrícolas.
Con el objetivo de financiar la PAC, se creó,
en 1962, el Fondo Europeo de Orientación y
Garantía Agrícola (FEOGA). La PAC sigue
absorbiendo la mayor parte del presupuesto comunitario
y es uno de los aspectos más necesitados de
reforma.
El Tratado de Roma también estableció
la prohibición de monopolios, algunas políticas
comunes en transportes, y la concesión de algunos
privilegios comerciales a los territorios coloniales
de los estados miembros.
El Tratado de Roma significó el triunfo de
lo que se han venido en llamar las tesis "funcionalistas".
Representadas esencialmente por Jean Monnet. Ante
la imposibilidad de acceder de manera inmediata a
una unión política, imposibilidad demostrada
en el fracaso de la CED, la nueva estrategia busca
un proceso de integración que vaya afectando
poco a poco a diversos sectores económicos,
de forma gradual, y que vaya creando instituciones
supranacionales en las que los Estados paulatinamente
vayan cediendo competencias económicas, administrativas
y, en último caso, políticas. En este
sentido, la CEE va a tener una serie de instituciones:
la Comisión, el Consejo, la Asamblea Europea
(posteriormente el Parlamento Europeo), el Tribunal
de Justicia y el Comité Económico Social
cuyas competencias se irán ampliando y matizando
en los diversos acuerdos y tratados que fueron modificando
en los años posteriores el Tratado de Roma.
Se trataba, en definitiva, de iniciar un proceso
en el que la progresiva integración económica
fuera allanando el camino al objetivo final de la
unión política, unión que quedaba
planteada como un objetivo a largo plazo.
El Tratado que instituyó la Comunidad Atómica
Europea (EURATOM) es mucho menos importante y trataba
de crear "las condiciones de desarrollo de una
pujante industria nuclear". En la realidad, cuando
se habla del Tratado de Roma nos referimos en exclusiva,
aunque de forma incorrecta, al que creó la
CEE.
Los textos y más datos en:
http://www.historiasiglo20.org/europa/traroma.htm#T.%20Roma
Más información:
http://europa.eu/50/index_es.htm
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