La educación
de calidad (de los coles y sus modas...) |
Por Carlos Rodríguez
Fernández, director del colegio Purísima
Concepción de Santander.
|
|
En los
centros escolares, como pasa en otros ámbitos,
se funciona por modas, por tendencias. Son como tsunamis.
Cada cierto tiempo olas gigantescas arrecian contra
los colegios arrasando con lo que hasta entonces se
consideraba la forma idónea de dar clase. Cuando
llega una de esas olas parece que todo cambia. Oiga
usted, señor profesor: ¡lo de antes ya
no vale!; ¡lo de ahora es lo correcto! Pero
luego resulta que todas las olas, hasta las más
altas, acaban por regresar al mar y entonces sólo
queda la resaca.
En lo que llevamos de siglo -para
qué retroceder más- grandes olas han
sumergido a los docentes españoles poniendo
en solfa todo lo que ocurre en el aula en pos de
una constante redefinición del concepto de
calidad educativa. Lo cual es fantástico
si se acierta al definir qué es la calidad,
pero nefasto si se yerra.
Precisamente la primera gran ola del siglo XXI fue
la de los -mal denominados-sistemas de gestión
“de calidad” (ISO y EFQM), que llegaron
desde el mundo de la empresa a muchos colegios,
sobre todo concertados, y parecían objetivar
la labor docente y solucionar sus problemas para
siempre. Pero lo cierto es que, con los años,
la mayoría de centros han dejado de certificarse
en estos sistemas por considerarlos burocráticos
y gravosos económicamente.
Después le tocó el turno a las TIC,
las tecnologías de la Información
y Comunicación. Hubo un tiempo en que cada
aula debía tener su propia PDI (pizarra digital
interactiva) si se quería ser un colegio
“de calidad”. Quien trabaje en la docencia
sabrá de lo que hablo. En cambio, hoy en
día se instalan proyectores conectados a
un ordenador de sobremesa con conexión online
y los docentes ya no echan de menos las antaño
tan codiciadas pizarras digitales. Otro tsunami.
Otra resaca.
No hace mucho arrasó en los colegios la ola
de los idiomas. Perdonen señores profesores,
ahora sí que sí, la calidad reside
en ser un centro bilingüe. Nos dijeron que,
impartiendo un par de asignaturas en inglés,
los niños alcanzarían el nivel B2
del marco de referencia europeo al acabar 4º
ESO. Algo que, no sólo no es verdad, sino
que es rotundamente falso, pues para aprender un
segundo idioma se requiere la inmersión total,
ya sea real (viviendo en el extranjero) o recreada
al cien por cien en colegios, donde todos y en todo
momento, hablan en ese segundo idioma. Eso sí
es bilingüismo del bueno, el de verdad. Y ese
brilla por su ausencia en los colegios españoles.
Entonces, si la cosa no va de tener una certificación
ISO, un portátil para cada alumno o dar la
plástica en inglés, ¿dónde
reside la auténtica calidad en educación?,
¿qué es en realidad una educación
de calidad?
La respuesta, aunque la tenemos enfrente, a veces
se nos escapa: la clave es el factor humano. Denme
un profesor vocacionado, uno que ame su profesión,
y todas sus clases tendrán un aprendizaje
significativo para los niños. Aquel docente
que se exprima por completo para sus alumnos sacará
el doble de cada uno de ellos. Decía Saturnino
Nistal que “educamos más por lo que
somos que por lo que sabemos o decimos”. En
efecto, la programación, metodología
y evaluación, siendo los tres pilares esenciales
del proceso docente, irán siempre detrás
del talante personal del profesor, de sus valores
-y contravalores-, de su ejemplo dentro y fuera
del aula, de ese curriculum oculto que el alumno
absorbe como una esponja, sin él saberlo.
Actualmente arrecia la ola de las metodologías
activas, aquellas basadas en la idea de que el propio
alumno debe ser el constructor de su aprendizaje.
Y así han cogido fuerza: el aprendizaje por
competencias, por tareas-problema, el basado en
proyectos, el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje-servicio,
etc. Esta nueva ola “calará”
en la medida en que crean en ella los profesores
más enamorados de su profesión.
Un colegio de calidad será siempre, y únicamente,
el que tenga personas de calidad. Las modas, como
las olas, llegan y se van.

SUBIR
|
|
|
|
 |
Sistemas de gestión de calidad, las TIC, el
bilingüismo, las metodologías activas...
los cambios educativos del siglo XXI |
"Un colegio de calidad será
siempre, y únicamente, el que tenga personas
de calidad. Las modas, como las olas, llegan y se
van" |
'Opinión' es el espacio donde
podéis opinar de todo lo que os interese |
|
|